🦋Capitulo 29.🦋

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Arabela

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Arabela

—No me toques. Ya te dije que no lo harás hasta que me digas con qué tu padre te chantajea. —hablo mientras salgo del ascensor para dirigirme al vehículo, y él está detrás de mí.

—Eres demasiado mala. No me tortures así. Vienes, me seduce y me dejas excitado. Siento que mis testículos van a explotar. Estoy cansado de eso. —habla en voz alta y me detengo a verlo.

—No, utiliza un megáfono y grita eso a todo el mundo. —me expreso con rabia y él me sonríe.

—Bueno, no me das otra opción. — dice sin dejar de sonreír.

—Si quieres tenerme, entonces habla. —ahora soy yo la que sonríe.

—Arabela, ya te dije que no, no quiero causarte daño.

—Espera, ¿quieres decir que es algo sobre mí? Ahora sí tienes que decirme, o no responderé. —digo viéndolo molesta.

Él suspira con fastidio y me hace una seña para que lo acompañe. Caminamos juntos y noto que se dirige nuevamente hacia el ascensor. Sigo su paso, cada vez más intrigada por lo que pueda tratarse sobre mí. Una vez dentro del ascensor, se puede sentir una tensión sexual entre los dos.

Hace apenas diez minutos que llegué. Empecé a seducirlo de manera intensa, casi sin poder controlarme. Mi intención era dejarlo excitado, con una erección impresionante, y eso es exactamente lo que sucedió. Aunque me afectó personalmente, ya que me encuentro en un estado de excitación ardiente, anhelo ser poseída por él. Sin embargo, todo esto tiene un propósito específico.

Mi plan de venganza ya está en marcha. Lo seduzco hasta hacerlo desesperar, consciente de que lo enloquece con mis acciones. Una vez que esté completamente a mi merced, lo rechazaré y me burlaré en su cara, para luego someterlo a una pequeña tortura. Por el momento no tengo intención de quitarle la vida, ya que es el padre de mis hijos.

En estos días, he estado pasando varias horas en la empresa y luego vengo al hotel, donde nos entregamos el uno al otro en cada rincón de la habitación. Nuestros encuentros son intensos y no necesitamos decir una palabra, nuestras miradas lo dicen todo, las palabras sobran. Aunque estuvo cerca de ver mi tatuaje, aún no quiero que lo vea. Pronto él lo sabrá, pero todavía no es el momento. Ese tatuaje revelará la existencia de mis hijos.

Hoy no hicimos nada, ya que me desperté con la obsesión de descubrir por qué su padre lo chantajea. Aunque las ganas siguen intactas, temo que al volver a su habitación termine sucumbiendo ante él. Porque, a pesar de negarlo, soy débil cuando se trata de sexo con él. En esos momentos, me olvido del pasado y disfruto como nunca, aunque siempre manteniendo presente mi deseo de venganza.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora