CAPITULO 7. EL INICIO DE TODA UNA HISTORIA

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Mi semana transcurrió como todas, lenta y desesperante, lidiar con las monjas de mi colegio, sus normas, los castigos sin sentido de mis papás, los entrenamientos de tenis, hablar con Abbel realmente no era una tarea fácil, de hecho, era desesperante simplemente era muy ausente, luego de mi práctica del jueves fue a buscarme.

— Hola — dije montándome en su coche.

— Hola preciosa — dijo estampándome un beso en los labios, era placentero el hecho de besarlo, le besé de vuelta— disculpa que no te había respondido más — lo dijo mirándome a los ojos, era hipnotizan te mirarlo, creo que sabía que me derretía porque lo hacía a menudo.

— Uhmm — hice un sonido de duda con mi boca— Ya, no pasa nada — concluí ya que, no creo que hubiera mucho más por decir.

¿Quieres ir a tomar un helado de la paz? — preguntó y no pude evitar sonreír.

¿Qué edad teníamos 10 años? Asentí con mi cabeza y puso el motor del carro en marcha, cuando llegamos a la heladería que por cierto era un lugar conocido en el centro de la ciudad nos bajamos, ¿si me sentía rara? Si, si lo hacia aunque lo trataba de disimular, era difícil. Él fue por los helados y yo solo busqué una mesa, elegí la más escondida y luego llegó con los helados.

— Gracias — dije al recibirlo — ¿porque eres tan ausente? — él solo sonrió y miro a su helado el cual comió un poco antes de responder, parecía que buscaba una respuesta.

— Oye no es no me guste hablarte o ... — Intentó explicar pero lo interrumpí —

— A ver, no espero que te excuses — interrumpí— solo necesito entender — no sé si usé las palabras correctas, pensé, solo espero que me haya entendido la verdad no sé si lo hizo pues solo levantó una ceja ¿no podía ser más sensual?

— Ok, entiendo. La verdad soy muy apegado a mi profesión la cual no se trata de quedarme quieto en un solo lugar, es todo — concluyó.

Creo que quiso ir al grano, pero fue muy al grano y no entendí así que solo hice un ademán con mis hombros y creo que entendió que debía ser más explícito

— ¡ah ver! paso mucho tiempo en la computadora, caminando de un lado al otro y mi teléfono lo dejo en segundo plano, no porque no me importe hablar con las personas que tengo ahí, sino, porque trabajo duro para cumplir con los pendientes de mi día a día que se dividen entre mi trabajo, mis entregas finales de titulación y los requerimientos de mi beca — explicó de forma mas detallada.

En respuesta abrí ligeramente mi boda ante el asombro por todo lo que hace y ahora me siento tonta, no soy ni la mitad de útil, él se encogió de hombros ante mi reacción. Tardé unos segundos antes de hablar y finalmente pregunté

— ¿En que eres becado? — me sentí tonta al no saber siquiera que decir al respecto.

— Fui seleccionado para concursar por una beca para un postgrado muy importante para mi — concluyó y yo puse mis ojos saltones.

— ¿Post-grado? — repetí sorprendida

— Si... — respondió con un cierto tono de curiosidad.

— Pero Abbel... ¿tan mayor así? — cuando termine mi frase él se carcajeo de forma animada.

— Tengo 23 Barbi, te lo dije el primer día ¿lo recuerdas? — enfatizo y yo rasque la parte baja de mi cabeza.

— Yo... si, recuerdo solo que imagine que gente mayor hacia esos estudios — El río una vez mas — por eso tus amigos se ven mayores — concluí.

Las chicas Biancci (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora