Cuando aterrizamos todo el equipo empezó a descender del avión, hoy solo nos quedaríamos en el hotel para descansar porque mañana debíamos practicar y no era sino hasta la tarde que empezaban los juegos de bienvenida pera en dos días empezar los de clasificación, a mi no me tocaba sino hasta el miércoles jugar. El uso de los celulares era reducido para mantenernos enfocados en los entrenamientos, realmente salíamos muy temprano y llegábamos al hotel bastante tarde así que en ese espació hablaba con los que podía hasta luego quedarme dormida, cada día así fue.
Por ahí como el sexto día finalmente pude hablar por videollamada con Abbel eran las siete pm y no faltaba mucho para tener que irme a dormir, hablamos de lo muchos que nos extrañabamos, realmente lo extrañaba, hablamos de todo y le pedí que se quedara conmigo hasta que me quedara dormida y así fue.
— Oh nena — dijo gimiendo mientras veía como yo le bailaba desnuda a través del teléfono en respuesta él se tocaba — acuéstate, abre tus piernas y déjame ver cómo te tocas — me ordenó a lo que obedecí gemí mientras me tocaba — solo imagina que soy yo — dijo y su voz estaba totalmente ronca, al momento de indicarme que introdujera un dedo en mi fue tan específico — hazlo con la izquierda, ya que eres diestra — dijo y no lograba entender la diferencia hasta que lo introduje, solté un gemido estruendoso, por momentos pareciera que era otra persona tocando me, él iba cambiando la cantidad de dedos a usar a veces uno, luego tres, luego dos volvía a uno, cuando me pidió cuatro mis gemidos se hacían mas fuertes. — así me gusta — dijo cuando obedecí, jugué una vez más mi clítoris y un orgasmo recorrió todo mi cuerpo vi como él se masturbaba hasta acabar, caí tendida en la cama con el celular en la mano.
— No sabes cuánto te estoy necesitando — confesé.
— Y yo a ti mi reina — respondió él tomando el celular y mirándome por la pantalla — no pensé que sería tan difícil.
— Ni yo — le respondí.
Y es que ya al décimo primer día y mi cuerpo pedía a gritos que Abbel me comiera sin control, no sé si estaba bien o ya me había vuelto adicta a él pero realmente lo necesitaba, cualquier cosa me recordaba a él, incluso mientras me bañaba se me venía a la mente y me daban unas ganas intensas de tocarme
— Quisiera tenerte aquí — le dije.
— Ya pronto, cuando vuelvas te robaré y por lo menos en tres días no te dejare salir del cuarto — me amenazó y yo solo me reí.
— Solo 4 días más y ya — dije y nos quedamos hablando hasta que me dormí.
En el partido de clausura recolecte los puntos que me faltaban para estar en el cuadro ganador, lo que me aseguraba no solo una muy buena posición para los partidos que habían en septiembre sino que también me daban impulso para entrar en el torneo nacional. Estaba recogiendo mis cosa mientras hablaba por teléfono con Abbel y le contaba todos los detalles de la victoria, en ese momento llamaron a mi puerta y abrí, un ramo de flores inmenso me sorprendió y casi arruinaba todo hablándole a Abbel cuando me di cuenta que habían dos personas detrás, eran mi mamá y mi padre, me sorprendí ante la sorpresa y los abracé los invite a pasar pero rápidamente fui a tomar mi teléfono y trancar la videollamada pero ya Abbel lo había hecho.
— ¿Con quién hablabas? — me preguntó mi padre inspeccionando la habitación.
La verdad era la única que se quedaba sola en una habitación y eso porque mi padre no permitió que compartiera habitación lo cual le agradezco, algunas veces me encantan sus excentricidades.
—Con las chicas, hablábamos por videollamada, me felicitaban por mis resultados — expliqué mientras seguía abrazada de mi mamá.
— Te traemos sorpresas — dijo mi madre emocionada.
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Las chicas Biancci (TERMINADA)
Ficção AdolescenteLas mejores historias de amor siempre se presentan entre las personas que no pueden estar juntas. Pero ¿Qué tan lejos pueden llegar dos personas con todos los pronósticos en contra? Barbara quién no conocía los límites ni mucho menos el control, con...