Wohhho
¡¡Holaa lectores hermosos!!
Agradezco mucho sus comentarios y sus votos, la verdad es que ustedes me están inspirando a hacer una historia inesperada e lo más emocionante posible...
¡¡Espero lo disfruten!!
CAP dedicado a @Maricarita-Kimmy, te encontare- escuchaba a mi padre buscarme, yo estaba escondida en la casa de Clifort, mi gran perro. -¿Dónde se ha escondida esa princiseita?- pregunta caminando de un lado a otro por el jardín, -¡¡Aquí está!!- se asoma por la entrada de la casita.
-¡¡Me encontraste!!- chillo con esa chillona voz infantil de cinco años para luego saltar a sus brazos.
....
-Vamos Kimmy, tu puedes- alza sus pulgares.
-Pero papá, no puedo mantenerme sobre la bicicleta- gruño frustrada, en ese entonces tenía siete años.
-Tu puedes- me levanta del suelo, -mi princesa Kimmy no es una niña que se rinda tan fácilmente, se que esa pequeña dará todo por conseguirlo.
-¿Y si me vuelvo a caer?
-Kimmy, si te caes seis veces, levántate siete veces- me toma de la cintura y me sube a la bicicleta.
-Esta bien papi!!, enseñame.
-Así se habla....
....
-Papá, papá- muevo su brazo con mis manos, -papito despierta, papi.
-¿Qué sucede Kimmy?- pregunta adormilado.
-He tenido un sueño feo- sollozo.
-¿Con qué una pesadilla?- se levanta de la cama y caminamos en dirección a mi habitación.
-No papi, el monstruo- chillo con miedo.
-Veras que nadie puede con tu padre.
Entramos a la habitación y yo me cubro los ojos con temor, pero mi padre se inclina a mi altura y se ubica frente a mí, quita mis manos del rostro.
-No tienes que temer, porque fijate que aquí hay muchas... muchas hadas- comenta sin saber muy bien que decir.
-¿Hadas?
-Si, ellas se esconden porque te tienen miedo.
-¿Por qué me tienen miedo? Yo no les haré nada.
-Por eres una niña grande, ellas son pequeñas como las estrellas- comenta.
Camino por mi habitación, -no me tengan miedo haditas, no les haré nada.
-Shhh- dice mi padre, -ellas duermen, así como lo deberías de estar haciendo tu- toma mi mano y me lleva a la cama.
-¿Crees que ellas quieran jugar conmigo?
-Ellas durante el día cuidan los jardines- comenta mi padre arropandome con mi cobija favorita.
A la final logre conciliar el sueño nuevamente, para ese entonces tenía diez años...
Abrí los ojos con dificultad, me vi forzada a cerrarlos por la luz de la habitación, al momento de acostumbrarme a la iluminación, observe todo a mi alrededor, estaba en la habitación de Matthew y yo, la única diferencia era unas cosas encima de la mesita y el suero que pasaba por mi mano derecha. Ese instante se abre la puerta y aparece Matt, lo escucho suspirar, se quita el saco llevandolo a su armario y se deshace el nudo de la corbata, para luego mirarme.
-Buenos días bella durmiente- me sonríe con tranquilidad, como si verme despierta le quitase un peso de encima.
-Buenos días- intento levantarme pero siento un dolor bajo mi abdomen.
-No puedes levantarte- dice mientras me regresa a mi anterior posición.
-¿Qué ha pasado?
Se sienta en la cama junto a mi, -fue todo un caos ¿Sabes?- lo miro atentamente, mi espalda estaba apoyada en almohadas. Continuo hablando, -pensé que los había perdido- se inclina al frente, apoyando sus codos en sus rodillas y su cabeza se escondía entre sus manos, -pensé lo peor.
-Matthew, ¿Qué pasó?- pregunte ya alarmada, -¿Los bebés están bien?
