Arabela
Unas voces y risas de alegría me despiertan de mi sueño. Abro los ojos despacio para adaptarme a la luz. Mis ojos buscan a Vladmir, pero no está a mi lado. Debe de estar con los niños. Con toda la calma del mundo, me dirijo al baño y hago mis necesidades. Me miro al espejo y tengo ojeras de cansancio por no dormir mucho.
¿Y cómo se duerme con tremendo hombre a mi lado? Un hombre que me prende con solo verlo o escuchar su voz. Hombre que hace que mis piernas se debiliten y casi no pueda mantenerme en pie. Todo eso lo provoca ese ruso, al cual amo con locura, y no creo que deje de amarlo.
Desde que lo vi por primera vez en ese parque, dictaminé que él sería mío para toda la vida. Creo que las cosas van por ese camino, a pesar de lo que hemos vivido y de las cosas que nos separaron. A pesar de todo, estamos juntos, y no lo dejaré nunca.
Cuando estoy lista, salgo de la habitación y las risas resuenan en todo el lugar. Risas que reconocería en cualquier lugar. Mis dos hermosos niños están jugando con su padre.
—Hoy amanecieron muy alegres. —hablo mientras me acerco a ellos.
Los tres sonríen cuando me ven. Mis dos niños salen corriendo hasta llegar a mí. Intentan abrazarme, pero mi enorme panza no se lo permite. Me acomodo en un sofá, y ellos aprovechan eso para llenarme de besos en toda la cara. Al detenerse, ambos acarician mi barriga.
—Mami, ¿cuándo vendrán las gemelas? —pregunta Alessio sonriendo, sin dejar de acariciarme la barriga.
—Ya queremos que estén con nosotros, para jugar mucho. —dictamina Alessandro dándome besos en toda la barriga.
—Pronto, mis amores. Solo quedan poquitas semanas y les aseguro que están ansiosas por salir, conocerlos y jugar con ustedes. —aseguro mientras sonrío.
Trato de no llorar, pero es un caso imposible. Ya estoy llorando amares. Mis niños son tan lindos y tiernos. Los amo con mi vida, haría lo que fuera por ellos, y por estas niñas lindas que están por llegar. Las amo tanto y sé que las amaré más cuando las tenga en mis brazos.
Estas últimas semanas todo ha sido un caos. Mis hormonas están cada vez hechas un desastre. En un momento estoy alegre, pero de repente estoy muy molesta y con ganas de salir a matar. Si no fuera por mi ruso, quedaría loca. Aparte de que los vómitos y mareos no ayudan. Aunque se me han calmado, pero vuelven y eso me pone muy furiosa.
Parezco una enorme pelota, y Vladmir dice que me ama así, pero yo protesto y lo llamo mentiroso, que él no amaría a una bola como yo. Y cuando digo eso, lloro como nunca. Pero él, a pesar de mis cambios de humor, no se aparta, siempre está conmigo. Si tengo algún antojo, sale y me lo consigue; es tan tierno, menos en la cama, cuando estamos en ella, me devora sin compasión. Ahora que no podemos tener sexo con penetración, nos complacemos con sexo oral, tremendos orgasmos que me da con esa boca.
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Arabela «PGP2024»
RomanceArabela es una joven italiana de la mafia más peligrosa de toda Italia. Solía tener una personalidad dulce y tierna, pero todo cambió cuando ese ser en quien confiaba y que pensó que la amaba, la traicionó al confesarle que todo era una vil mentira...