CAPITULO 61. Feliz cumpleaños, Abbel

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Sabía que mañana tendría una muy especial audiencia y estaría rodeado de grandes profesionales en las leyes, dicho por mi propio padre, asi que, le compré el maletín perfecto para que lleve a su audiencia, sabia cuáles eran los mejores modelos y marcas por mi padre, él tiene una colección estúpidamente enorme de maletines así que solo compré uno similar. Cuándo llegamos Danny nos recibió en la puerta, lo saludamos y busqué con la mirada a Abbel, noté que había más personas de las que me imaginé, pensé que serían los mismos de siempre pero no, habían no menos de 20 personas ¿Pues, qué tan popular es mi chico? Me pregunté. Sonreí al verlo, él igual me miró y se apartó de las personas con quiénes estaba hablando caminó hacia mí y cuando nos encontramos lo abracé y él respondió mi abrazo.

— Mi pequeña, pensé que no ibas a poder venir — dijo apretando mi cintura con sus brazos y escondiendo su cara en mi cuello.

— Cómo sea iba a buscar venir, solo que nos demoramos un poco — me disculpé, voltee mi cara buscando sus labios y cuando los encontré, los besé.

Nuestro beso no fue tan largo como lo deseé por obvias razones, las chicas se acercaron a felicitarlo y ambas coincidieron que yo era su regalo por parte de ellas, él rió diciendo "perfecto, ustedes si saben lo que me gusta".

— Para que veas que eres mi cuñis favorito, puedes quedarte la el fin de semana ya saqué el permiso — le dijo Jessica y él arqueó su ceja.

— ¿Cómo que cuñado "favorito" sí Sara no tiene novio? — inquirió

Nosotras empezamos a reír, me abrazó desde la espalda y volvió a hacer la pregunta en mi oído yo reí y me retorcí por las cosquillas que el roce de sus labios generaban en mi oreja.

— Entonces podré llevarte conmigo a casa — dijo después de unos minutos cuando nos quedamos solos, yo alcé mi ceja en señal de pregunta — por mi cumpleaños viajaré con Danny a mi casa, mi madre me quiere preparar algo con mi familia y me pidió que te invitara, sin embargo, le dije que no creía que fuese posible — me explicó.

Yo sonreí de felicidad, amaba la idea de volver a su casa y de ver una vez más a su familia, ciertamente les había tomado demasiado afecto. Hablar solo con Abbel era una tarea complicada debido a que siempre se le acercaban otras personas y era normal, bueno era el festejado. Vi que estaba su amiga de la universidad a quien habíamos encontrado en el bar, notó que la miraba y me dedicó una sonrisa amable yo le respondí igual con una sonrisa y bajé mi cabeza, me dio vergüenza recordar lo grosera que fui con ella el día del bar. Me dí cuenta que se había quedado un momento sola, la persona con quién estaba se levantó del sillón y decidí tomar ese lugar. La mire y sentí como la sangre subía a mis mejillas así que miré mis manos que estaban cruzadas en mis piernas.

— Barbara ¿Verdad? — fue ella quien se animó a hablar primero, yo asentí y levanté mi cara para mirarla.

— Valeria — dije su nombre y ella asintió con una sonrisa, respiré profundo.

No imaginé que sería tan complicado, intentó hablar para ayudarme con el momento incómodo al mismo tiempo que yo iba a decir algo, por lo que me cedió la palabra haciendo un ademán con su mano.

— La verdad es que, quería disculparme por ese día en el bar — dije.

Frunci mi ceño en vergüenza al recordar una vez más el momento, ella sonrió y ahora fue quien bajó su cara pero para esconder su sonrisa.

— No pasa nada. No tuvo importancia alguna — dijo muy amable, yo sonreí con pesar.

— De verdad me siento avergonzada, yo — vacilé - estaba muy ebria y celosa, no pensé las cosas — me excusé y ella asintió mientras tapaba su boca con su mano para esconder su risa.

Las chicas Biancci (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora