Martin entra en la habitación y encuentra a Juanjo acostado en su cama, concentrado en su móvil.
—Por fin vienes, ¿no? —dice Juanjo.
Martin se deja caer con cuidado encima del otro, que suelta el móvil y lo cubre con los brazos. Martin lo besa con deseo, tras horas resistiéndose ante las cámaras. Juanjo disfruta, sonriendo entre los besos. Cuando nota que se está poniendo demasiado colorado, Martin le da un último beso y apoya la cabeza en el pecho de Juanjo.Este hunde su mano entre el pelo de Martin, acariciándole la cabeza. Juanjo levanta la cabeza de la almohada y deja un beso en la frente del otro chico. Durante un tiempo están en silencio, el vasco disfrutando del cariño del aragonés.
—Fuera de aquí no me dejas ni acercarme. —susurra Martin.
—Eso es mentira. Si eres con el que más tiempo paso.
—Ya, pero no así.
Juanjo se toma un segundo para pensar su respuesta.
—No es fácil, Martin. —dice finalmente.
—Ya lo sé. Pero a veces me mandas a la mierda en plan mucho.—Lo siento.
—No, si yo sé que no es tu intención pero... no sé. Me fastidia que quieras esconderlo. Que a ver, entiendo el trasfondo de hacerlo público, y entiendo tu miedo pero...
—Martin, que no es por... a ver, es la situación. Nos está viendo mucha gente y... no es que no quiera estar contigo, pero... me incomoda mucho.Martin no contesta. Se incorpora y se queda sentado en el borde de la cama, cabizbajo y pensativo.
—Coño, no te me pongas así, amor. —dice Juanjo, incorporándose él también.
Martin sigue sin hablarle.
—Martin, eres lo mejor que me ha pasado aquí. Que no siempre me sienta cómodo para... demostrárselo al mundo, no significa que no sea verdad.
Martin por fin lo mira, con ojos tristes.
—Tú también eres lo mejor que me ha pasado. —dice.Juanjo coloca su mano sobre la mejilla de Martin, y le sonríe trancando de transmitirle su amor. Odia que su comportamiento le cree inseguridades al menor, pero ahora mismo no se siente capaz de avanzar en esto, de enfrentar sus miedos y analizar sus verdaderos sentimientos. No puede, no cuando está siendo grabado las 24 horas y nunca ha hablado sobre ciertas cosas con su familia. Decide apartar estos pensamientos de su mente, al menos por ahora.
Martin se inclina y corta la distancia entre ellos con un beso. Se separan sonriendo, y Juanjo ataca a Martin, besando cada parte de su cara de manera cariñosamente agresiva.
—¡Ay! Cómo te quiero. —le dice entre besos.
Martin sonríe.
—Yo sí que te quiero, Juanjo.El aragonés acaricia el muslo de Martin.
—Que sepas que resistirme a tocarte y besarte y abrazarte es difícil.
—Pues no lo hagas. —contesta Martin, dedicándole una sonrisa burlona.
Juanjo gruñe entre risas.—La psicóloga me ha dicho que no me presione. —dice Juanjo.
—O sea, ¿le has hablado de mí a la psicóloga? —pregunta Martin, con una sonrisa pícara.
—Eh... Bueno, te callas. ¿Nos vamos a la ducha?
—¡Si! —responde Martin, un poco demasiado entusiasmado. Juanjo ríe.***
Disimuladamente cogen sus toallas y entran juntos en las duchas, esperando que en el 24 horas no retransmitan el momento. Cuando entran miran con cautela alrededor, y una vez que confirman que están a solas, se lanzan a desvestirse. Juanjo termina antes y entra en una cabina, para ir calentando el agua.
Una vez que la temperatura está a su gusto, se pone bajo el grifo, mirando a la pared, disfrutando del calor. Martin abre la puerta de la cabina y entra despacio, cerrándola bien tras de sí. Abraza a Juanjo desde atrás, apoyando la cabeza en su hombro, y ambos se funden en el agua caliente.
—¿Y fuera de la academia podemos hacerlo público? —le pregunta Martin al oído.
—No sé, tal vez. Ni siquiera sé si seguiremos. —dice Juanjo, sabiendo el efecto que esto va a tener en Martin. Este se aparta y le da la espalda, fingiendo enfado.—Siempre estás diciendo mierdas, Juanjo. —se queja.
