🦋Capitulo 20.🦋

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Arabela

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Arabela.

Aprovechando la oportunidad del golpe que le di, me alejo rápidamente de él, con mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Mantengo una mirada desafiante hacia él, mostrando mi determinación y rechazo absoluto. Eso fue lo que debí haber hecho anoche y no dejar que pase lo que pasó. Con mi corazón aun palpitando con fuerza y la cabeza pulsando de dolor, reúno todas mis fuerzas para enfrentarlo.

—¡Lárgate de mi oficina, antes de que haga que te saquen y te aseguro que no será una experiencia agradable! —vocifero con vehemencia, pero inmediatamente me arrepiento al sentir cómo el dolor en mi cabeza se intensifica.

Me llevo una mano a la sien, cerrando los ojos por un momento para tratar de controlar el malestar.

—¡Demonios, Arabela, ¿qué te pasa?! —grita mientras se agarra su parte y me mira con rabia—. ¿No te das cuenta de que podrías dejarme sin descendencia?

Descendientes ya tienes, idiota, pero aún no lo sabrás y no sé si te lo llegue a decir, aunque mis niños necesitan saberlo.

—Me importa un pepino tu cosita, ahora lárgate. —digo con desdén y determinación.

—¿Cosita? —sus ojos me miran incrédulos. —Eso no lo dijiste hace cinco años o anoche que te hice mía otra vez. —habla con rabia e incorporándose, sin dejar de agarrarse su miembro y poniendo cara de dolor.

Lo miro con rabia. Su palabra me hace viajar al pasado y recordar sus feas palabras, y que me usó solo para eso, imbécil.

—Mira, te vas a alargar ahora, no hagas que llame a mi gente para que te saquen. —espeto con rabia.

—Te desconozco, ¿en qué te convertiste? —habla molesto.

—En tu peor pesadilla, ahora ¡lárgate!

Su mirada llena de rabia e intensidad me causa una sensación de temor, recordando aquel día en que destrozó mi corazón. A pesar de eso, me mantengo firme en mi posición, sin retroceder ni mostrar debilidad. El dolor de cabeza parece desvanecerse momentáneamente ante la tensión del momento.

Él se acerca lentamente hacia mí, con una sonrisa que no refleja felicidad, sino más bien una actitud desafiante y perversa. Pero no me dejo intimidar por su presencia amenazante. Mantengo mi postura erguida y mi mirada fija en sus hermosos ojos, mostrando determinación y valentía.

De repente, me agarra del mentón. Con su agarre brusco, me arrastra hasta la pared, lo que provoca que me pegue en la cabeza, aumentando mi dolor. No puedo evitar quejarme por el impacto, pero él parece no verse afectado por ello. Observo el cambio en su comportamiento, notando lo mucho que ha evolucionado en estos últimos años. Sin embargo, a pesar de sentirme vulnerable por dentro, mantengo una expresión desafiante y le sonrío con cierta burla.

En mi interior, un torbellino de emociones contradictorias se desata. Por un lado, anhelo besarlo y dejarme llevar por la pasión que una vez compartimos. Pero, por otro lado, sé que eso solo me traería más dolor, y no puedo permitirme caer en esa trampa nuevamente.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora