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BETH

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BETH

Me encontré con Asher al salir de la academia, le pedí si podía acompañarme al centro comercial porque quería elegir mi vestido para el baile de fin de curso y antes de que pudiera negarse lo persuadí diciéndole que pasaríamos a la heladería de regreso, él accedió y me dijo que nada más pasaría a su casa a dejar su moto y que después iría a buscarme a mi casa.

Un par de horas más tarde estábamos recorriendo los amplios espacios del centro comercial. Ambos nos deteníamos delante de las boutiques para mirar los vestidos que se mostraban en los aparadores, pero hasta el momento ninguno me había llamado mucho la atención.

Ya estaba perdiendo la ilusión de encontrar algo para mí cuando vi ese deslumbrante diseño oculto detrás de un par de vestidos de noche; se trataba de un vestido de color lila que no era demasiado largo, la parte trasera era llamativa porque caía en varias capas de ondas desde la cintura, además, la parte superior tenía incrustadas perlas diminutas y llamativas. Desde el primer segundo que lo miré quedé fascinada, absolutamente cautivada.

—¿Es ese el vestido que te gusta? —preguntó Asher deteniéndose a mi lado. Le miré de perfil y descubrí que sus ojos enigmáticos estaban ocultos tras unas gafas oscuras.

—No solamente me gusta, me encanta —le respondí, resplandeciente de alegría.

—Entonces vamos, entremos para que puedas probártelo.

En cuanto le vi avanzar en dirección a la entrada de la boutique le seguí sin pronunciar una sola palabra. Cuando llegamos al espacio del mostrador le pedimos a la chica que nos mostrara el vestido, la dependienta me preguntó si quería probármelo, yo estaba a punto de decirle que no era necesario cuando Asher le pregunto en qué parte se encontraban los vestidores. Le lancé una mirada confusa a la que él correspondió con una sonrisa suave.

—Por favor, ¿no quieres ver cómo te queda?

—No era necesario —susurré en voz baja para que la joven que nos guiaba no pudiera oírnos.

—Bethy, hazlo por mí, estaré encantando de ver cómo deslumbras —sus ojos reflejaron un entusiasmo al que no pude negarme.

—Vale, me lo probaré, pero más te vale darme una opinión sincera —entrecerré los ojos y lo miré con advertencia.

—Mi opinión constructiva será honesta, lo prometo —me dirigió la más desarmante de sus sonrisas y yo tuve la sensación de que me derretía.

El carraspeo repentino de la chica que nos acompañaba me trajo de vuelta a la realidad.

—Aquí hay un vestidor disponible, señorita —comentó mientras tiraba de la perilla de una puerta de madera.

—Eres muy amable, gracias —le dije y ella nos sonrió antes de retirarse.

Cuando nos quedamos solos le tendí mi bolso a Asher y le dije que me esperara justo donde se encontraba.

—Procuraré no tardarme demasiado —expresé justo un instante antes de cerrar la puerta del vestidor.

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