10. La gala 6

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Le queda increíble y lo sabe. Hacerse el mullet ha sido la mejor decisión que ha tomado. Martin se mira al espejo sin parar, obsesionado con su nuevo peinado. No puede esperar a que Juanjo lo vea. El aragonés, por su parte, no está del todo convencido con su outfit para la gala 6. Ha vuelto a la academia de los últimos, y Martin es lo primero en lo que se ha fijado.

Joder, piensa Juanjo. Ese corte de pelo... Martin está guapísimo. Le está poniendo mucho. Actúa sorprendido al verlo, controlando sus ansias de empujar a Martin contra la pared y besarle mientras recorre con sus manos su pelo castaño.

Se encuentran a solas frente a los armarios y Juanjo, olvidando por un segundo las cámaras, acaricia ensimismado el pelo de Martin y termina deslizando las manos por su pecho. Martin no puede dejar de mirar a Juanjo de arriba a abajo. La sombra de ojos... el traje... la camiseta de redecilla... Está tan atractivo. "I put a spell on you" va a ser fuego, qué ganas tiene de verla.

Concienzudamente se controlan, y se van a merendar.

***

Muy poco después terminan metiéndose juntos en las duchas, ansiosos. Se miran, separados por unos dos metros de distancia. Martin vuelve a recorrer a Juanjo de arriba a abajo, con los labios entreabiertos.

—Joder... —murmura el vasco.
—¿Qué?
—Estás guapísimo. No puedo parar de mirarte.
—Tonto. —dice Juanjo con su voz de bebé.
—Te lo juro.
—¿Y tú qué? —pregunta Juanjo riendo.
—¿Pues qué te parece el pelo?
—El puto pelo. Estoy obsesionado, Martin. No puede quedarte mejor. Te hace tan... como que quiero...

Juanjo avanza, harto, y atrae a Martin hacia sí. Le rodea la cintura con sus brazos. Martin, sonriendo, apoya sus brazos en los hombros del otro.

—¿Qué quieres? —pregunta Martin.
—¿Te lo digo? —dice Juanjo, con seriedad.
—Sí.
—A ti entero. Para mí.
—Eso ya lo tienes.
—Quiero... acostarme contigo. Sin ropa. —dice, poniendo voz intensa, como si estuvieran en 50 sombras de Grey.

Martin no puede ocultar la sonrisa traviesa que aparece en su cara.
—¿Quieres que hagamos el amor, Juanjo? —le susurra al oído, entrando en su juego de rol.
Juanjo no puede evitar salirse de papel y partirse de risa, nervioso.
—Qué tonto. —contesta.

Martin aprovecha para besar el cuello del aragonés, y luego acercarse a sus labios. Se besan con cariño, abrazándose y acariciándose. Hasta que se ponen mas agresivos y el beso se vuelve más desastroso. Ellos sonríen disfrutándolo.

Las manos de Martin bajan y se pierden sobre la piel de la espalda de Juanjo, cubierta solo con la redecilla del top. Con ansias agarra a Juanjo de la cintura y lo acerca más a él. Al retirar la mano, uno de sus anillos se engancha a la redecilla y suena un crack.

—Ostia. —suelta Martin preocupado, dando un paso atrás.
—¿Qué has hecho? ¿Me has roto el top, Martin? —dice Juanjo examinando la rejilla.
—Se ha rajado un poco.
—Joder, amor.
—Lo siento.
—Los de vestuario me matan...

De repente, Juanjo empieza a reírse.
—¿Qué? —pregunta Martin.
—¿Sabes la pinta que tiene esto? Entramos juntos al baño, salimos y se me ha roto la camiseta.
—No creo que nos hayan visto entrar...
—Martin...
—Bueno pues salgo yo primero y tú después.

Se miran y rompen en risas de nuevo.
—Claro, eso lo arreglará todo. Tira, anda. —dice Juanjo.

***

La gala 6 sale impresionante. Martin ve la actuación de Juanjo desde la "green room", y le hace sentir tantas cosas a la vez que quiere gritar. Desde celos por como toca a Ruslana, pasando por una tremenda atracción sexual, hasta admiración absoluta. Se muere por abrazarlo.

Desde que actúa, Juanjo se pasa el resto de la gala nervioso por Martin, que va a hacer la última actuación de la noche. Quiere con todas sus fuerzas que su chico lo haga increíble. Confía en él, pero sabe lo difícil que es su "Alors on danse".

Martin está como una moto. Cuando finalmente le toca salir al escenario, respira hondo varias veces y se deja influenciar por la energía que le llega del público para venirse arriba. Y lo consigue.

La actuación es perfecta, la mejor de la gala y de las mejores de todo el programa. Juanjo está histérico, no se puede creer lo que acaba de ver. Intenta controlar sus reacciones porque en mitad del plató todo el público puede verle, pero lo único que quiere es ir hacia Martin y que le baile a él en esa pole. Y quiere besarlo, besarle todo el cuerpo, le da igual lo sudado que esté o la gente que haya, quiere comérselo a besos. La actuación termina pero Juanjo sigue viendo en su mente a Martin bailando alrededor de esas barras.

***

Esa noche, cuando se apagan las luces, Martin se tira boca arriba en el sofá.
—Ven aquí. —le dice a Juanjo, que viene detrás de él.
Y Juanjo se acuesta con cuidado encima de Martin, apoyando la mejilla contra la oreja del vasco. Martin le rodea la espalda con los brazos y le acaricia.

—Qué noche. —dice Martin.
—Ha sido una pasada. —contesta Juanjo.
—¿Te ha gustado? —le pregunta Martin.
—¿Que si me ha gustado? Martin, ha sido increíble. Un guarrerío, un poderío, el outfit que me llevabas, el putísimo "mullet"... cómo has subido por la barra esa, el francés que te suena tan... joder. Joder, Martin, ¿que si me ha gustado? Un día me haces pole dance, ¿vale? Para mí solo.

Martin no puede parar de sonreír.
—Contigo me temblaban las rodillas. Estabais los dos tan guapos. Y tú sobre todo, estabas tan, pero tan atractivo... No me gustó nada cómo tocabas a Ruslana.
—¿Por qué? —ríe Juanjo, sabiendo la respuesta.

—Me daba una envidia tremenda. Y lo bien que has cantado, Juanjo. A ver, siempre lo cantas todo perfecto, pero es que con esta canción sonabas muy... no sé, como muy león, con garra pero a la vez con precisión en cada nota.
—Gracias, Do. —balbucea Juanjo.

—Tienes la voz más bonita que he oído nunca. Podría escucharte sin parar para el resto de mi vida.
—Qué exagerado... —sonríe Juanjo.
—Te lo digo muy en serio. A ver, una de las cosas que me enamoraron de ti al principio fue, sin duda, tu voz.

Juanjo levanta el cuello para mirar a Martin a los ojos. Martin lo acaricia incansablemente, la espalda, el pelo, los brazos, la mejilla. Juanjo lo mira a los ojos con una sonrisa y se deja caer, besándolo en los labios.

Es un beso lento, un beso cuidadoso y cariñoso. Juanjo lo dirige desde arriba, Martin le deja paso entreabriendo los labios. Sus lenguas se cruzan y sus salivas se mezclan, y tras un rato se terminan separando, con los labios hinchados. Cogen aire, con el corazón a mil.

—Estoy tan enamorado de ti. —dice Martin.
Juanjo sonríe muchísimo, ilusionado, y aprieta a Martin en un abrazo.
—Te lo digo en serio. Nunca me he sentido así. Estoy completamente enamorado.
—Y yo de ti. —susurra Juanjo.

El aragonés se acomoda, acostando su cabeza sobre el pecho de Martin. Este le acaricia el pelo.
—Un día estaba con Kiki y Rus y estábamos hablando de mi ex el que me abandonó bajo la lluvia.
—Puto gilipollas. —suelta Juanjo.

—Bueno, y entonces me preguntaron que cuántas veces me había enamorado. Dije que ninguna. —sigue Martin, con voz de cansado.
—Ah. ¿Y qué pasa? —dice Juanjo.
—Ahora puedo decir que me he enamorado una vez. —dice Martin.

—Ay... Te amo, Do. Te amo muchísimo, pero muchísimo. Me tienes loquito.
—Y tú a mí. Te quiero, "Dovio".

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora