Arabela es una joven italiana de la mafia más peligrosa de toda Italia. Solía tener una personalidad dulce y tierna, pero todo cambió cuando ese ser en quien confiaba y que pensó que la amaba, la traicionó al confesarle que todo era una vil mentira...
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Vladmir
Siento tanta rabia en este momento que tengo ganas de seguir matando. Observo a mi alrededor y noto que solo quedan algunos miembros de la familia de Britney; ni mi padre ni el maldito de mi hermano están presentes, y me pregunto ¿En qué momento se abran ido? Necesito información urgentemente.
Me giro hacia Britney, cuyos ojos suplican respuestas.
—Dime que pudiste sacarla, por favor. —susurra.
—Sí, te llevarán de regreso al hotel. Alguien irá por ti más tarde. Y te llevara al lugar donde esta ella. Luego te daré más instrucciones. ¿Entendido? — le digo. Ella asiente con una sonrisa y sube a una de las camionetas.
Hago lo mismo y me dirijo a nuestro escondite. Durante el trayecto, no puedo dejar de preocuparme por Arabela. Sigo llamándola, pero no contesta. Solo espero que esté bien. Cuando llegamos, mis hombres me saludan con un gesto de cabeza.
—Quiero respuestas inmediatamente. ¿Quiénes eran esos idiotas que atacaron y por qué? — les digo mientras entro en una de las habitaciones del lugar.
—Señor, fallecieron unas seis personas, eran invitados, y hay solo dos heridos. — me informa el líder de mis hombres.
—No pregunté cuántos murieron. Díganme quiénes fueron. — respondo con rabia. Rezo para que no sea quien estoy pensando.
—Mis disculpas, señor. Lamento decirle por lo que se ha averiguado que fue la misma bestia, ese que envió a matarlo, el que no sabemos su verdadera identidad.
Siento como mi sangre hierve y mi humor se vuelve aún más oscuro. Necesito saber quién es ese idiota. Está poniendo a prueba mi paciencia, y cuando lo tenga frente a mí, lo torturaré hasta que muera.
—Señor, uno de nuestros hombres vio a varios encapuchados que tenían rodeada a una mujer con un antifaz. — dice otro de mis hombres. Lo miro con una mirada asesina.
—¿Quién? ¿Dónde está? Tráiganme a ese individuo, ahora. — grito, a punto de perder el control.
Pasados unos minutos, estoy caminando de un lado a otro, esperando que el hombre que vio a mi Arabela aparezca. Cualquier idiota que me provoque en este momento podría terminar muerto. Cuando pienso en marcharme, porque ya he perdido la paciencia, el hombre entra y me abalanzo hacia él en dos pasos.
—Explícame lo que viste, y no dejes nada afuera, ¿entendido? — le digo con rabia. Lo veo temblar ante la presión que le doy y eso me gusta, que me tenga miedo.
—S-señor, al llegar al pasillo que conduce a la salida trasera, vi a varios encapuchados rodeando a la mujer con el antifaz. En ese momento, el sonido de la policía los alertó y vi como esa mujer mató a tres hombres antes de huir junto a otro hombre.
No puedo evitar sonreír. Esa es Arabela, capaz de acabar con cualquiera. Es tan sanguinaria como yo, y me encanta que sea asi, amo a esa mujer. Al mismo tiempo, suspiro de alivio al saber que pudo escapar. Sin embargo, no entiendo por qué no responde a mis llamadas.
