Fuimos a un lugar llamado La Colonia Tovar, es un pueblo a unas horas de mi ciudad de hecho eran a 7 horas, es un lugar muy frío pero lindo, es tranquilo y fue donde mi madre pasó parte de su infancia. Durante el fin de semana fuimos de paseo, comimos e hicimos cosas aburridas, ya por fin el domingo luego del almuerzo nos regresamos, cuando llegué a la casa estaba cansadísima así que me quedé dormida cuando desperté ya era de madrugada vi mi celular y tenía algunas llamadas perdidas de Abbel no sabía si regresarle las llamadas ya que eran las 3 am, solo le escribí mensajes explicándole que me dormí, vacilé un poco más cuando me volví a quedar dormida.
Mi alarma sonó y con eso mi semana empezó mi lunes estuvo súper aburrido, el martes fui al cole y luego fui a prácticas de tenis y como no tenía nada más que hacer le marqué a Abbel.
— Hola — hablé apenas me percaté que respondió
— Hola hermosa, ¿cómo estás? — respondió, las cosas entre nosotros iban bastante bien.
— Bien, muy bien gracias... oye te llamo para saber si estas ocupado — pregunté.
— Eh no, no lo estoy, de hecho, estoy en mi depa hoy me desocupe temprano —dijo y eso alegró mi día .
— ¿Está bien si paso por allá? Solo un rato — pregunté
— Seguro... ¿Quieres que vaya por ti? — pregunto de manera educada.
— No, yo voy, espérame... — dicho esto nos despedimos.
Salí para allá en taxi cuando llegué estaba sólo, nos pusimos a conversar lo que se nos daba bien, luego hicimos palomitas y empezamos a ver una peli en la sala de su Loft era una película de acción las cuales no me gustan mucho pero él estaba entusiasmado por verla y hasta que terminó me habló.
— ¿Te gusto? — preguntó entusiasmado.
— Sí, mucho — intenté sonar igual de entusiasmada que él
— No se te da tanto mentir, se nota en tu cara que no — «que bueno que crea eso» pensé, me reí ante la idea y dejé el tazón de palomitas que estaba casi vacío a un lado.
— Bueno me gustó verla contigo — me puse de rodillas en el sofá, él se acomodó y me trepé sobre de él — y me gustó verte entusiasmado por la película, aunque fuese malísima.
— ¡Oye! No estuvo mala — me sostuvo con ambas manos de cada lado de la cadera.
— Si lo estuvo, sinceramente lo digo pero no te sientas mal, lo disfruté — dije y le di un besó en los labios el cual él respondió.
Cuando me iba a separar se pegó más a mí y continuamos besándonos, su lengua empezó a explorar mi boca pero terminó el besó apasionado en un beso simple.
— Eres sumamente irresistible ¿te lo habían dicho? — dijo apenas se separó de mis labios.
— No, pero puedes volverlo a decir y ya serían dos veces que me lo hayan dicho — él sonrió y me dio un beso en los labios.
— Me gustas... —me confesó, estoy muy segura que mi cara pasó de ser pálida a tener un color rojo carmesí.
— No me lo habías dicho antes — respondí.
— Estoy seguro de que sí... y si no, te lo digo ahora — lo dijo mientras miraba mis labios y depositó un beso en ellos.
— Oye... — empecé — hay algo que ronda mi mente... — pausé pasado unos segundos sin hablar intentando conseguir Las palabras adecuada, pero él se adelantó a preguntar.
— ¿Qué es eso que ronda tu mente? — vacilé un poco más antes de responder, no quería sonar desesperada.
— Es que... no sé qué somos tu y yo... es eso — se dibujó en su cara una sonrisa enorme.
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Las chicas Biancci (TERMINADA)
Teen FictionLas mejores historias de amor siempre se presentan entre las personas que no pueden estar juntas. Pero ¿Qué tan lejos pueden llegar dos personas con todos los pronósticos en contra? Barbara quién no conocía los límites ni mucho menos el control, con...