-Si están bien- contesta, suspiro con alivio, -pero, después que te durmieras todo fue un caos, tú estabas al límite de sufrir un derrame cerebral y abortar a los bebes, tu presión arterial supero la barrera de peligro, te costaba respirar...- se detuvo, algo en mi me decía que él la había estado pasando mal,- muchas cosas más sucedieron, por lo que los médicos tomaron la decisión de mantenerte sedada por lo menos por tres semanas, de esa forma lograste recuperarte de una manera milagrosa- comenta, -Kimberly, esta vez te excediste.
-¿Por qué estoy en nuestra habitación?
-Estuviste cinco días en cuidados intensivos, luego te pasaron a una habitación y hace unos dos días estas aquí, en casa.
Note su mirada profunda, ese sentimiento abrumo mi ser, debía abrazarlo, demostrarle que esa pesadilla había terminado y que yo estoy en perfectas condiciones, aunque aún mi alma llore por el espacio que mi padre dejó.
-Ire a buscar a Danny, me pidió que si despertabas que le avisará- se levanta.
Cuando estaba por tocar la manecilla de la puerta él se detiene y me gira a ver sin creerlo.
-Matthew Morrison besame como si mi vida dependiera de eso.
-¿Qué?- se acerco a mi.
-Besame- le ordenó.
Se inclina y terminamos uniendo nuestros labios, seguía sus movimientos como si fuese una experta, lleve mis manos a su cuello, mis dedos entraron por su cabello aprisionandolo para profundizar el majestuoso beso, él puso una mano tras mi cuello, evitandome escapar de sus labios, nos separamos cuando el aire nos falto.
-Estoy loco por ti- me comenta acariciando mi rostro con su pulgar.
-Me tienes enamorada joven Morrison- el apoyaba su frente sobre la mía, respiraba una y otra vez para regularizar mi respiración.
-Es exactamente lo que siento yo, my lady- me sonríe con sinceridad, -justo ahora soy el hombre más feliz de todo el mundo- retrocedió unos pasos para luego acercarse a mi grandisima panza, deja unos besos en el.
-Ellos también te aman- le sonrió revolviendo su cabello.
-Claro, son una parte de mi- comenta,- sin mi esto no hubiera pasado.
Rei como nunca antes, lo había admitido, desde nuestro cruce en la isla ese sentido se hizo notar, había decidido rechazarlo por temor a que él destrozase mi corazón, pero fue todo lo contrario y verlo tan angustiado destruía mi ser.
-Matthew- él deja de mirar y pasar sus manos por mi vientre para luego fijarse en mis ojos, -deseo..- suspire, unas lágrimas rodaron por mis mejillas.
-¿Qué pasa cariño? -paso sus dedos para limpiar el rastro de lágrimas, -¿Qué deseas?- pregunta con tristeza y preocupación.
-Deseo visitar la tumba de mi padre- contesto con dificultad.
-Oh cariño, no estas en condiciones de salir- se acerca a mi abrazandome,- te excediste la última vez y no termino nada bien, ahora necesitas descansar.
-Me siento bien...
-Pero realmente no lo estas- deja un beso en mi frente, -en unos dos meses llegarán los bebes, cuando te recuperes del parto te acompañaré.
-Gracias- pronunció con dificultad para terminar en lágrimas y sollozos.
-Matthew tu padre te..- apareció Danny por la puerta, -engendro, ¿Por qué no me habías avisado que desperto?- se acerca a mi por el lado contrario, -Kimberly eres una inoportuna, casi me da un infarto, prometeme no hacer eso.
Dejo mis lágrimas para reír ante las quejas de mi mejor amiga, -yo también te extrañe Danielle.
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¿Tengo Opción?
Teen FictionError tras error, eso es lo que yo, Kimberly Connor, he cometido a diario. Si me pagaran por mis estupideces, apostaria que seria multimillonaria... ¿No me crees? Pues empieza a leer, te arrenpentiras y me diras rogando '¡Kim tu vida es una mierda!'...