Erase una vez || HyunIn

LVI

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❝ Just make it die or
you will turn it all. ❞

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«—¿Crees que podría ser un rey inolvidable?

La pregunta rompió la calma de la habitación, suave pero llena de peso, como si cada palabra se hubiera construido con las expectativas, las dudas y los sueños de toda una vida. HyunJin abrió los ojos, parpadeando mientras la voz de Jeongin se hundía en su mente. La tenue luz del dormitorio los envolvía en una calidez peculiar, y Jeongin, con esa expresión tan característica de él —la mezcla perfecta entre la confianza de un príncipe y la vulnerabilidad de alguien que aún no está seguro de su lugar en el mundo—, lo miraba fijamente, esperando una respuesta.

Los dedos de Jeongin acariciaban su rostro con un toque que era tan familiar como extraño. HyunJin dejó escapar una pequeña risa, una que no podía controlar, esa que Jeongin siempre lograba arrancarle sin siquiera intentarlo. No era solo la pregunta lo que lo hacía reír, sino el hecho de que viniera de él. De Jeongin, el eterno optimista, el que siempre creía que había algo más allá de las sombras, algo que valía la pena alcanzar.

—¿Un rey inolvidable? —repitió HyunJin, su voz cargada de un sarcasmo ligero, pero con un fondo de sinceridad que no podía evitar—. Con todas las ideas alocadas que tienes, sería difícil olvidarte.

Jeongin frunció el ceño, claramente no satisfecho con la respuesta. Sus labios se torcieron en una mueca que HyunJin encontró casi ridícula, pero al mismo tiempo enternecedora.

—Hablo en serio —La caricia en su rostro se detuvo, y los ojos de Jeongin se volvieron más serios, más profundos—. A veces no estoy seguro. Quiero ser alguien que las personas recuerden, pero no por mi nombre, ni por la corona. Quiero que me recuerden porque hice algo que valiera la pena.

HyunJin no respondió de inmediato. En lugar de eso, dejó que el silencio llenara el espacio entre ellos. Porque, ¿qué podía decir? Había algo en esas palabras que lo golpeaba de una manera inesperada, algo que le hacía pensar en lo diferente que eran sus vidas, y al mismo tiempo, en lo parecidos que eran en su esencia. Jeongin quería ser recordado por algo más grande que él mismo. HyunJin, en cambio, siempre había temido que lo único que la gente recordaría de él sería lo que había heredado de su madre.

—Tal vez —tarareó finalmente, dejando que su mano se enredara en el cabello rubio de Jeongin, tan suave y brillante como siempre—. Eres capaz de lograr muchas cosas, Jeongin.

—Bueno, tú también serás rey, ¿no? —Jeongin cambió de tema rápidamente, aclarando su garganta como si intentara deshacerse de la intensidad de la conversación anterior—. Aunque solo por un par de años. O, bueno, si nuestro cuento se cuenta de una forma más emocionante… tal vez termines tu reinado con un envenenamiento temprano.