76. Octava parada: Madrid

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Noche uno en el Wizink Center. Hay nervios en el aire, todos saben que podría ser la primera y última vez que cantan en el famoso recinto, y es pesimista pensarlo pero es así. Serán pocos los que consigan llenar un Wizink en solitario.

Los triunfitos están explorando el backstage y los camerinos, alucinando con las firmas y fotos de los millones de artistas importantísimos que han pasado por este escenario.

Juanjo y Martin ya tuvieron la oportunidad de hacerlo hace menos de una semana, cuando estuvieron por aquí para el concierto de Bisbal.

El aragonés sale de maquillaje incapaz de esconder su sonrisa, buscando a Martin para enseñarle lo que le han hecho.
—¡Amor, amor! —exclama al verlo de refilón entrando a un camerino. El vasco se gira.
—Hola. ¿Ya estás maquillado? —dice Martin, acercándose a él con una sonrisa.

Juanjo no contesta, cierra los ojos sonriendo con todos sus dientes, como un niño pequeño.
—Qué mono, me muero... —murmura Martin, cogiéndole las mejillas para hacerlo mirar hacia abajo y poder ver bien los brillos de color arcoíris que Juanjo lleva en los ojos.

—¿Te gusta? —pregunta el aragonés.
—Me encanta, estás guapísimo. Te amo —Martin le planta un beso, orgulloso de su novio.

—¿Y tú qué? No te has ni vestido —dice Juanjo.
—Ahora voy, es que como no tengo Meet and Greet, no tengo prisa. ¿Estás nervioso?
—No. ¿Tú?
—Muchísimo —contesta Martin, con su habitual transparencia.

—Ay, mi chico —ríe Juanjo, dándole un pico. —Pues yo estoy muy feliz. El otro día canté aquí con mi ídolo. Y hoy voy a cantar aquí con el amor de mi vida.
—¡Hmmm! Te como, ven aquí —dice Martin, dándole un beso.

Entre el público tienen hoy a personas muy queridas viéndoles, desde las amigas de Martin y los amigos de Juanjo, pasando por Chenoa, sus profes Abril, Mamen y Pablo, y hasta las coreógrafas de "Mariliendre".

Cuando Martin y Juanjo salen a cantar "God only knows", la emoción se palpa en el ambiente.

Los chicos hacen una actuación maravillosa, transmitiendo al público todo el amor que sienten el uno por el otro. Juanjo le acaricia la mejilla al pasar por detrás de él, provocando en Martin una inmediata sonrisa tonta.

El vasco le acaricia la barbilla justo antes de empezar a caminar por la pasarela, dejando a Juanjo sorprendido, sonrojado y muy nerviosito. Cualquiera diría que son novios.

Cuando terminan se funden en un abrazo fuerte y Martin le da mil besos a su chico en el cuello, que es a donde llega naturalmente por su diferencia de altura.

En la grada, Mamen y Abril están chillando, saltando y llorando, orgullosas de los lejos que han llegado sus chicos. Les lanzan una bandera LGBT del público y Martin se agacha a recogerla, sonriente. Juanjo ya no tiene miedo, se siente libre y feliz de compartir su amor hacia su novio con el mundo.
—¡Ábrela! —le dice a Martin.
—Voy, voy.

Los dos alzan juntos la bandera en el aire, con orgullo y mucho amor, y la voz de Abril resuena en la cabeza del aragonés: "por todos aquellos chicos que no pudieron". La profesora de interpretación está a poco de inundar el Wizink con sus lágrimas, viendo a los chicos.

El momento de "El patio" también es muy emotivo para sus profesoras, que vieron a Juanjo aprender a contar una historia a través de la música, que lo ayudaron a dejar atrás la vergüenza y el miedo a ser juzgado. Saben lo mucho que significa la canción para el chico, y estallan de felicidad viéndole tan libre, tan transparente y tan sincero en el escenario.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora