🦋Capitulo 28.🦋

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Fabrizio

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Fabrizio

—¿Y qué piensas hacer? —me interrumpe Valentino, sacándome de mis pensamientos.

—No es fácil asimilar lo que acabas de decir, especialmente después de haber creído durante años que era huérfano. —respondo molesto.

Aún no logro comprenderlo del todo. Siento una inmensa rabia y un deseo de acabar con todos. En este momento, preferiría no haber investigado nada y haber permanecido ignorante sobre la identidad de mis padres. Pero ahora que lo sé, no sé cómo enfrentarlos.

—Te entiendo. Deberías confrontarlos y exigir una explicación. Sabes que nada justifica sus acciones. —me dice en un tono molesto.

—Sí, pero aún no es el momento. Sé que, si voy ahora, cometería una estupidez. Sabes que no tengo paciencia y sería capaz de hacerles daño antes de que puedan decir algo. No puedo actuar de manera impulsiva. —respondo.

—Lo entiendo, amigo, pero si estuviera en tu lugar, ya los habría enfrentado y les habría dado una buena paliza. —habla molesto. —Puede que él sea quien sea, pero me olvidaría de todo.

—No me faltan ganas, te lo aseguro, pero tengo que pensar en cómo vengarme. Primero le dejaré en claro su abandono y esa mujer que supuestamente es mi madre no merece mi cariño. No hay justificación para abandonar a un hijo. —gruño con rabia.

—Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa. Bueno, debo irme, tengo que seguir trabajando. No vaya a ser que nuestra jefa decida mandarme a matar. —dice riendo.

—No creo que eso suceda. Arabela es un amor. —respondo con una sonrisa. Ahora siento mucho más aprecio por ella.

—Estás loco. Llamarla por su nombre real puede meternos en problemas, incluso aunque ella sea... —guarda silencio y mira a su alrededor.

—Ella tiene carácter y eso es lo que más admiro de ella. Además, sabes muy bien que ella se encarga de eliminar a quienes intentan hacerle daño, y yo nunca le haría daño. —respondo.

—Eso lo tengo claro, amigo, pero da miedo. Su apodo se lo ha ganado a pulso —ahora sonríe.

—Espera que le diga lo que piensa Ferrano, verás cómo reacciona. —le digo con una media sonrisa algo perversa.

—Tú también das miedo. No entiendo por qué ella te pone tan nervioso. Eres un hombre y no deberías sentirlo, aunque yo no puedo decir mucho. Ella tiene una mirada que mataría a cualquier. —comenta Valentino.

—La respeto demasiado. Además, ella me ayudó en ese momento en el que pensé que iba a morir, así que debo tenerle respeto. No niego que a veces me da un poco de miedo, especialmente cuando me grita, pero siempre la he visto como una hermana. El destino me la puso en mi camino por alguna razón, y mira, el destino hace cosas. —intento terminar de hablar, pero Valentino me interrumpe señalando mi teléfono.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora