🦋Capitulo 53.🦋

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Arabela

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Arabela.

—¡Maldita!

Escucharlo llamarme de esa manera duele, y que sea de la persona que te engendró duele mucho más. Subo las escaleras ignorándolo, no puedo escucharlo más. Al salir, cierro la puerta, me apoyo en ella y no puedo evitar que las lágrimas salgan. Mis labios están temblorosos mientras lloro. Reconozco que esto es algo fuerte, y nunca me imaginé que estaría torturando a mi propio padre.

Sé que debo ser fuerte y que cosas como estas no me deben volver débil, aunque es un poco complicado, es de la familia de la que se trata. Pero se merece lo que le está pasando, él ha sido un ser despreciable.

—Hermana, ¿estás bien? —la voz de Fabrizio me hace mirar al frente.

Él está parado frente a mí con cara de preocupación y a la vez dolor. Termina de llegar a mí y me abraza; en ese momento, me desplomo en llanto. No puedo evitar llorar, el embarazo y todo esto me tienen sensible y mal. Lo abrazo más fuerte y sigo llorando.

—Cálmate, hermana, recuerda que le puede hacer daño a mi sobrina. —me susurra. Lo miro y trata de darme una sonrisa.

—¿Sobrina? ¿Cómo sabes que es niña? —cuestiono limpiándome las lágrimas que aún siguen saliendo sin poder contenerlas.

—No lo sé, solo lo intuyo; ya tengo dos lindos sobrinos y quizás esta vez sea una niña, y si lo es, será la más consentida y protegida de todas, porque no dejaré que nadie se le acerque y mis sobrinos junto al ruso ayudarán a evitar que algún imbécil ronde detrás de ella. —habla con una sonrisa. No puedo evitar reírme y negar.

—Estás loco, ¿piensas encerrarla o algo así? —pregunto viéndolo con una sonrisa y cruzándome de brazos.

—Bueno, si es necesario, sí, por si no lo sabes tiendo a ser posesivo con las personas que me importan y más si son familia. —su sonrisa se agranda.

—No creo que puedan hacer algo así. Los niños son incontrolables. —aseguro sonriendo.

—Ya veremos; si algún idiota se le acerca, yo mismo lo mato. —dice entrecerrando los ojos y poniendo cara de estar pensando.

—¿Tanto así? Creo que estás exagerando. Pobrecita si llega a ser niña, con ustedes tendrá miedo.

—No exagero, créeme, nadie se le va a acercar, la protegeré con mi vida. —habla con orgullo.

—Eres especial. Me alegra que seas mi hermano. Gracias por todo, te amo. —digo con una sonrisa, él me limpia las lágrimas.

—Yo también te amo, gracias por ser mi hermana.

Nos volvemos a abrazar, pero ya no lloro. Tengo que mantenerme fuerte y no derrumbarme. Sé que él hizo esto para que mi mente no pensara en otra cosa, aunque es difícil no pensarlo, pero con él dándome apoyo es más fácil. Mi corazón está emocionado. Pensar que podría ser una niña me emociona; estoy segura de que estos hombres serán muy protectores, y eso me pone más feliz.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora