🦋Capitulo 69.🦋

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Arabela

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Arabela.

Me encuentro frente al espejo, observando mi reflejo con una mezcla de emoción y ansiedad que revuelve mi estómago. El vestido que llevo puesto es una obra maestra de encaje y seda, ajustado a la perfección a mis curvas, abrazando cada contorno con delicadeza. Es un estilo sirena que resalta mi figura de manera sensual y elegante.

Al fin me casaré con mi ruso. El día que me secuestró, ese mismo día él mismo puso fecha, y ya han pasado ocho meses de ello. Lo decidió así para poder dedicarles tiempo a las nenas que aún estaban pequeñas y organizar una boda te quita tiempo.

Estoy tan feliz que los nervios me están matando; creo que nunca había estado tan ansiosa como lo estoy ahora.

—Estás radiante, cariño. —habla mi madre posándose a mi lado, me mira con una sonrisa mientras ajusta delicadamente el velo sobre mi cabello. —¿Por qué los nervios? Tranquila, que todo saldrá bien, este es tu día y tienes que disfrutarlo.

Asiento débilmente, tratando de convencerme a mí misma de que todo saldrá como está planeado. No puedo creer que esto esté sucediendo después de tantas cosas que hemos vivido. Al fin estaremos juntos como siempre lo deseamos.

—No puedo evitarlo, madre, los nervios me están superando. Y presiento que pasará algo. Espero que sea bueno. —murmuro mientras paso mis manos por mi vestido.

—Será bueno, ya lo verás. Así que apúrate, que tu ruso está desesperado. —me dice dándome un beso en las mejillas.

Las palabras de mi madre no logran calmarme. Antes sí lo hubieran hecho, pero estos meses que hemos estado distanciadas sin pasar muchas palabras no han logrado que las cosas mejoren. Aun le tengo el castigo de ignorarla; hice una excepción estos días por los preparativos de la boda, pero aún no le perdono su pequeña traición. Tal vez exagero, pero yo confiaba en ella.

Me doy un último vistazo, verificando que todo esté en orden. Cuando me siento segura, salgo de la casa. Y justo cuando estoy a punto de subir al carro, Valentino, que es amigo de mi hermano, se me acerca rápidamente. Puedo ver en su rostro preocupación.

—Señora, disculpe que la detenga en un día como hoy, pero hay un problema con Fabrizio.

Mi corazón se detiene por un momento al escucharlo; el miedo y la ansiedad me envuelven por un instante. Sabía que algo así podría ocurrir, pero había estado esperando que todo saliera sin complicaciones en este día tan importante.

—¿Qué pasa con mi hijo? —pregunta mi madre con angustia.

—Habla de una vez, no te guardes nada. —exijo viéndolo con rabia.

—Últimamente él ha estado actuando raro, y con un humor horrible, y señora, él no es así. —habla con nerviosismo.

—De eso me di cuenta, pero ¿qué está pasando con él? Habla ya o lo vas a lamentar.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora