🦋Capitulo 43.🦋

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Arabela

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Arabela

Mientras me dirijo a la habitación donde están mis niños, mi mente parece estar en otro mundo. Camino como un alma en pena. No he dormido en absoluto, pasé la noche vagando por los pasillos del hospital. Rara vez me he sentido tan quebrantada, pero el miedo a casi perder a mis hijos y el rechazo evidente de Vladmir me han dejado en un estado de profunda sensibilidad. Del último punto, no puedo quejarme; era algo que iba a suceder.

Pero, a pesar de saber que iba a ocurrir, el dolor es abrumador.

—Hermana, ¿dónde estabas? Fui a la habitación del ruso y no estabas allí. Además, tu rostro está desmejorado. Estas pálida ¿No has dormido en absoluto? —es lo primero que me dice mi hermano al verme.

—Tranquilo, estoy bien, no te preocupes. Salí a tomar un poco de aire fresco. —miento.

—No me mientas, estabas llorando, se nota, además, salí y no te encontré. —Fabrizio me mira con gravedad. —Dime qué pasó.

—No estoy de ánimos para reprimendas, la verdad, ¿por qué me buscas? —respondo con una calma que me resulta desconcertante incluso a mí misma.

Al entrar en la habitación, lo primero que veo son mis hijos, que ya están vistiéndose y han convertido la habitación en un completo desorden.

—Te buscaba por esto, ambos despertaron llenos de ansias y energía desbordante. No paran de mencionar a su papá y preguntar por ti, así que encárgate de tus pequeños terremotos. —mi hermano dice con una sonrisa. —Tu ruso llamó a sus hombres y les dijo que estaba bien, que se había tomado unas vacaciones. Pero no pienses que te dejaré en paz; después, hablaremos en serio. —Fabrizio concluye con seriedad.

Debo admitir que Fabrizio ha experimentado un cambio notable. No era así; siempre fue temeroso. En un corto periodo, ha evolucionado, y creo que la idea de tener una familia lo ha transformado. Aunque mis padres aún no han abordado el tema con él, cosa que les he pedido, porque Fabrizio no se siente listo para ello, y cuando esté preparado, sé que los buscará y resolverán sus diferencias como familia.

—¡Mamiiiiii, queremos ver a papa, ya estamos listos! —exclama Alessandro, parándose frente a mí con una sonrisa radiante.

—Sí, queremos ver a papa. —le sigue Alessio, con seriedad y los brazos cruzados.

—¿Por qué la seriedad, cariño? No deberías estar contento. —pregunto, mirando a Alessio con una sonrisa. A pesar de todo, debo mostrarme fuerte frente a ellos, aunque mi interior se esté desmoronando.

—Es que él dijo que papá lo querrá más a él que a mí. —dice con una mirada enojada.

Mis ojos se abren sorprendidos por sus palabras. Observo a Alessandro, que sonríe triunfante. Luego, me siento en una silla y ambos se acomodan en mis piernas.

—Escuchen, mis hermosos niños, eso nunca sucederá. Mírenme, los amo a ambos por igual. Son mi vida, y con su papá, las cosas no serán diferentes. Así que, vamos a recoger todo, o no podrán verlo.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora