🦋Capitulo 32.🦋

2.1K 101 2
                                    

Arabela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arabela

Él habla con tanta seguridad que, sinceramente, comienzo a sentir miedo. Él pretende introducir ese miembro tan grande en mi agujero virgen. Pero no sé por qué, eso me excita y a la vez me aterra. Cuando se acerca a mí, toma posesión de mi boca y nos besamos desesperadamente.

Sus caricias y besos me vuelven completamente loca. En medio de la lujuria, pierdo la noción de todo lo demás. Me encuentro en posición de cuatro patas y siento su lengua explorando mi ano, proporcionándome un placer que nunca había experimentado. Luego, percibo algo frío que comienza a untarme y, posteriormente, introduce un dedo en mí, lo cual me hace jadear intensamente.

—Relájate, principessa. —me susurra mientras acaricia mis glúteos y mi espalda.

Hago lo que me pide y trato de relajarme, pero me tenso al sentir la punta de su glande en mi agujero. No sé por qué estoy permitiendo que esto suceda, pero la verdad es que lo deseo, quiero ser suya en todos los sentidos. Respiro profundamente, necesito relajarme o sentiré más dolor. Él comienza a introducirse en mí con mucho cuidado.

Sin darme cuenta, ya lo tengo dentro de mí y unas lágrimas escapan sin mi consentimiento. Dolió, pero el placer que experimento al sentirlo es indescriptible. Él permanece quieto, esperando a que me adapte al tamaño de su miembro que está invadiendo mi ano, que antes era virgen. Lentamente, muevo mis caderas y el dolor que sentía se convierte en placer. Él comienza a embestirme un poco más rápido y, de manera inconsciente, le pido que vaya aún más rápido.

Él me embiste con firmeza y lentitud para no causarme daño, pero el intenso placer que estoy experimentando me tienta a pedirle que vaya más rápido. Sin embargo, me contengo porque el miedo a resultar lastimada aún persiste.

—Estás muy estrecha, mi vida. No creo que pueda aguantar mucho más. —jadea en mi oído.

Apenas pronuncia esas palabras, y yo grito por el intenso orgasmo que atraviesa todo mi cuerpo. Me estremezco como nunca. Caigo rendida en la cama y él, con una última embestida, se desploma sobre mi espalda, ahogando un grito.

Han pasado varios minutos y él todavía sigue dentro de mí. Sin salir de mi interior, se acomoda de manera que mi espalda queda pegada a su pecho.

—Eso fue maravilloso. —me susurra al oído mientras acaricia todo mi cuerpo.

Claro que fue maravilloso e intenso. Pero al tenerlo todavía dentro de mí, siento un fuerte deseo de que siga penetrándome por mi agujerito. Comienzo a mover mis caderas, dejándole claro que quiero más.

—Veo que te gustó y quieres continuar. —ahora él comienza a mover su cadera, entrando y saliendo muy despacio, y siento cómo se endurece dentro de mí. — Yo puedo seguir, no me canso de ti, pero tengo una curiosidad. —me dice mientras pellizca mis pezones sin dejar de moverse, haciéndome jadear.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora