Comienzo a sentir un olor extraño. Mis ojos están cerrados pero me cuesta abrirlos, intento estirarme pero tengo mis muñecas y piernas atadas. Me alarmé completamente y ahí es cuando todos los recuerdos llegan a mi.
Yo; mientras me bañaba; el tipo que me ahogó.
Cuando mis ojos se abren completamente no puedo ver mucho, ya que todo está negro. Imagino que estoy en un cuarto, ya que se filtra un poco de luz por la puerta. Intento mirar a mi alrededor, pero no encuentro nada.
Intento tocar mi panza, pero no puedo. La observo y todo está como antes, hago el intento de acariciarla.
Escucho unos ruidos del otro lado de la puerta, me alarmo al instante. Observo como una sombra aparece por debajo de la puerta y escucho como intentan abrirla. Miedo es lo que estoy sintiendo en este momento, intento estar lo más tranquila posible, pero me es imposible no parar mis lágrimas. Están a punto de estallar en cualquier momento.
La puerta finalmente se abre y un hombre que jamás vi en mi vida aparece. Es gigante, una especie de mole. Es muy alto, muy fornido, sus brazos son gigantes, su torso igual. Su cara da un miedo que te morís aquí mismo. Se acerca a mi a pasos lentos y se agacha a mi altura.
-Muñeca, deja de llorar, me estás cansando -dice este señor. Cuando estaba hablando pude notar un diente de oro, es muy desagradable. No le contesto, solo lo miro, intento parar de sollozar, pero no puedo- eso es muñeca, ahora te vas a quedar bien calladita, sino voy a tener que lastimar tu bello rostro, así que cariño pórtate bien -dice este señor. Es más que desagradable, intento no mirarlo pero alza mi mentón y me encuentro con sus asquerosos ojos. Intento mirar a otro lado, pero vuelve a colocar mi rostro frente al suyo- Si te hablo me miras, entiendes estúpida -y dicho esto me da una cachetada. Siento como se pone cada vez más rojo mi cachete. Me arde, más lagrimas se acumulan.
Luego de este momento se va hecho una furia; cierra la puerta de golpe, esto hace que me sobresalte. Y al fin puedo soltar todas mis lágrimas, intento no sollozar y llorar en silencio, siento como las lágrimas se resbalan por mi rostro.
Lo único que pido es que mis niños estén bien, no comí nada, y en verdad necesito hacerlo, pero dudo que me traigan algo aquí.
La puerta se abre de repente y entra un hombre oven, este es distinto al otro. Tiene actitud de chico malo, pero no da miedo. Cierra la puerta y se acerca a mi. Mientras que camina hacia mi, puedo observar una bandeja.
-Toma, come algo -dice con voz gruesa. Lo miro con desconfianza a él y al plato- No tiene nada, solo es sopa -dice mientras me observa a mis ojos. No muy convencida le susurro un gracias, luego se levanta y se va dejándome sola en esta habitación oscura.
Observo el plato durante un rato y luego lo termino tomando. Cuando la sopa está dentro de mi sistema, se siente bien, ya que aquí está bastante frío y lo único que llevo puesto es una manta que cubre mi desnudez. Intento tomar de la forma que sea, el frío comienza a sentirse cada vez más y estar sentada en el suelo no ayuda mucho.
Y así me quede llorando sin parar, desesperada, buscando una salida, algo que me ayude. Pero fue en vano. No encontré ninguna jodida ventana, nada. Lo único que hay es esa puerta espantosa que no tiene manija de mi lado.
No sé que pensar, estoy demasiado asustada. No sé que hacer, no quiero hacer nada para lastimar a mis peques. Si estuviera sola, me estaría moviendo de aquí para allá, gritando y golpeando la puerta a patadas, pero no estoy sola. Tengo a mis bebes y no pienso hacer nada que los perjudique, por más desesperada que esté.
Ya han pasado varias horas y todo sigue igual, yo acostada cubierta con la manta. El chico que me trajo la sopa, me desató. Y ahora sí, puedo darle pequeñas caricias a mi vientre, mientras recuerdo a mi Bonito todo el tiempo. Comienzo a dormirme poco a poco, pero no estoy sintiendo mi cuerpo, es extraño lo que me está pasando. Intento hacer algún movimiento, pero mi cuerpo no reacciona. Al final la sopa sí tenía algo y me drogaron, no siento nada. Mis ojos están cerrados y no puedo abrirlos, es espantoso lo que estoy sintiendo en este momento. Todo se volvió más negro y silencioso de lo que ya estaba.
Siento que me alzan en los brazos, pero no puedo resistirme. Solo me dejo llevar, pero siento algo que hace mucho no sentía.
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BONITA
RomansaPrimer libro #SAGABONITA Olivia es una chica de 23 años, bastante insegura. Tras estar en una relación muy intensa, ese amor la defraudo. Ahora no confía en los hombres, hasta que aparece Brando, con su sonrisa. Brando es un hombre misterioso de 27...