-Mierda, mierda y más mierda- chilla Danielle frustrada caminando de un lado a otro por la sala.
-¿Puedes callarte? - gruño, -no ayudas en nada.
-¿Qué quieres que haga mujer?- se toma el pelo con las manos como si fuese a arrancarselo, pareciendo como una auténtica lunática.
Apenas cruze la puerta principal de madera, Danny se abalanzó literalmente sobre mi, no estaba ni enojada y tampoco feliz, simplemente furiosa por no avisarle antes de que estaba bien y nadie en esa noche le había dado por secuestrame. Le conté lo que recordaba de la noche anterior, del mensaje de hijo de... del cerdo, que por accidente me tome un vaso de alcohol de un chico, y que por último y no menos importante termine en su cama desnuda con la resaca de un diablo.
-Por cierto, toma- me pasa unas pastillas para el dolor de cabeza y un vaso con agua.
-Gracias- me las tomo, ella se lleva el vaso ya vacío a la cocina y regresa. -Con todo esto del collar mi dolor de cabeza había pasado a un segundo plano.
-Y si no hacemos algo ahora, creeme que tu primer plano será la cárcel- contesta.
-No exageres, yo no lo robe, el hombre ese debe escucharme antes de hacer una estupidez, como demandarme- sentencie.
-Si, pero, querida él es rico, y ¿Kim?- trata de decirlo lo más sensible posible.
-¿Si?- le sonrió.
-¡¡NO TE ACUERDAS DE LO QUE SUCEDIÓ A NOCHE!!- chilla.
-No ayudas- la fulminó con la mirada.
-Desaparece ese collar- súplica, -tengo la ligera esperanza que el hombre no se recuerde de tu rostro y si es así, lo cual rezo, tú te olvidarás de esto y él igual.
-No seas ridícula Danny- espetó, -puede que el hombre no se acuerde de mi, pero te recuerdo que este collar se ve carisimo, algo que yo en tres vidas no alcanzaria a comprar, y además tu no sabes si puede que sea de su esposa- me cruzo de brazos.
-Que a lo mejor esta muerta o terriblemente furiosa porque...- se quedo en shock.
-Ahora, ¿qué demonios te pasa?- me levanto del sofá.
-Por Dios, ella debe ser rica, contratara hasta a superman o Sherlock para encontrarte- dice desesperada, ahora si era una lunática desquiciada, -tendrás que operarte, cambiar todo, cabello, piel, cuerpo y los.. ojos- comenta.
-Dejate la ridiculez, no tenemos dinero ni para cambiar el tono de mi pelo- gruño, observo el reloj de muñeca. -¡Maldita sea!- salgo corriendo de la sala, entro a la habitación y Danny me sigue. -Son las diez, en unas pocas horas llegarán las estatilistas, fotógrafos, cortejo...
-Tenemos algo más importante que discutir- dice levantando el collar entre sus manos.
-Lo dejaremos para cuando regreses de luna de miel- comente quitandole el collar y guardandolo en un cajón de mi escritorio, -ahora ve a bañarte, yo prepararé la comida.
-Kimberly Connor- gruñe, yo la miro fulminante, -puedes meterte en serios problemas...
-Y tú también idiota, te recuerdo que vine tu madre también- dicho esto se pone pálida.
-Lo discutiremos en treinta días- yo asiento y ella sale corriendo a su habitación.
-Típico- susurro antes de cerrar la puerta y dirigirme a la cocina.
Me encarge de hacer una comida digna de una futura recién casada, me dirigí a mi habitación, tome una corta ducha, me lave el cabello y me coloque una bata blanca, salí de mis aposentos, toque la puerta de Danielle.
-Adelante- grita desde adentro.
Abri la puerta y la observe saliendo de una habitación con una bata puesta --al igual que yo-- y se secaba el cabello con una toalla.
-Ya esta lista la comida, voy a servir- ella asiente, camino a la cocina y sirvo en la encimera de la cocina, -¡Danny!- la llamo en segundos cruza por el umbral de la cocina.
Nos sentamos a comer una deliciosa pasta con una salsa de tomate, después de comer yo limpio los platos mientras Danny recibe a su madre, lo cual va llegando.
-Kimmy- se acerca y me da un abrazo acompañado de un beso en la mejilla.
-Señora Gómez.
-Tan educada como siempre- mira de reojo a su hija, la cual sonríe con inocencia. -Dime solo Sarah.
-Gracias- ahogue una risa, -supongo- susurre solo para mis oídos
En minutos llegaron los estilistas y el resto del cortejo, me senté en la silla del comedor, la chica que se encargaría de arreglar al cortejo empezo conmigo, no sabia muy bien lo que hacía pero en ocasiones sentí mi cabello más sueve y liso, luego de minutos ya estaba en mi habitación colocandome mi vestido, el cual me fascinó al momento de verlo, es un azul oscuro, la zona del pecho se ceñía, es sstraple con un corte de corazón, en esa zona la tela se cruzaba, hasta mi cintura en la cual estaba un cinturón de brillos en plateado, luego la falda que consistia en dos telas, una tela normal y una trasparente que estaba encima, esta caía hasta unos dos dedos debajo de las rodillas, por detrás tenia cintas que ajustaban el vestido y llegaban hasta el cinturón, la falda de atrás es más larga y me llega a los tobillos; para terminar mi vestuario me coloco mis tacones de diez centímetros que son plateados, y unos accesorios a juego. Me observe en el espejo y no me reconocía, mi cabello brillaba y estaba atado a un moño que estaba algo despeinado para darle estilo y naturalidad, mi rostro se notaba de porcelana, mis ojos se veían más grandes al igual que mis labios, definitivamente me enamoraba el resultado.
-Kimmy, cariño- tocan la puerta y luego esta se abre, -te ves hermosa mi reina- la sra Sarah me abraza, -ya nos vamos- asiento.
Salí de la habitación y me encontré a Danielle acomodando la falda del vestido, el cual le entalla con perfección su cuerpo, este es de tiras con piedrecillas y con un corte de corazón, al igual que mi vestido la tela se cruzaba hasta la mitad de su muslo, luego tenia un mini cinturón de piedras, la falda caía con suavidad y tiene una pequeña cola por detrás, su maquillaje es moderno y natural, y su peinado en un armado moño por donde salia el velo, para culminar tenia un cintillo parecido al cinturón del vestido y unos aretes largo con piedrecillas.
-Te vez hermosa- le grito y me acerco para abrzarla, ella también lo hace.
-Tu igual Kimmy.
-¿Lista?- pregunte después de una larga sesión de fotos.
-Lista.
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¿Tengo Opción?
Teen FictionError tras error, eso es lo que yo, Kimberly Connor, he cometido a diario. Si me pagaran por mis estupideces, apostaria que seria multimillonaria... ¿No me crees? Pues empieza a leer, te arrenpentiras y me diras rogando '¡Kim tu vida es una mierda!'...