Arabela.
Miro a mi alrededor y no reconozco el lugar, ¿dónde mierda estoy? Me levanto de la cama, sin recordar cómo llegué a ella. Al hacerlo, me percato de que estoy desnuda, un escalofrío recorre todo mi cuerpo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy desnuda? No entiendo nada.
La habitación es asquerosa, y mientras más la miro, más la reconozco. No, esto no puede estar pasándome, no puedo estar aquí otra vez. Busco algo para cubrir mi cuerpo, pero no hay nada. No importa, tengo que salir de aquí. Abro la puerta lentamente y asomo la cabeza, mirando por ambos pasillos; no hay nadie, eso es bueno para mí.
Salgo tratando de cubrirme, pero es un caso imposible. Ya sin importarme nada, solo quiero salir de aquí. Camino por el pasillo de la izquierda; la otra vez fui a la derecha. Camino despacio, mirando por todos lados. Pero no hay rastro de nadie, y la verdad, eso me preocupa.
Sigo caminando por el pasillo y no hay rastro de nadie, esto me está preocupando. Al doblar, encuentro escaleras y desciendo por ellas. Mi cuerpo tiembla del frío y de nervios. Cuando llego al último escalón, visualizo a una persona. Su espalda la reconocería, aunque estuviera a kilómetros de mí. Sin poder evitarlo, las lágrimas se me escapan.
—¿Vladmir? Mi ruso —susurro.
Él voltea, me sonríe. Su sonrisa me da paz. Sin darme cuenta, ya estamos cerca; ambos nos vemos a los ojos con intensidad, él acaricia mis mejillas y cierro los ojos ante ese acto. Siento su boca en mi cuello y me besa con desesperación. Toca todo mi cuerpo de manera brusca. Agarra mi culo y lo aprieta; jadeo ante ello.
Nuestras bocas se encuentran y nos fundimos en un beso intenso y apasionado.
—Oh, mi diosa, qué deliciosa sabes. Te dije que serías mía.
Dejo de besarlo por sus palabras; él nunca me llamaría diosa, y eso es extraño. Al verlo, mi cara es de horror al notar que no es mi ruso, es Alan. El miedo se apodera de mí e intento huir, pero él me agarra del cabello, evitando que dé un paso. Me pega a la pared con fuerza, haciéndome golpear la cabeza.
—No te escaparás esta vez de mí, mi diosa. —susurra.
Lo empujo con todas mis fuerzas y empiezo a correr hacia la puerta, que cada vez está más lejos. Mi corazón late frenéticamente. De mis ojos, las lágrimas brotan como cascadas. No puede ser que esté con ese demente otra vez. Cuando estoy en la puerta para salir, me agarra nuevamente del cabello y me tira al suelo con brusquedad.
Siento su cuerpo presionando el mío; forcejeo para quitármelo, pero es más fuerte. Quiero gritar, pedir ayuda, pero mi voz no sale, es como si me hubiera quedado sin voz. Un fuerte golpe en mi abdomen me deja sin aire.
—Mira lo que me provocaste hacer. ¡¿Por qué no puedes comportarte como la puta que eres?! —me grita propinándome otro golpe más fuerte. —Pero no importa, mejor, así no tendrás a esa cosa en tu vientre, podremos procrear los nuestros.
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Arabela «PGP2024»
Любовные романыArabela es una joven italiana de la mafia más peligrosa de toda Italia. Solía tener una personalidad dulce y tierna, pero todo cambió cuando ese ser en quien confiaba y que pensó que la amaba, la traicionó al confesarle que todo era una vil mentira...