Después de haber almorzado juntos en casa, Juanjo se tira en el sofá, acostándose cómodamente. Martin se quita la camiseta ante la atenta mirada de su novio, porque se la ha salpicado de café y la va a poner en el cesto de la ropa sucia.
—Joder... Estás buenísimo... —murmura el aragonés, sin quitarle los ojos de encima.
—Calla —dice Martin, dándole la espalda sonrojado.
—En serio... Es que mírate. La gente debe preguntarse qué haces conmigo, dios mío, tengo que ponerme a dieta...—¿Pero tú eres gilipollas? —suelta Martin, girándose de golpe para mirarlo. —Como te vuelva a oír decir algo así que juro que te... te...
—Y esta noche a comerme dos hamburguesas del Burger King, es que cómo voy a estar si no paro —lo interrumpe el chico.—Oye, Juanjo, de verdad. Que es solo hoy, si cenaras dos hamburguesas todos los días me preocuparía —dice Martin, sentándose junto a él en el sofá—. Estás sano, estás guapísimo y eres súper sexy, así que quítate esas mierdas de la cabeza.
Se inclina para besar la mano de Juanjo, que lo mira con una carita tristona, acostado en el sofá.
—Te quiero —susurra el maño.—Mi patito... yo sí que te quiero —contesta Martin, estirándose para dejarle un beso en los labios. —Y te voy a querer siempre, me la suda lo que comas, lo que peses, y lo que se te marquen los abdominales...
—Que vendría siendo nada —suelta Juanjo, haciendo reír a Martin.—Ay, mi amor... Con lo que me gusta a mí tú tripita —dice el menor, acariciándole el vientre con las dos manos por debajo de la camiseta. —Me encantas enterito, y solo quiero que seas feliz.
***
Esa noche, Juanjo vuelve del evento de Burger King muy feliz. Su espíritu extrovertido adora conocer a gente nueva, y encima ha comido riquísimo. Y no solo eso...
—Buah, si supieras cuánto me pagan... Qué locura de mundo: me como dos hamburguesas, subo una storie y nos pagan la puta luna de miel.
—Como sigan invitándote a eventos de estos no tendrás ni que trabajar —ríe Martin.
—Entre eso y lo que estás haciendo tú con la serie...
—Y añádele lo de OT, el programa y la gira.—Pues, ¿sabes qué te digo? Que el dinero no hace la felicidad, pero... ayuda —suelta Juanjo.
—Joder, que si ayuda.—No siempre va a ser así —murmura el aragonés, poniéndose melancólico.
—Lo sé. Pero tú y yo estaremos juntos siempre. Cuando hagamos mucho dinero y cuando no hagamos tanto —dice Martin—. Y todo será de los dos.Juanjo le sonríe con ternura y se acerca a él para besarlo. Están de nuevo en el sofá, con pijama y mantas. Se besan durante un rato, y de pronto Martin lo aparta.
—Juanjo...Al nombrado le pilla por sorpresa: rara vez Martin le llama por su nombre con tanta brusquedad, en su lugar suelen reinar los apodos cariñosos. A no ser... que tenga algo importante que decir.
—¿Qué, mi vida?
—Que... eres mi familia —suelta el vasco, que acaba de tener una revelación. —O sea, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío. Así funcionan las familias... Eres mi familia, Do.Juanjo no puede evitar sonreír, muerto de amor y de la ternura que le produce Martin, emocionado con su descubrimiento.
—Mi amor... Pues claro que soy tu familia —le dice, y vuelven a fundirse en un beso.
Al cabo de un rato ven que Violeta y Chiara están haciendo un directo en Instagram, y deciden unirse. Juanjo, que hace poco se ha enfrentado a comentarios por redes sociales que lo acusan de "no apoyar a Martin", decide hacer un llamamiento.
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Detrás de cámaras - Juanjo y Martin
Romance¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. La historia está en orden cronológico, desde las semanas en las que Juanjo aún tenía miedo, vemos su...