🦋Capitulo 16.🦋

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Vladmir

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Vladmir

—¡Cariño, estoy muy emocionada por la boda! —vocifera mientras se tira en mis brazos y me besa tomándome por sorpresa; de inmediato, la aparto.

—Te recuerdo que esto solo es una farsa, así que deja de besarme cuando se te dé la gana. —espeto con rabia.

—Eso lo sé, pero ten en cuenta que todos nos están observando, así que debemos actuar. —habla sin dejar de sonreír.

Yo ruedo los ojos con fastidio, pero ella tiene razón; parte de su familia nos observa con curiosidad.

—Estoy perdiendo la poca paciencia que tengo. No hagas que termine con esta farsa, así que deja de tocarme. —declaro alejándola con brusquedad, me importa un carajo que todos nos estén viendo.

—Eres un idiota. Desde que llegamos a Italia, te has comportado como un completo imbécil, y si ya lo eras, ahora estás peor.

—Mira, yo no pedí venir. A ti se te ocurrió la brillante y estúpida idea de casarnos aquí. Te lo estoy advirtiendo, no hagas que cancele todo este circo y que toda tu familia se quede sin un centavo. Te lo repito, no vuelvas a tocarme.

Me alejo de ella; esa mujer me asfixia. A mala hora mi padre se le ocurrió que teníamos que aliarnos con su familia, y para colmo, me elige a mí como su títere. Me subo al coche con rabia e indico al chofer que me saque de este lugar, dejando a la loca esa con su familia que es igual de asfixiante.

No mando al carajo a mi padre porque lo conozco y, por más que sea su hijo, no me iría nada bien. No es que le tenga miedo, porque yo no le temo a nadie, pero aún no tengo el poder suficiente que él tiene. Tengo mis cosas que están creciendo bastante rápido, tengo mi gente y pienso ser mejor que él, pero él tiene aún mucho poder en Rusia.

El muy desgraciado no ha dejado que nadie le maneje sus asuntos; al imbécil de mi hermano y a mí solo nos usa para su conveniencia. Nosotros nos ensuciamos las manos para él, aunque no me molesta eliminar a unos cuantos, y más si intentan jodernos. La mano no me tiembla a la hora de matar, y no hay sentimientos de por medio para esas personas.

Mi teléfono empieza a sonar, y es mi padre. Bufé con fastidio, ¿hasta cuándo?

—¿Qué quieres, padre? — hablo molesto.

—¡¿Cómo se te ocurre hacerle eso a Britney?! ¿Se te olvida el trato que tenemos? — me grita.

—Trato al demonio, estoy harto de esa loca. No la soporto, vive pegada a mí como una lapa, y no creo que me vaya a casar con ella. No pienso casarme. Ve a ver cómo resuelves ese asunto con esa gente, porque a mí no me cogerás para esa mierda.

—Mira, no estás en condiciones para decidir si te casas o no. Lo harás y punto. Recuerda que tengo algo en mi poder que no te gustaría que saliera a la luz. Así que vas donde ella, la tratas como una reina y harás todo lo que ella te pide. Otra cosa, mañana habrá una subasta en un casino. La llevarás, y no quiero protestas. ¿Entendido? —espeta con rabia y cuelga.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora