🦋Capitulo 19.🦋

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Arabela

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Arabela.

—Mami, despierta.

Oigo voces y siento un tirón suave. Abro los ojos y una sonrisa se forma en mi rostro al ver a mis dos pequeños, quienes llenan mi vida de felicidad. Me levanto lentamente y los abrazo con ternura, dándoles los buenos días. Ellos me animan a levantarme y los miro con los ojos entrecerrados, adoptando una postura firme.

—Qué osadía de estos plebeyos despertando a su reina. —les hablo con seriedad.

—Perdónanos su majestad. —Responde Alessandro con seriedad, intentado mantener la expresión seria, pero sus ganas de reír son evidentes. Alessio se pone igual.

—¿Y creen que se han ganado el privilegio de hablar conmigo, par de plebeyos? —continúo interpretando mi papel de reina mientras ellos asienten solemnemente, pero con la clara intención de reírse. —Creo que no, y serán arrojados al pozo de las cosquillas por despertar a su reina. —aseguro procediendo a hacerles cosquillas.

Ellos estallan en carcajadas mientras les hago cosquillas, contagiándome de su alegría. Sus risas llenan la habitación, disipando todas las preocupaciones del mundo exterior. Detengo las cosquillas y los miro con una sonrisa radiante. Aunque intentan mantener la seriedad, no pueden contener la risa y vuelven a reírse. Les abrazo con fuerza, sintiendo el amor y la dulzura de su inocencia.

Adoro como estos momentos me alejan de las preocupaciones y el peso de la vida que llevo, me hacen sentir que soy un ser humano. Siempre busco formas especiales de sorprender a mis hijos al despertar, involucrándolos en juegos y roles divertidos. Ellos están familiarizados con el ritual y se sumergen en el papel que les asigno, incluso cuando los convierto en plebeyos como ahora.

Ambos se secan las lágrimas de risa y hacen un esfuerzo por mantener la seriedad.

—Creo que han aprendido la lección y el castigo ha sido suficiente por hoy. Espero que entiendan que no deben despertar a su reina, a menos que sea para recibir muchos besos. —les hablo con una sonrisa. En ese momento, ellos se lanzan sobre mí y me cubren de besos en la cara.

Contemplo a mis hijos con amor y orgullo después de que dejan de besarme, observando cómo me miran con una mezcla de curiosidad y determinación. Me sorprende una vez más el brillo en sus ojos y la seriedad en el rostro de Alessio.

—Mami, ¿cuándo hablaras de papa? —pregunta Alessio seriamente con voz autoritaria.

—Si, mami, queremos conocerlo. —secunde Alessandro con la misma seriedad.

A pesar de sus corta edad, sus voces autoritarias revelan una madurez prematura y aun me sorprende. Y sé que no puedo postergar por mucho más tiempo responder sus preguntas sobre él. En algún momento, deben conocer la verdad. Sin embargo, una sensación de miedo me invade. Temo que revelar la existencia de sus hijos pueda llevarlo a intentar arrebatármelos.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora