Narrador omnisciente.
—No me mates, por favor —ruega la chica de rodillas, al hombre que la apunta con un arma, un hombre a quien ella ha servido durante mucho tiempo y que ahora mismo no tiene piedad con ella.
Él le sonríe, pero no es una sonrisa de felicidad; al contrario, indica que ella no se librará tan fácilmente de su castigo.
—Intentabas robarme o, mejor dicho, me robaste, y creíste que no me daría cuenta, maldita puta —especta con rabia él hombre mientras le pega en la cara con el arma, haciendo que ella caiga al suelo.
La chica está hecha un mar de lágrimas, y la sangre le escurre de la boca, que se le empieza a hinchar.
—Yo nunca te haría eso, mi querido Alan, mi bestia. Hay un error, una confusión —asegura ella.
Él se le acerca y la agarra del cabello con brusquedad, abofeteándola.
—¿Confusión? No me veas la cara de estúpido. Lástima, tan buen polvo que eras — manifiesta, mientras aún la sostiene del cabello.
—Puedo seguir siéndolo, te juro que nunca te robaría. Haría lo que sea por ti. No me mates — sigue rogando la chica sin dejar de llorar.
A él se le dibuja una sonrisa escalofriante, como si se le hubiera ocurrido alguna brillante idea.
—Sabes qué, tienes razón, no te mataré. Tendrás otra oportunidad —afirma él mientras la suelta despacio y le comienza a limpiar la sangre.
La chica lo mira con terror. No puede creer que él la haya perdonado tan fácilmente. Él no perdona, y menos cuando intentan robarle de su mercancía, un error que cometió la chica y que ahora está lamentando. Él se acerca a su silla, y antes de sentarse, le da una mirada perversa. Se baja los pantalones junto a su ropa interior y se agarra el miembro, empezando a masturbarse despacio, ya sentado en la silla.
—¡Haz lo que sabes hacer, puta! —vocifera.
Ella, sin poder creer lo que está pasando, se acerca a él con nerviosismo, le agarra el miembro y comienza a masturbarlo. Sin embargo, él no es hombre de mucha paciencia y la obliga a introducir su miembro de una estocada. La pobre muchacha hace arcadas, ya que le llegó a la garganta.
Él le agarra de la cabeza evitando que saque su miembro, la presiona con mucha fuerza. Ella empieza a forcejear intentando quitárselo, porque ya no puede respirar, pero él no lo permite. La rodea con sus piernas para que no pueda escapar y le agarra del cabello, llevando el ritmo con brusquedad. Le embiste la boca con fuerza, ella tiene los lagrimones, tratando de detener la situación, siente ganas de vomitar porque su pene llega a la garganta y más allá.
Ella le golpea los muslos, forcejea, pero él no cede.
—Tranquila, puta, casi me corro. —advierte él justo en el momento en que la chica no resiste y empieza a vomitar, bañándolo todo de vómito. Pero en vez de detenerse, él sigue embistiéndola con rabia. —Demonios, qué delicia. —gruñe Alan llegando a su orgasmo y presionando más su pene dentro de su boca.
ESTÁS LEYENDO
Arabela «PGP2024»
RomanceArabela es una joven italiana de la mafia más peligrosa de toda Italia. Solía tener una personalidad dulce y tierna, pero todo cambió cuando ese ser en quien confiaba y que pensó que la amaba, la traicionó al confesarle que todo era una vil mentira...