Capítulo 32

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Me pude despegar de Brando, no me quería soltar. Igual estaba muy a gusto con él, pero bueno teníamos cosas que hacer, además es bueno estar separados.

En este momento estoy en el ascensor, mirándome en el espejo. Tengo las mejillas sonrojadas, mis ojos están iluminados y me siento... no sé cómo explicarlo...feliz, completa, enamorada. Pero a la vez siento un poco de temor, porque esto que estamos viviendo es perfecto, o eso me parece a mí. No quiero que termine nunca esto que siento. Cuando Brando se fue a México lo extrañé demasiado, no me quiero imaginar cortar esto tan lindo que tenemos.

Sé que Brando me oculta cosas y eso me pone mal. Pero soy tan feliz con él, que no me importa nada. Voy a estar con él pase lo que pase. Sé que es poco el tiempo que estuvimos juntos, y aunque me cueste admitirlo lo amo. Esto no se lo voy a decir a él ya, en algún momento lo haré.
Tengo miedo que él no me corresponda. Yo sé que él me dice que me quiere y todo eso, pero quizás no lo siente tan profundo, sincero, esto que estamos viviendo.  Yo antes estaba negada a estar con algún chico, pero siento que con Brando las cosas son distintas. Con él me animo a todo.

Cuando salgo del ascensor veo la espalda trabajada de mi amigo, Nacho. Está hablando con Sabrina, la recepcionista. Lo único que me falta, que se junte con ella. Lo conozco y sé que cuando comienza a actuar así quiere decir que le importa. Mientras que él sea feliz, yo lo voy a apoyar en lo que sea.
Al parecer Nacho nota mi presencia y se gira, cuando nos miramos no lo dudo ni un segundo y me tiro a sus fuertes brazos. Me sujeta y me gira. Yo me río un poco y luego me baja.

-Hola preciosa Oli, cómo te extrañé -me sonríe.

-¡¡Nachis!! Cómo te extrañé  lo abrazo. Lo quiero tanto a él, siempre estuvo para mi y sé que puedo confiar en él. Siempre va a estar ahí para mí.

-Estás preciosa.

-Tu no estas nada mal eh, más bronceado -estamos hablando en la recepción de la empresa, cuando siento que el ascensor se abre, ya que hace un ruido.

Cuando me giro, puedo ver a Brando salir de él. Está precioso con su traje. Sus ojos están fijos en mí, nos estamos mirando. Me olvido de las personas que están a mi lado, pero algo o mejor dicho, alguien, rompe esta burbuja. Y adivinen quién es, la chirusa. Dios, no la puedo ni ver. Pero lo que más me molesta, es que su mano está apoyada en el hombro tonificado de MI chico. La estoy fulminando con la mirada, me hierve la sangre. Ella al parecer lo nota ya que me sonríe, la mocosa me sonríe. Brando no hace nada para sacar la mano de esta chica y más enojada me pongo, pero tampoco tiene cara de estar disfrutando su tacto.  Comienza a caminar hacia mi y yo tengo ganas de pegarle en la cara a esta nena. Pero bueno me tengo que controlar, estoy en la empresa y además no puedo dar una mala imagen. Pasan por delante nuestro sin decir o hacer nada.

 No lo puedo creer, sabe que me hace mal y él muy cara rota no me dice nada. Comprendo que estamos en la empresa y no podemos demostrar nada. Pero aunque sea una sonrisa, un guiño, algo. Pero nada.

-Oli cariño, ¿qué sucede? -la voz de Nacho me saca de mis pensamientos. Ahora él se encuentra en mi campo de visión.

-Nada, ¿vamos?

-Vamos -dice.

 Comenzamos a caminar hacia la salida, Nacho camina a mi lado en silencio y de verdad que se lo agradezco. 

En este momento no quiero hablar ni nada. Lo lamento porque no veo a Nacho hace mucho tiempo, y ahora estoy así; entonces decido intentar correr mis pensamientos que tengan que ver con Brando  y disfrutar de la compañía de mi amigo.

Decidimos ir a comer a un restaurante que está un poco más lejos de la empresa, vamos en el auto de Nacho. Durante el viaje, me cuenta cómo la pasó en el viaje. Tuvo muchos problemas con la familia. Nacho es el hermano mayor, tiene dos hermanas más pequeñas. Su padre está enfermo de cáncer y en este último tiempo empeoró. Nacho tuvo que volar hacia su ciudad natal y así poder estar con su familia. Me dijo que ahora va a tener que volar más seguido y va a estar de viaje más tiempo. Lo voy a extrañar, pero bueno le dije que yo estaba para lo que necesite.

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora