Estoy entrando a casa, acabo de volver de entrenar. Escucho voces en la sala, qué raro. Mamá siempre me dice cuando alguien viene a comer. Me voy acercando como puedo a la sala. Estoy agotada, el entrenamiento de hoy fue durísimo. Cuando llego me lo encuentro a mi padre sentado en el sillón junto a mi madre, mi hermano frente a ellos con Brando al lado. Esperen ¿Brando? ¿Qué hace acá? También veo que sale de la cocina Robert.
-Hola hija -dice mi padre. Yo simplemente saludo con la mano y una sonrisa en mi cara, por supuesto que es falsa, no esperaba encontrarme a este chico acá en casa a esta hora. Encima estoy toda transpirada. Lo ignoro completamente y me voy a la cocina para hidratarme. Cuando estoy tomando agua veo que Brando entra.
-Es de mala educación no saludar a los invitados.
-Hola.
-Quiero un beso.
-Já, seguí soñando -lo miro yo seria.
-Todas las noches dice -me muero acá; nos quedamos mirándonos. Decido pararme, para poder irme a darme una ducha.
-Me gustan como te quedan las calzas, hacen ver tu culo sexy -comenta así, sin más. Yo solamente me voy del lugar; porque me hace sentir incómoda. Escucho como se ríe.
Me voy a mi cuarto, me baño y me cambio. Me puse unas calzas y un buzo de mi hermano a propósito, para que vea que no me interesa estar toda producida mientras él este. No dejé de pensar en lo que me dijo, seguro me debe estar cargando, pero a mí me da una cierta intriga saber por qué me habla y mira de ese modo, es imposible que yo le interese a un chico como él. Yo vi cómo le gustan a él las chicas y justamente yo soy todo lo contrario. Igual no sé porque me preocupo tanto, si yo sé que el amor no existe y menos con un chico como él, solo usa a las chicas. Lo pude ver con mis propios ojos y también me lo han comentado. Ya con la mente clara me dispongo a bajar al comedor.
-Hola princesa -dice Robert. Me acerco a saludar con un beso y abrazo. Me encanta que Robert esté en casa, le tengo mucho aprecio. Me siento al lado de él y nos ponemos a charlar. Charla va charla viene y aparece Brando junto a mi madre con la comida. Lo único que me falta, que ellos se lleven bien. Veo como mi mamá le sonríe y el también a ella. Brando me sirve la comida mientras clava sus ojos en mí. Le agradezco y espero a que todos tengan su plato para empezar a comer. ¿Dónde se sienta Brando?... Frente a mí. Que mala suerte, no voy a poder comer tranquila. Pero tengo una solución, ignorarlo. La cena pasa tranquila, todos comentan cosas menos yo. Durante la comida Brando me estuvo mirando todo el tiempo. Yo intente ignorarlo, pero no puedo, tiene algo que me atrae y no lo puedo controlar. Tengo que ver qué hace, qué dice. No sé por qué, nunca me paso algo así, ni con Benjamín.
-Dejen que yo junto la mesa -comento
-Te ayudo -dice Brando. Dios lo único que me faltaba, lo miré seria pero no dije nada. Solo asentí.
Estoy poniendo los platos en el lavaplatos, cuando siento la presencia de alguien detrás de mí; es obvio quién es. Veo como coloca los platos en su lugar, ahora digo, ¿no podía esperar a que yo me corra?
-Me gusta tener mi espacio personal -digo.
-A mí me gusta invadir el tuyo.
-A mí no me gusta que lo invadas, así que te pido que no me molestes más.
-Me gusta verte enojada, es sexy.
-¿Por qué comentas ese tipo de cosas?
-¿Qué tipo de cosas comento? -se hace el desentendido.

ESTÁS LEYENDO
BONITA
RomancePrimer libro #SAGABONITA Olivia es una chica de 23 años, bastante insegura. Tras estar en una relación muy intensa, ese amor la defraudo. Ahora no confía en los hombres, hasta que aparece Brando, con su sonrisa. Brando es un hombre misterioso de 27...