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ASHER

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ASHER

—¿Me has comprado algo? Pero si ni siquiera es mi cumpleaños, estoy confundida —expresó con desconcierto al voltear a verme.

Su mirada y la mía coincidieron a tan solo unos centímetros. Nuestros rostros estaban a la misma altura; no había manera de que ninguno pudiera romper el contacto visual.

—Los regalos pueden darse en ocasiones especiales, y esta es una de ellas, así que no necesariamente voy a tener detalles contigo el día de tu cumpleaños cuando puedo hacerlo en cualquier momento de los 365 días del año.

La sinceridad en mis palabras fue transparente y determinante. Vi reflejada una ilusión muy profunda en los ojos de Beth que la hizo contener el aliento.

Nos miramos una vez más. De manera repentina, Beth colocó su mano sobre la mía y dijo las siguientes palabras:

—Todo lo que haces es especial para mí y no tengo dudas de que lo haces con la mejor intención.

A continuación, se fijó en la caja que había cubierto de ese papel llamativo que tanto les gustaba a las chicas. No me fue difícil detectar que algo le causaba gracia y se esforzaba en ocultar su risa bajo un semblante neutro y cálido. Finalmente, no se pudo contener y, al deslizar las manos sobre el papel, me dijo:

—Se ve que no eres experto envolviendo regalos, eh, pero valoro el resultado.

—Lo que vale es el esfuerzo, ¿no? —puntualicé de inmediato, cruzándome de brazos como si su comentario me hubiera ofendido, cuando en realidad solamente confirmó mis sospechas: que era pésimo siguiendo los tutoriales creativos de YouTube.

Ella me lanzó una sonrisa irónica al decir:

—Sí claro, reconozco que te esforzaste esta vez. Quizás puedas mejorar... aunque te lleve años conseguirlo —agregó al final con un tono divertido.

Solté un resoplido justo antes de sentarme a su lado en el sofá. Beth me miró de reojo, todavía sonriente y alegre, mientras comenzaba a desenvolver la caja, tratando de quitarle ese papel decorativo sin romperlo. Sinceramente, me pareció dulce de su parte que se tomara su tiempo en abrirlo, con la única intención de no hacer pedazos mi fallido intento del obsequio perfecto.

Tras algunos minutos de espera, Beth notó que aquella no era una simple caja de regalo, así que la abrió ansiosamente y sacó del interior la sudadera de edición limitada, sobre la cual estaban grabadas las letras HP, junto con ilustraciones de los personajes de la saga "Harry Potter".

Estando a su lado, observé claramente su reacción. El entusiasmo en su expresión y la fascinación en sus ojos nunca habían sido tan evidentes. Me sentí feliz y orgulloso de haber sido yo el causante de esa alegría.

—Asher, no tengo palabras, esto es... maravilloso, increíble, es el obsequio más especial de todos. Realmente me encanta, es magnífico... Tú eres magnífico.

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