BETH
Algunos días después llegó el momento de asistir al baile de fin de curso. Tyler pasó por mí a casa, al entrar saludó a mis padres y ellos no perdieron la oportunidad de tomarnos fotos con la cámara. A mi parecer él les caía muy bien porque lo recibieron con mucha amabilidad.
Nos fuimos en su auto y de camino al baile estuvimos conversando acerca de la primera noche que nos conocimos, ese primer encuentro fue para ser exactos en el baile con temática de invierno. Tyler también me habló de que buscaría estar al pendiente de mí cuando empezáramos el primer curso de la universidad. Ambos sabíamos que no sería fácil seguir saliendo y viéndonos porque viviríamos en sitios diferentes y asistiríamos a universidades distintas, pero yo tenía claro que quería seguir con él a pesar de la distancia y sabía que Tyler también deseaba estar conmigo.
Una vez que llegamos, Tyler aparcó el auto en el área del estacionamiento. Mientras yo examinaba mi maquillaje en el espejo retrovisor, Tyler se bajó del auto y fue a abrirme la puerta como todo un caballero. Cuando me tendió su mano yo le di la mía y bajé del auto sintiéndome como una verdadera princesa. Sonreí y me sonrojé cuando me dijo que estaba preciosa con ese vestido.
Yo le rodeé el brazo con delicadeza y él me colocó el suyo alrededor de la cintura. Nos adentramos al salón de baile luciendo como una verdadera pareja. Muchas miradas recayeron sobre nosotros al vernos entrar con tanta elegancia, sujetos el uno del otro, indudablemente cercanos.
El reluciente salón de baile estaba bañando de luces que se desplazaban de un lado hacia otro, había adornos dorados que colgaban de las paredes y grandiosos ramos florales que decoraban todos los espacios libres. El lugar estaba repleto de estudiantes que formaban parte de nuestra generación, también vi a algunos profesores, al director de la academia y a algunas personas desconocidas que acompañaban a los recién graduados. Entre la multitud logré localizar a Melissa, quien no me sorprendió que tuviera los brazos entrelazados tras el cuello de Max.
Ellos comenzaron a salir desde el mes anterior y ahora eran novios. Me sentía muy feliz por ellos, porque su amor se había ido fortaleciendo poco a poco hasta haberles hecho imposible que siguieran ocultando que se querían. A los ojos de los demás era algo impresionante que estuvieran juntos porque en tres años de conocerse nadie habría sospechado que se habían enamorado en secreto. Yo ya no dudaba que lo de ellos dos era real, sobre todo después de haber presenciado con mis propios ojos que no soportaban siquiera verse. Verlos juntos como pareja era la demostración perfecta de que se puede sentir amor por las personas que menos esperamos.
Cuando los veía me invadía una nostalgia profunda que me era imposible reprimir. Sabía que ese sentimiento indefinido se debía a que ellos eran todo lo que Asher y yo nunca pudimos ser y me destruía darme cuenta de que nosotros nunca tuvimos una oportunidad de amarnos. La amistad que tuvimos desde niños era inalterable y especial, y tenía claro desde lo más profundo de mi corazón que jamás querría perder esa conexión que nos mantenía enlazados a la vida del otro, pero también sentía melancolía porque la misma amistad que nos unía siempre sería un impedimento para estar juntos.
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Incondicionales
Teen FictionAsher es un joven con muchos sueños y metas en la vida, cada uno de sus objetivos tiene un propósito a seguir: convertirse en un jugador estrella del fútbol americano. Su mejor amiga, Elizabeth, es una gran soñadora. Ella sueña que las canciones que...