🦋Capitulo 37.🦋

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Arabela

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Arabela

—Por Dios, hermana, ¿dime qué estás tramando? Llevas días sin ir a la empresa y tu tranquilidad me tiene inquieto. —Fabrizio me mira con preocupación.

—¿Por qué asumirías que estoy tramando algo? ¿No puedo tomarme un descanso? Tengo derecho a hacerlo. —respondo con una sonrisa mientras acelero aún más el coche.

—No me hagas reír. Estás tramando algo, lo sé, y dime ¿a dónde vamos? Además, podrías reducir la velocidad; quiero seguir con vida. —dice de manera dramática.

—No exageres. No estoy yendo tan rápido, y ten paciencia. Pronto sabrás a dónde nos dirigimos.

Continúo conduciendo con calma, aunque en mi interior estoy radiante. No debería estar tan alegre, pero lo que estoy a punto de hacer me llena de satisfacción. He pasado tiempo planeando este plan perfecto, y él llegó en el momento oportuno, cayo como anillo al dedo.

Los recuerdos de Vladimir cogiendo con otra y su mirada psicópata, inundan mi mente, y una furia ardiente me consume. No puedo evitar recordar esos momentos, y mi corazón se retuerce de dolor al hacerlo. Durante una semana, me esforcé por mantenerme alejada de él, aunque nuestra relación no era oficial, había algo entre nosotros, y mi corazón estaba inclinándose hacia el perdón. Odiaba mi debilidad, pero no más.

Finalmente, llegamos a nuestro destino y salimos del coche. Sonrío al ver el otro vehículo esperándonos.

—Pensé que no llegarías. —comunica Viktor.

—¿Por qué pensar eso? Soy una mujer puntual —digo con una sonrisa.

Fabrizio parece sorprendido y confundido. —¿Qué está pasando? ¿Qué hace él aquí?

—Vino a entregarme una mercancía. —respondo mientras me dirijo hacia el vehículo de Viktor.

—¿Qué mercancía? No tenía nada agendado para recoger hoy. No entiendo nada —Fabrizio está cada vez más desconcertado.

—Escucha, espero que lo que tengas planeado sea bueno, porque él me va a odiar. Es mi mejor amigo, y mira lo que hice. —Viktor comenta con preocupación.

—Tranquilo, él no te odiará, solo querrá matarte. —respondo con una sonrisa maliciosa.

—Eso es peor. No debí haberte hecho caso. —se queja Viktor.

—Deja de dramatizar, no podrá matarte si él se muere tambien. —digo al abrir la puerta del vehículo y encontrarme a Vladmir profundamente dormido.

Viktor se muestra cada vez más preocupado. —¿Cómo que muerto? ¿Tienes la intención de matarlo? Esto es una broma, ¿verdad?

—Por supuesto que es una broma, relájate. —le miento.

—¿Qué demonios estás haciendo? ¿Acabas de secuestrar al ruso? —Fabrizio exclama al ver a Vladmir.

—Él me pertenece, y puedo hacerlo. —aseguro mientras acaricio el hermoso rostro de mi rusito.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora