Ya era domingo temprano, Matt fue a despertarme, pero me encontró ya vestida con ropa de maternidad de Katie. Camine por los pasillos después de desayunar, la doctora llegaría en unos minutos con los resultados a la mano, la verdad es que no me interesaba entrar a escuchar lo que yo ya sabia, aunque me engañaba a mi misma, era más temor con confirmar que por desinterés.
-¿Kimberly?- escucho el llamado de Julie.
-Voy- respondo, bajo las escaleras y me dirijo al estudio, en el camino me cruzó con la reina.
-Oh, cariño- me da un beso en la mejilla, -¿Cómo has amanecido?
-Bien- respondo con un suspiro al tener frente a mi las puertas de la oficina.
La reina toca con delicadeza la puerta, al escuchar 'Adelante' abrió la pesada madera para luego entrar, me hace señas y la sigo. Ya frente al escritorio se encontraba Matt y sentado en la silla estaba el rey William, su esposa se acerco a él, yo solo me ubique a un paso de distancia del escritorio.
-Siéntate- me ofrece las sillas frente a él.
-Prefiero estar de pie- pido, el asiente.
-He recibido los resultados- comenta William, alzando el papel, empieza abrirlo, -¿Están listos?
-Tengo el presentimiento del resultado, así que si, si estoy lista para confirmar mis sospechas- respondo segura, -ahora no se que opina el resto.
-Por favor, solo leelo- pide la reina, se notaba tensa y a la vez nerviosa.
-De acuerdo- abre el papel, le da una ojeada y me mira a los ojos, -es positivo- aclara, siento mis ojos cristalizarse, -el padre de los bebes es Matthew.
-¿Ahora qué? - pregunto con un hilo de voz.
-Planear una boda- responde la reina emocionada, -me encargaré personalmente de ayudarte con los detalles.
-Deberá ser para dentro de dos semanas, como mucho- ordena el rey.
-¿Qué pasará con mi vida? - pregunte recordando que estoy a cargo de la empresa McKellen, a la cual descuide y ahora estoy recordando a Ursula y José, ¿estarán preocupados por mí?
-¿Te refieres a la empresa o tu vida en Estados Unidos? -pregunta dudosa la reina.
-Ambas cosas- respondo.
-Puedes seguir con el proyecto, pero no veo posible tu retorno a Estados Unidos, porque una vez que Matt y tú se casen meses después serán los nuevos reyes de Inglaterra- comenta William.
-Osea que ya no puedo ir y volver a verlos- unas rebeldes lágrimas corren por mis mejillas.
-Claro que puedes verlos- afirma Matt, -pero siendo reina veo complicado tu salida, tu seguridad es prioridad.
-Perdon, necesito estar sola- sin esperar respuesta, salgo de la oficina y subo las escaleras para llegar a la habitación, busco mi bolso y saco mi laptop, me conecto, en segundos me llega una llamada entrante.
-Por Dios, Kimberly- gruñe Danny, -me has matado de un susto, no respondes mis llamadas ni mucho menos los mensajes, estaba apunto de ir allá.
-Perdon, han... han sucedido tantas cosas- ahogo sollozos.
-¿Qué pasa cariño?- noto la voz preocupada de mi mejor amiga.
-El padre de mis hijos es el futuro rey de Inglaterra- escucho un chillido de impresión, -y este hombre es casi prometido de Gabrielle.
-Explica el casi- pide Alex, que lo veo junto a Danielle.
-El collar demuestra el compromiso oficial en la pareja- aviso.
-¿El collar de esa noche?- pregunta Danny, -ya entiendo porque se ve tan costoso.
-Exactamente- suspiro, -en menos de dos semanas caminare al altar con un hombre que no amo y es ex prometido de Gaby.
-Dios- gimen con impresión.
-Los necesitaré para que esten en mi boda, por lo menos quiero estar con ustedes.
-Claro que si- comenta Alex.
-Estaremos donde tu lo necesites y cuando no- me dice Danny.
Me quedé un rato hablando con ellos, decidí tomar un baño para relajarme, y luego bajar a comer, al salir de la habitación me encuentro con Matt que pasaba por el pasillo leyendo unos papeles.
Estaba confundida, como debía decirle ahora, ¿alteza? ¿principe? ¿Amor?... definitivamente el último no sería.
-Alteza- lo llamo.
Levanta su vista de los papeles y se acerca a mi, -¿Alteza?, no es necesario que lo digas.
-Ya no se como decirte- pronunció realmente confundida.
-Dime Matthew o Matt- responde, -como prefieras- aclara, -además yo recuerdo que unas veces llegaste a llamarme por mi nombre.
-Cuando estoy enojada no se lo que digo- me justificó.
-De acuerdo- arquea una ceja no muy convencido, -¿Me querías decir algo?
-Ahh si- recuerdo la razón de porque llame su atención, -desearia que mi mejor amiga y su esposo se vinieran a la boda.
-Por supuesto- responde, -pero, ¿por qué me pides permiso?
-Porque quisiera que se quedaran aquí- susurro.
-Claro, el palacio es grande. Por cierto, es momento de bajar a comer.
-Esta bien.
Matt se aleja caminando por el pasillo, y yo me voy hacia las escaleras que es en dirección contraria, al bajar los últimos escalones me encuentro con mi madre, que me mira apenada y con una sonrisa triste.
-Ohh cariño, estas hermosa- al bajar el último escalón ella se acerca, -siento tanto haberte dejado- observó sus ojos cristalizarse, -tú siempre estuviste en mi mente y corazón, pero cariño siento tanto por dejarme engañar por la ira y no escucharte, pido tu perdón- siento como de mis ojos salen rebeldes lágrimas.
-Me es difícil perdonarte, me abandonaste por cinco años, me juzgaste sin razón y por muy sobretodo no quisiste escucharme, pero estar aquí y sentirme rechazada por ustedes, me destruyó completamente- ahogo un sollozo.
-Mi pequeña Kimmy, deseo que el tiempo cure esas heridas y puedas perdonarme, porque quiero recuperar ese tiempo perdido- dicho esto estaba por marcharse.
-Dije que es difícil más no imposible- ella me mira a los ojos, para luego unirnos en un abrazo, -te perdono, porque tu eres mi madre y como todo ser humano necesitas segundas oportunidades.
-Kimberly- escucho como aparece la reina, -la comida esta...- nota que estoy con mi madre, -oh interrumpo, disculpen, continúen- se gira dispuesta a irse, mi madre y yo nos acercamos a ella.
-No interrumpes nada- comenta mi madre.
-Ya todo esta arreglado- las tres sonreímos.
-Me alegra saber que han hecho las pases.
Caminamos al comedor, donde disfrutariamos de una deliciosa comida, pero esta vez si estaba mi hermana en la mesa, y no se le veía muy contenta, esto sería difícil de arreglar.
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¿Tengo Opción?
Teen FictionError tras error, eso es lo que yo, Kimberly Connor, he cometido a diario. Si me pagaran por mis estupideces, apostaria que seria multimillonaria... ¿No me crees? Pues empieza a leer, te arrenpentiras y me diras rogando '¡Kim tu vida es una mierda!'...