—Que es broma, joder. Sí, supongo que fuera lo haremos público. —dice Juanjo, con una exagerada exasperación, cogiendo a Martin de la cintura para que se gire y ambos se miren.Entre risas y besos mojados se enjabonan el uno al otro, y se abrazan bajo el agua. Juanjo se divierte desenredando el pelo de Martin con acondicionador, mientras este recorre con sus manos el cuerpo del otro. Acaricia los hombros de Juanjo, y desliza sus manos por su cintura distraídamente.
Martin no puede dejar de analizar a Juanjo de arriba a abajo, y sabe que se está enamorando. Cuando ambos están lavados cierran el grifo, y Martin ataca a Juanjo con un beso. Este lo corresponde entre risas inquietas.
—Oye, oye, ya está. Que tengo que ensayar, vamos para fuera. —lo corta Juanjo, vencido por los nervios. Martin se ríe por dentro: sabe el poder que tiene de poner a Juanjo muy nervioso.Mientras salen de la cabina, aparece Alex, que se queda mirándolos ojiplático.
—Alex... —dice Martin, incómodo.
Alex cambia la cara rápidamente y le quita importancia.
—No, no, coño. No os ralléis. Es que me habéis pillado por sorpresa.Los tres se miran.
—Pero vamos, que... que me parece genial. —añade.
Juanjo rompe en risas, fruto de la incomodidad del momento, y los otros dos le siguen.
—Gracias, Alex. —dice Martin.
—No vayas a decir nada. —añade Juanjo.
—Claro, tranquis. —dice Alex.***
Martin y Juanjo salen a la zona de los armarios. No hay nadie. Martin se dirige en silencio a su armario y comienza a vestirse, y el otro hace lo mismo. El vasco va a su lavamanos y se comienza a lavar los dientes. Juanjo lo busca con la mirada pero este lo evita.
A Martin, que Juanjo le haya dicho (en tono ligeramente amenazante) an Alex que no diga nada, le ha sentado como un puñetazo en la tripa. Y encima, ha sido justo después de haber discutido sobre precisamente este tema.
—Ey... —comienza Juanjo, acercándose al otro, que está poniéndose crema en las manos.
—¿Mmm? —contesta Martin, claramente irritado. Juanjo se le acerca, se tapa el micro con la mano, y susurra:
—¿Te has enfadado?
—No.
—No mis cojones.Martin suspira. Juanjo le hace señas para que lo siga a una cabina de baño. Lo sigue a regañadientes.
—Que no pasa nada, Juanjo. —dice nada más entrar.
—Sí pasa.
—Da igual.
—No, coño, Martin. Que ya lo habíamos hablado, no te mosquees.
—Déjame.
—Pero que no lo decía en modo...
—Juanjo, no pasa nada. Solo necesito pensar un rato.
—Martin...Este se lleva las manos a la cara y hace una respiración profunda, antes de mirar a Juanjo con cansancio. El maño da un paso indeciso hacia Martin, y apoya la mano en el brazo de este.
—Lo siento. Me ha salido brusco el mensaje. Pero no era en modo me avergüenzas ni nada. Es solo que no quiero rumores y polémicas, ya te lo he dicho.
Martin baja la mirada. Suspira y se aparta el pelo de la cara.
—Ya. Ya, lo sé. Pero igualmente me duele un poco. Le has dicho "no vayas a decir nada", como si lo peor que te pudiera pasar fuera que la gente supiera que estás conmigo...Juanjo suspira y abraza a Martin con cariño. Mientras le acaricia la espalda le susurra:
—Lo siento. Es que necesito tiempo, tengo miedo, Martin. Tienes que entender que yo ni siquiera he hablado de esto con mis padres. No sé, es complicado para mí. Pero no quiero hacerte daño.
—Ya lo sé. Jo, ahora me siento un egoísta.—No, hombre...
—Bueno, tú recuerda que yo voy a estar para lo que necesites.
—Gracias, Martin... ¿Vamos a cenar? —propone Juanjo, ansioso por cambiar de tema.
—Sí.Martin le da un tímido beso rápido antes de salir de nuevo al pasillo.
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Detrás de cámaras - Juanjo y Martin
Romance¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. La historia está en orden cronológico, desde las semanas en las que Juanjo aún tenía miedo, vemos su...