🦋Prefacio🦋

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—Espero que no lo hayan golpeado, eso me corresponde a mi— digo con algo de molestia mientras camino adentrándome a la casa

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—Espero que no lo hayan golpeado, eso me corresponde a mi— digo con algo de molestia mientras camino adentrándome a la casa. —Porque si le llegaron a tocar, aunque sea una hebra de su cabello rubio, los mato— me detengo a mirarlo fríamente.

—No, claro que no, hicimos lo que nos pidió, no tiene ni un rasguño, de eso puede tener seguridad— dice uno de mis hombres viéndome con temor.

—Espero que así sea, saben que no tolero los errores y esos errores los cobros bien caro— sigo viéndolo fijamente con molestia. A veces estos hombres no parecen hombres, el pobre está nervioso, trato de no reírme, porque la verdad me causa gracia.

—Como le dijimos, no tiene ningún rasguño, lo dejamos como no los pidió— me habla otro, a ese no se le nota lo nervioso, es uno de mis hombres más fuerte y despiadado que tengo.

—Bien, ¿aún no despierta? — digo volviendo a caminar.

—Todavía, pero si gusta lo podemos despertar.

—No, yo lo hago, ¿aún tiene la capucha? — asiente que sí y sonrió, perfecto.

Camino directo a esa habitación, mis tacones resuenan en todo el pasillo y reconozco que tengo algo de nervios, pero por fin llego este momento que tanto esperaba. Entro y al verlo se me dibuja una sonrisa perversa, se ve tan ardiente así sin ropa, solo en boxeé, que me provoca quitarme la ropa y follármelo en este momento, pero todo con calma.

Camino hasta quedar frente a él, tiene la cabeza agachada, le retiro la capucha y hay esta, tan guapo como siempre, me quedo observándolo detalladamente a ver si no tiene algún rasguño, de tenerlo ellos sabrán lo que le esperan.

Le agarro del mentón y paso mi lengua por sus labios y lo empiezo a besar con ímpetu, obvio él no me corresponde aun duerme, creo que no debí mandarle a inyectar eso tan fuerte, espero que despierte pronto.

Mientras lo beso le empiezo a acariciar su miembro que esta dormido, pero mientras lo toco se va endureciendo. Yo sigo besándolo, mordiéndole el labio y el aun no despierta, pero un leve gemido se le escapa, ni dormido deja de ser tan ardiente y que me excite tanto. Dejo de besarlo y lo miro, sus labios están algo hinchado, sonrió con satisfacción.

Me acerco a su boca otra vez y le muerdo el labio inferior pero esta vez con mucha fuerza hasta sentir la sangre mezclada con mi saliva, él se mueve en su lugar y se espanta apartando su cara, me observa sorprendido y desorientado, mira a su alrededor hasta volver a posar su mirada en mí, que ahora me mira molesto, y yo le sonrió con malicia.

—Al fin despiertas muñeco— digo con una sonrisa.

El me mira con más confusión, se remueve en la silla y cuando se percata que está atado y desnudo, me mira con mucha rabia.

—¿Que estás haciendo Arabela?, ¿te volviste loca? — me grita, su rostro esta colorado.

—Así no, no me alces la voz, que no estas en condiciones, mírate, estas a mi merced y puedo acabar con tu vida en cualquier momento— le digo sonriendo, alejándome de él y dejando mi arma en una pequeña mesa, el observa con cuidado lo que hago.

—Estas mal, ¿sabes que al hacer esto estas provocando una guerra entre mafias? y no creo que te convenga, ya todos me deben de estar buscando, así que suéltame— grita forcejeando para soltarse.

—¿Crees que hare algo así?, no te voy a soltar querido y me importa un demonio hacer una guerra, y en caso de que llegara a ocurrir, sabemos quién ganaría, ósea yo — rio con malicia.

—Esto no me parece gracioso, joder por lo menos ¿no podías dejarme con ropa?, ya tengo frio y para el colmo estoy duro, Arabela suéltame— me dice molesto, niego, el forcejea intentando soltarse, pero eso será un caso imposible. —Maldita sea— grita viéndome furioso y maldice en ruso.

—Ya te dije que no me grites, además, no debería de darte frio, los rusos no sienten frio o mejor dicho no sienten nada, son personas sin sentimientos, con el corazón congelado y respecto a tu pene solo lo toque un poquito, tu pene es hermoso.

Con una sonrisa perversa, me acerco a él y me subo en sus piernas, colocando las mía a los laterales, mierda, sentir su pene ha hecho que mi vagina palpite de excitación.

Envuelvo mis brazos en su cuello, su rostro esta desencajado, empiezo a pasar mi lengua por toda su cara, el no ríe, pero no se queja por lo que estoy haciendo, sé que le gusta, pero en la condición que esta tal vez no es agradable, pero me importa poco lo que le es agradable o no.

—¿Qué?, ¿no te gusta?, porque no hace unos días te comías todo, incluyendo mi coño, lo devorabas con desesperación y decías que era solo tuyo— digo con una sonrisa he intento besarlo, pero aparta su cara, reconozco que me dolió su rechazo, pero no lo demostrare.

Vuelve a verme, su rostro esta tenso y mi cara esta super secar de la suya, roso mis labios con lo de él, estas ganas que siento ahora mismo no me están dejando pensar mucho, solo quiero sentirlo por una última vez. Sigo rozando nuestros labios y su rostro se empieza a relajar, el siempre cae a mis encantos, a pesar de que no está en la mejor situación.

—Me gusta todo, pero así no Arabela, porque mejor no me sueltas y así te demuestro lo que más me gusta hacerte y que me hagas— me dice mientras saca su lengua y la pasa por mis labios. —Te follare ese agujerito que tanto me gusta y que te vuelve loca y que se volvió mi lugar favorito, a parte de tu rico coño— su voz sale ronca y excita.

Y no niego que me a excitado y me humedezco más de lo que ya estoy, él tiene razón en todo, pero tengo un objetivo y no puedo flaquear. Aun con nuestros labios pegados, pero sin besarnos, sonrió.

—Es posible que follemos, pero lamentablemente será la última vez, no creo que hoy salgas vivo.

—Es posible que follemos, pero lamentablemente será la última vez, no creo que hoy salgas vivo

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Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora