🦋Capitulo 47.🦋

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Arabela

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Arabela

—¿No piensas venir, mami? ¿Por qué no te quedas para que juguemos todos juntos? —la voz de Alessio interrumpe mis pensamientos. Lo miro y él me regala una linda sonrisa.

—Tranquilo, mi niño, mamá tiene que trabajar. Otro día jugaremos todos juntos. —le respondo con una sonrisa forzada.

—¿No quieres estar con papá? Es eso, ¿verdad, mami? —pregunta Alessandro. Me mira con tristeza.

—No, cariño, no es eso. Es que mamá tiene mucho trabajo, pero pronto jugaremos todos. Vayan, quédense con su padre, pasen tiempo con él.

Ambos besan mis mejillas y salen de la camioneta con una enorme sonrisa, uniéndose a Fabrizio. Los observo con tristeza, una lágrima escapa de mis ojos sin poder evitarlo. Ha pasado un mes desde que conocieron a su padre, y en ese tiempo, han pasado más tiempo con Vladmir que conmigo. Están felices, y si ellos lo están, yo también lo estoy, aunque duela.

Duele no estar con ellos todos los días. Ha sido doloroso, aún no me acostumbro a no verlos siempre. Extraño llevarlos a la cama y darles un beso de buenas noches, acariciar sus mejillas mientras duermen, velar su sueño. Extraño despertar y ver sus lindas sonrisas, oírlos llamarme "reina" cuando jugamos. Extraño todo eso.

Este mes ha sido agotador. Los fines de semana me toca pasarlos con ellos, y él los otros días. Hoy tuve que traerlos, acordamos que así sería hasta coordinarnos mejor. Vladmir sigue hospedándose en el hotel, en una habitación mucho más grande y lujosa. No es el mejor lugar, pero dadas las circunstancias, es lo mejor. Aquí tiene mucha seguridad; sus hombres y los míos rodean todo el hotel y estarán ahí hasta que puedan viajar.

—¿No vas a subir? —pregunta Fabrizio al subir a la camioneta, sacándome de mis pensamientos. Niego con la cabeza mientras limpio las lágrimas que se escaparon. —Sabes que tendrán que verse en algún momento, ¿verdad?

—Vámonos, debemos seguir en lo que estábamos. —respondo indicándole al chofer que avance, ignorando las palabras de mi hermano.

Él no dice nada, y es lo mejor. No quiero volver a lo mismo de siempre. Cada vez que dejo a los niños, me hace la misma pregunta, a la que evito responder. Vladmir no me quiere cerca; lo intenté el primer día que los traje. Subí a su habitación, y su mirada fría junto a sus palabras bastaron para no subir más. «Gracias, pero no tienes que subir a traerlos. Puedes mandar a alguien. Puedes irte», fueron sus "lindas" palabras. Con dolor en el alma, le dije que así sería, y estoy cumpliendo con lo que ha pedido. ¿Duele? Sí, claro que duele, mucho, pero ¿qué puedo hacer?

—Hermana, estaba reflexionando, dudo que podamos arrancarle información al traidor. Mira el tiempo que lo tenemos encerrado y no cede. ¿Crees que debemos seguir?

—Claro, estoy segura de que lo hará, hablará. Todo a su debido tiempo. Debo encontrar a Alan antes de que él me encuentre a mí. Te dije que actuaría con paciencia. Antes, ese imbécil estaría muerto a la primera negativa.

Arabela «PGP2024»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora