Cada día que pasaba perdía más las esperanzas de que me escribiera, tal vez este era el fin, tal vez es lo mejor, digo... en algún punto esto iba a pasar ¿no? Solo que soy sincera no quería que pasara así, aún quería disfrutarlo un poco más y me sentía mal no un mal físico era más bien sentimental, sentía un vacío en el estómago cada vez que sonaba mi teléfono y no era él, lo peor es que ni una disculpa recibí por lo que pasó en su depa nada, ya era miércoles y las chicas estaban entusiasmadas.
— ¡Ok entonces, termina la fiesta con la familia y zas nos vamos! —dijo Jessy.
— Sí, hablé con mis tíos y la excusa es que te vamos a hacer una fiesta sorpresa en casa de Linda — planeó Sara.
Linda es una amiga casi imaginaria, si existe pero realmente no es de nuestro grupo sólo que la hemos presentado a nuestros padres para que sepan que existe y poder inventar salidas en su casa sin que nuestros padres sepan donde es o cuál es su contacto.
— Entendido —Dijimos Jessy y yo al unísono.
— Va Max — dijo Jessy, puse mis ojos en blanco y miré a otro lado.
— Ya deja esa cara, le gustaste y baila bien y te agradó así que deja la pesadez ¿o prefieres pasar tu cumpleaños sola? — me regañó Jessica por mi cara ¿se acuerdan del chico que Abbel empujó porque trató de detenernos cuando nos íbamos? Él es Max y si, es muy agradable y guapo sólo que no es Abbel.
— No estoy diciendo nada ¿qué tengo que agradecerles por ser Cupido? — respondí.
— No, solo no seas tan pesada, sí no te ha hablado en dos semanas no te va a hablar en dos días — me dijo Sara y aunque no dijera nombre mi pecho entendió a quién se refería y sí, una vez más sentí el vacío horrible en mi estómago.
— Lo siento Barbi por decir eso, pero ya deja de pensar en eso, solo queremos que estés bien en tu cumple — Sara me abrazó y se le unió Jessy.
Mi miércoles terminó como cualquier otro, fui a mis prácticas luego a casa, el jueves pasó lento lo mejor de ese día fue ir de compras con mi madre, luego fuimos a la peluquería para consentirnos las uñas y el cabello y por último fuimos a cenar, mi papá nos alcanzó en el restaurante. Para mi suerte mi mamá es joven y pues entiende mis gustos al vestir y las cosas que me gustan hacer, al terminar de cenar nos fuimos a casa, dejé las compras a un lado, me cambié de ropa y me acosté me sentía cansada, revisé las redes y vi qué él había subido una nueva foto, estaba como en un café con un grupo de chicos y creo que ya había ido a ese café porque se me hacía conocido.
Sin darme cuenta me quedé dormida... a lo lejos escuché mi teléfono sonar y sonar hasta que respondí, era una video llamada de Sara y Jessy deseándome un feliz cumpleaños, eran las 5:30 am, las quería matar pero ¿A quién engaño? me hizo feliz su llamada, luego de hablar con ellas entró mi mamá tenía mi desayuno y un regalo y como siempre unas palabras cursis, mi papá fue poco después ya estaba listo para irse a trabajar y de igual manera me dio un regalo. Luego de eso me bañe y me cambié ya que debía ir al colegio, en el colegio todo estuvo normal si recibí muchos regalos y eso me hacía feliz.
Estuve todo el rato hablando y echando chistes con Jess hasta que por fin fue la hora de irnos, las chicas se iban conmigo a casa ya que había una reunión familiar así que llegamos almorzamos obviamente dormidos y nos levantamos a arreglarnos, mi familia empezó a llegar y créanme era lo más aburrido de mundo, mis primos que igual algunos son primos de Sara en su mayoría son más grandes que nosotras, de hecho somos las únicas contemporáneas los demás son o muy menores o muy mayores a ser sincera mi relación con mi familia no es la más expresiva, son super aburridos, engreídos y snobs.
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Las chicas Biancci (TERMINADA)
Ficção AdolescenteLas mejores historias de amor siempre se presentan entre las personas que no pueden estar juntas. Pero ¿Qué tan lejos pueden llegar dos personas con todos los pronósticos en contra? Barbara quién no conocía los límites ni mucho menos el control, con...