CAPITULO 50. No estoy lista para dejarlo

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— ¿Que te acabo de pedir? — me preguntó con la respiración acelerada.

— Abbel ya, cálmate — le pedí tomándolo de su brazo, intentó caminar y me moví frente a él — vámonos — pedí — ¡ya! me voy contigo y con tu grupo pero no vayas a hacer un escándalo — le ofrecí y me miró a los ojos se veía furioso. — por favor — agregué.

Me tomó de la mano y me llevó detrás de él, pensé que iríamos con sus amigos pero reconocí el camino y era hacia el estacionamiento, llegamos a su carro abrió mi puerta y me subí, cerró la puerta luego fue hasta la suya y vaciló un minuto antes de entrar. Sin decir más encendió el motor y poco después puso el carro en marcha.

— No entiendo por qué... — me interrumpió levantando su mano para que guardara silencio.

No dijo ni una palabra, se aferró al volante con ambas manos. En ese punto ya íbamos en carretera y manejaba como desquiciado, realmente iba muy rápido, me hundí en mi silla, cruce mis brazos sobre mi abdomen y me quedé mirando fijamente por la ventana del carro, veía como las cosas pasaban velozmente, como rebasabamos los carros y en unos segundos los dejábamos atrás.

No entendía su reacción, de verdad no lo hacía, y no era por el hecho de no saber que estaba mal, o que ya sabía que no quería verme con Omar; lo que realmente no entendía era el ¿Por qué? Que le molestaba de todo ésto sí simplemente no somos nada, sí incluso él lo había aceptado, sí él había sido capaz de estar con otras y peor dentro de la relación; y ahora me juzga a mi con una bara de infinita moral.
Volví a la realidad justo en el momento que estaba entrando al sótano del edificio donde está el Loft, fue hasta su lugar y se estacionó, apenas apagó el motor del carro me bajé y comencé a caminar, ya me sabía el camino, de hecho, ya lo he caminado decenas de veces, algunas en sus brazos, otras tomada de la mano con él, algunas otras sola, estando feliz, llorando, riendo a su lado, discutiendo tonterías como sí habían o no extraterrestre, otras discutiendo por sus celos o por algo que yo había hecho. Tomamos el ascensor en completo silencio y así se mantuvo hasta que entramos al Loft; una vez ahí, dejó las llaves en el plato de siempre y dijo:

— Ve al cuarto, Barbara — dijo señalando las escaleras.

Él caminó hasta la cocina, lo miré por unos segundos luego solté un bufido al aire y fui hasta el cuarto. Me tumbe boca arriba en la cama y fijé mi mirada en el techo ¿De verdad era necesario tanto enojo? Tal vez lo podría entender si tan solo me hubiera estado besando con Omar o tal vez en una situación más comprometedora, incluso, podría tal vez entender su enojo sí aún fuéramos novios pero no es asi ¿Cómo se toma tal derecho después de todo? Además, Omar y yo solo hablábamos y lo peor es que me ayudaba a sentir bien después de que el mismo Abbel haya ocasionado mi malestar.

Me levanté y empecé a caminar por el cuarto «¿Tardará mucho en venir?» Me pregunté, empecé a curiosear sus cosas como su mesita de noche la cual revisé, su closet el cual estaba lleno de camisas que estaban ordenadas no solo por colores sino también por longitud de mangas ¿Él las organizará? Nunca me había preguntado eso, de hecho, ¿Cómo harán para mantener el Loft siempre organizado y limpió tan perfectamente? ¿Ellos los limpiaran? Digo, en todas las veces que he venido nunca he visto a nadie, uhmm, «¡Tal vez los elfos!» Dije para mí y luego reí ante la tonta ocurrencia.

De igual forma, en cada cajón del closet todo estaba tan ordenado, ni siquiera, por el hecho de que alguien limpia y ordena mi cuarto todos los días, logro que se mantenga así. Tenía una cajonera con varios perfumes guardados en cajas, los olí uno por uno y a mi mente se venían diferentes momentos que hemos pasado juntos, por ejemplo, cuando olí uno en particular recordé el concierto del último día del festival, cuando me abrazó y nos quedamos bailando y besándonos libre y felizmente; igual otro que olí me recordó un día que estábamos tan tomados que en vez de entrar al cuarto de él, entramos al de Daniel, quien no solo nos lanzó una almohada sino que empezó a gritar que lo íbamos a violar, empecé a reír ante la escena que realmente había olvidado, ese mismo usó cuando discutimos por Dominic y me pregunté ¿Será que podría identificar todos y cada uno?

Las chicas Biancci (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora