85. Noches en el piso majo

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—¡Venga, mi amor! ¡Ven ya!
—¡Ya voy! —exclama el vasco, entrando al salón con una botella de Nestea y dos vasos.

—Venga, agapornis, que es la final. Hay que apoyar al país —dice Juanjo haciéndole pucheros y hablándole con voz de bebé.
—Hacía tiempo que no me decías agapornis —dice Martin con una sonrisa ladeada, sentándose junto a él en el sofá.

—Pajarito... —murmura el maño, acercándose a él para picotearle la mejilla con besitos como si de un pájaro carpintero se tratara.
—Tú sí que eres un pajarito... mi pajarito... —susurra Martin, con los ojos cerrados y una sonrisa en la cara, disfrutando del cariño del otro.

—Guapo... Qué guapo estás con tus gafitas, estás adorable... —murmura Juanjo, arrugando la nariz y sonriendo como un bobo.

Martin no se pone las gafas a menudo, siempre lleva las lentillas. Es casi una exclusividad de Juanjo el poder verle con esas gafas de pasta negras, pues solo se las pone cuando está en casa.

Martin se queda quieto y el mayor le acaricia la cara, delineando sus cejas con el dedo y bajando por el puente de su nariz, hasta apretarle la punta de esta. El vasco arruga la nariz y las gafas se le deslizan hacia abajo, y Juanjo se muere de la ternura.

—Mis mu...
—Ya lo sé, tus mucosas sensibles —lo interrumpe Juanjo. —Es que eres tan adorable que no puedo... —dice, haciendo sonreír a Martin.

—Ven, ven... —pide este, tirando de los brazos de Juanjo para acercarlo a su cara y poder juntar sus labios en un beso.
—Mmm... —murmura Juanjo, rompiendo el beso que se prolonga unos segundos. —Que empieza, que empieza.

Martin pone los ojos en blanco y Juanjo se recuesta contra su pecho, con la mirada fija en la televisión. Ninguno de los dos lleva camiseta, y el calor del contacto piel con piel les encanta. Arranca la final de la Eurocopa, España contra Inglaterra. A Martin no podría importarle menos.

El vasco aguanta los diez primeros minutos y se aburre, así que se pone a editar su vlog para YouTube en el móvil, echándole un ojo al partido de vez en cuando.

—¿Tarjeta amarilla de qué? ¡Si el inglés se ha lanzado al suelo él solo! —exclama Juanjo, indignado.
—Oye, ¿me dejas tu móvil? Para descargar una musiquita para el vídeo —le pide Martin, a su rollo.

Juanjo se lo entrega sin quitar la mirada del partido.

El menor desbloquea el móvil de su novio, poniendo la contraseña "2312". Sí, 23 de diciembre, es el día en que se hicieron novios oficialmente. Juanjo utiliza esta secuencia de números para todas sus claves actualmente, y a Martin lo mata de amor.

—¡Hostia, gol! —grita Juanjo pasada la mitad del partido. Martin alza la mirada hacia la tele.
—¿Gol nuestro? —pregunta el vasco, oyendo gritos procedentes de los edificios de en frente.

—¡Sí! Ah, de Nico Williams, ese es un chiquillo. Tiene como 22 añitos y míralo —comenta Juanjo, sonriendo como un señor mayor que añora su juventud.
—Por Dios, si tú tienes 20, flipado —le suelta Martin, entre risas.

Desde este primer gol el vasco le presta más atención al partido, no queriendo perderse el siguiente.
—¡Ay, ay, ay... joder! —exclama Juanjo ante un casi-gol. Lo está viviendo muy intensamente.

—Ay, ¡joder! —lo imita Martin, exagerando.
—Imbécil —le dice Juanjo, sonriendo. —Venga, imita a un hetero fife.

A Martin todo lo que sea imitar le divierte, así que se mete en el papel del típico hetero futbolero y Juanjo lo graba a punto de llorar de la risa.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora