CAPITULO 27. Festival de verano.

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— ¡Cuídense! Se portan bien, me escriben para saber cómo están — dije a mis papás imitando sus tonos de voz mandones, a los lejos vi como mi papá puso sus ojos en blanco.

— Le haces caso a tus tíos, a la primera queja nos regresamos y estarás castigada hasta que te gradúes de la universidad — dijo mi madre acercándose a mi y depositando un beso en mi frente.

— No podrá haber quejas porque yo no género problemas — hice mi voz más angelical.

—Vámonos mujer ya es tarde — una vez más mi padre apuro a mi madre desde el carro.

Ella me dio nuevamente un beso y empezó a dirigirse hasta el carro, una vez que se montaron, mis tíos, Sara y yo los despedimos agitando nuestras manos y mi padre respondió sonado la bocina cuando habían arrancado nosotros nos metimos a la casa y una vez en el cuarto de Sara me lance sobre la cama.

— Finalmente Vacaciones de mis padres — lo dije estirándome y sintiendo el placer de la tranquilidad — ¿que haremos hoy? Es sábado, empezaron las vacaciones, ya no habrá más clases hasta dentro de mes y medio, todo es perfecto — dije.

— Hoy nada, recuerda que estarán mis papás y planearon que cenaremos con ellos — me recordó Sara y yo no pude evitar hacer una mueca.

La tarde pasó rápido dándole paso a la noche, mi tío nos llevó a las tres a cenar a su restaurante favorito, lo que me gusta de él es que sabe que nos gusta tomar pero como "somos niñas" solo nos deja tomar vino «me encanta», rio siempre que dice eso, luego de la cena nos regresamos a la casa cuando llegamos me percaté que tenía algunas llamadas perdidas de Abbel, así que, se la regresé.

— Abbel: bueno — contesto y más que hablar estaba gritando, se escuchaba un bullicio a su al rededor.

— Barbi: ¿se puede saber dónde estás? ¿Por qué hay tanto escándalo? — pregunté un poco enojada.

—Abbel: estoy en el bar con unos amigos, te estaba llamando para que saliéramos y como no respondiste, vine con ellos — ésta vez se escuchaba menos ruido por lo que supongo que se alejó del lugar.

—Barbi: no podía responder, te lo dije, estoy con mis tíos pensé que te quedarías en casa — respondí y si! Estaba enojada.

— Abbel: ni modos, será mañana que nos veamos — replicó. «¿QUE? Se volvió loco? Así me responde?» pensé, me enoje tanto que tranque la llamada sin decir nada más, ¿que le pasa? Aparte de que está de fiesta, no me avisó ¿me viene a decir eso?

— Calma, estás bufando, ¿todo está bien? — Sara me sacó de mis pensamientos, por poco había olvidado que estaba con ella.

— Aaff! Ni como contarte, el fulano se fue al bar con sus amigos y como no puedo ir "ni modos para la próxima" — gesticule todas y cada una de las palabras mencionadas.

— Ya calma — me tranquilizó Sara —mañana lo ves y lo resuelves, no te apliques que llevan semanas estando bien — concluyó Sara.

Esto último es cierto, este último mes y medio hemos estado bien, no hemos peleado, ni hemos hecho drama, el último acuerdo ha sido una maravilla, lo único que me ha empezado a molestar es que ya nuestros grupos no salen de fiesta juntos y cuando "coincidimos" tengo que soportar verlo bailando con otras. Sara y yo nos quedamos hablando un rato mas hasta que decidimos dormir... a lo lejos escuché mi teléfono sonar, me despertó el sonido constante de mi celular así que lo respondí.

—Si? — respondí mas dormida que despierta.

— Bueno, hola — era la voz de Abbel solo que muy alterada por el alcohol— ¿estas dormida? — preguntó.

Las chicas Biancci (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora