Capitulo 7 T7: Dedos pegajoso parte 1

48 9 27
                                    

Dos Semanas...dos semanas han pasado y seguimos en el bosque plateado. Dos semanas viviendo entre elfos que siento que me asesinan con la mirada, dos semanas sintiéndome vigilado constantemente, dos semanas en las cuales... Ratheous no ha hecho acto de presencia.

Aún podía transformarme e invocar la guadaña y lo descubrí cuando Ethari me había pedido ver mi arma días atrás.

Pero incluso cuando desaparecía la guadaña...él no estaba ahí.

Quería irme de este lugar, no me sentía seguro en el Bosque Plateado pero Callum, Sael y Aurelio parecían tan felices aquí que...simplemente no dije nada. Así que al final me aguanté todo eso y seguí con ellos pero aún con la seguridad de que nadie intentaría nada en mi contra, no podía dormir tranquilo. Habían noches dónde me despertaba en la madrugada, me escapaba a la copa de un árbol donde me sentía seguro y le preguntaba a Stella sobre el estado de Ratheous y siempre me decía lo mismo "Él está bien, no entiendo tu pregunta" y no importaba cuánto se lo explicara, jamás entendía.

La última vez que salí fue ayer, pero lo hice solo. Sin libro, sin piedra, solamente era yo junto a una soledad que no había sentido desde la muerte de papá y ahora...es a causa de la muerte de mamá y...la perdida de Ratheous.

Pasé tantos días preocupándome por los demás que no tuve tiempo para mí mismo, para procesar todo. La perdida de Katolis, la perdida de mi casa...de mi familia.

Lo único que me queda son mis amigos y mi hermanito pero si llegase a perder a Aurelio yo...dudo tener la fuerza de voluntad de seguir vivo. No podría continuar.

Así que la noche de ayer escalé otra vez a lo más alto de “mi arbol” y me quedé ahí, sentado admirando las estrellas hasta que finalmente...lloré, lloré todo aquello que no pude soltar. Quise evitar gritar a todo pulmón para que nadie me escuchara pero no aguanté más y una vez que solté todo, no volví a bajar, me quedé ahí arriba simplemente admirando la oscuridad, la soledad, las estrellas y...la luna.

Había olvidado la última vez que hice algo así. Quedarme solamente admirando las estrellas y la luna. Supongo que dejé de hacerlo en un punto después de la muerte de papá.

Cuando ví los primeros rayos de sol de este día, bajé rápidamente del árbol observando como los elfos de luna comenzaban a salir de sus hogares por lo que de forma inmediata me dirigí hacia la casa de Ethari y Runaan, no sin antes lavarme la cara para quitar las marcas de lágrimas, y una vez que entre pide ver que ya se estaban preparando para el desayuno.

Apenas me vieron me invitaron a ir, obvio yo solamente asentí, tomé mi piedra, el libro y me fui con ellos sin sentir ni una pizca de sueño, pero no podía evitar sentir que eso era malo.

Y luego de algunas horas aquí estábamos, almorzando otra vez en la misma mesa desde hace dos semanas.

Sael: Este lugar que tienen es muy lindo, ¿Cierto, chicos?— dice con una amplia sonrisa.

Callum: Si, es increíble— Sonríe antes de dejar su mano en mi hombro y mirarme con entusiasmo— ¿Cierto, ___?

___: Si, por supuesto— dije sin ganas mientras revolvía de un lado a otro las bayas del plato, pero cuando sentí la mano de Callum apartarse y este mirándome con preocupación, rápidamente levanté la cabeza y le dediqué una sonrisa— Claro, claro. La iluminación es perfecta.

Runaan: Han dicho lo mismo esta mañana.

Callum: Oh, ¿En serio?— pregunta antes de mirar a Sael quien solo se encoge de hombros. Aurelio solo estaba disfrutando de la comida, como todos los días.

Runaan: Lo han estado diciendo cada mañana. Desde hace dos semanas— así que así se siente la monotonía...

Ethari: Runaan, se amable con los chicos. Nunca es facil conocer a los padres de la novia— eso último lo dijo mirando a Sael quien solo se escondió en su plato— Solo está nervioso.

El dragón que nos unió (Callum X Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora