Los triunfitos están en el bus, que tiene unos pequeños compartimentos con camas para todos y una cortina para bloquear la luz.
Solo falta Martin, a quien recogerán directamente de su rodaje a las afueras de Madrid.
Todos duermen tranquilamente, disfrutando de primer bus de la gira en el que pueden descansar de manera realmente cómoda.
***
Cuando Martin entra en el bus, se fija en las mochilas que hay junto a cada cortina cerrada, buscando la de Juanjo. Al fondo a la derecha la ve, y abre con cuidado la cortina para entrar en el pequeño espacio.
Se sienta en el borde de la cama, encorvado para no darse contra el techo, y le acaricia el pelo a su chico dormido, sonriendo con ternura. Entonces Juanjo abre los ojillos.
—Ay, mi amor. Lo siento, no quería despertarte —se disculpa Martin. El otro responde tirando de su brazo para que se acueste con él en el colchón enano.
—Mmmm... —Juanjo suspira relajado, abrazándose a su chico con brazos y piernas, muy pegaditos para que quepan los dos.—Te quiero —susurra Martin, besándole la mejilla.
—¿El rodaje bien? —pregunta Juanjo, adormilado.
—Sí, genial. Pero cero horas de sueño, otra vez —se queja Martin.El vasco le deja varios besitos en la cara a Juanjo antes de decir:
—Me voy a acostar solo, ¿vale? Que tengo que dormir.
—Duerme aquí... —le pide Juanjo, abrazándolo más fuerte.Martin sonríe: solo su novio intentaría que durmiesen dos personas en un sitio tan sumamente pequeño.
—Cariño, aquí estamos más apretados que unas sardinas. Te amo, pero tengo que dormir.
—Jo... vale —se resigna Juanjo, dándole un pico antes de dejarlo ir.***
Al llegar al Puerto de Santa María, los triunfitos se levantan y se sienten por un momento como si fuera un día cualquiera despertando en la academia, todo ojeras, legañas y pelos despeinados.
Todos están muy rallados con lo de que es el penúltimo concierto, incluido Martin, que no para de repetirlo.
—Oye, ya —lo riñe Juanjo, con una vocecita tristona. —Deja de decirlo, que no quiero pensar en eso, joder.
Martin lo mira mordiéndose el labio. Sabe bien que Juanjo es experto en reprimir sus emociones, y que es capaz de estar todo el concierto con el "piloto automático" puesto para no echarse a llorar. Decide no presionarlo.
—Perdón, mi vida —se disculpa, abrazándolo y dándole besitos en el cuello.
Sin embargo, a sí mismo se lo repite sin parar, porque sigue sin ser del todo consciente de ello: "Martin, es el penúltimo concierto. El penúltimo. Después de hoy solo quedará uno. Disfrútalo, recuerda cada momento. Es importante que lo recuerdes."
Arrancan como siempre con "Libertad", y Martin se asegura de memorizar la carita de felicidad de Juanjo cuando ve al público por primera vez en la noche. Luego disfruta de "Tiroteo" e "Inmortal" más que nunca, concentrado en no distraerse sin querer en ningún momento.
Antes de salir a hacer "God only knows", entrevistan para la GalaNoGala a Juanjo con Martin y Lucas, y el maño menciona que hoy justo hace un año de su casting.
—¿Te ha cambiado la vida? —le pregunta el cámara.Juanjo asiente con una sonrisa y mira inevitablemente a Martin, enamorado.
—Me ha cambiado... un poco.Pues claro que le ha cambiado la vida, y ha sido gracias a este chico que lo ha acompañado y lo ha hecho mucho más libre y feliz.
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Detrás de cámaras - Juanjo y Martin
Storie d'amore¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. La historia está en orden cronológico, desde las semanas en las que Juanjo aún tenía miedo, vemos su...