Capítulo 41

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Me quedé sin respiración. ¿Qué está haciendo acá después de todo lo que pasó? Se encuentra sentado en el sillón de mi casa, hablando con mi padre,  como si nada hubiera pasado. Pero me voy a mostrar fuerte, no pienso llorar frente a él. Menos mal que me arreglé un poco, me acerco a él y le doy un beso en la mejilla, mi corazón se aceleraba a cada paso que daba. Pude sentir como inhaló mi perfume cuando lo besé. Me alejé rápidamente y fui directo a la cocina, con el corazón en la boca. 

¿Por qué a mi me pasa esto?, no puedo ser tan llorona, puedo sentir como las lágrimas se acumulan en mis ojos. Está tan lindo, con su camisa desabrochada en los primeros botones, sus tatuajes asomándose por su cuello y brazos. Jodidamente caliente.

-Cariño, ¿qué sucede que estás tan perdida? -pregunta mi madre, tengo ganas de contarle a ella. Siempre me apoya en todo y dudo que esta sea una excepción. Pero se lo voy a contar en otro momento, no quiero arruinar la cena. 

-Nada ma, luego te cuento -evito su mirada y observo los platos que están servidos en la cocina- ¿las ayudo?

-Claro nena -contesta mi madre, mientras me observa con ternura. 

Me dispongo a agarrar los platos y los llevo a la mesa, por suerte los muchachos siguen hablando en la sala. No sé cómo voy a hacer para soportar una cena con él. Mi cabeza va a mil por hora, miles de pensamientos me torturan, por así decirlo, las inseguridades vuelven a aparecer. Pero bueno, soy una chica adulta un tanto madura, yo puedo con esto...

Mi madre se acerca a la sala y los llama, yo intento quedarme con Marta todo el tiempo que pueda, pero mi madre tiene una idea diferente y la veo apoyada en el marco de la puerta. 

-Vamos Oli -la escucho decir con una sonrisa inmensa en la cara. Solo asiento con la cabeza y miro a Marta, buscando un apoyo o algo que me impida ir a cenar con él.

-Vamos Olivia, no sé que es lo que te pasa, pero si Brando te hizo algo se las va a ver conmigo, ya se lo advertí. Ahora cariño, demuestra que eres una mujer fuerte, ve a enfrentarlo -asiento con un poco de miedo, le doy un abrazo de oso, como los llama mi hermano, y salgo de la cocina mientras tomo una profunda, muy profunda respiración. Apenas pongo un pie en el comedor, toda esa respiración que inhale se fue al carajo. Me quedé sin aire cuando lo vi con sus brazos tonificados apoyados en la mesa y esos ojos que tanto me gustan, que tanto provocan en mi. Todo lo que dije no sirvió para nada y muchachos adivinen dónde es que me tengo que sentar...

Sí señores, frente a él, justo en frente. Ocultando mi enojo y desconcierto me dispongo a ir a mi lugar. Intento evitar su mirada durante la cena, me costó bastante pero algo pude hacer. Todo iba,  por así decirlo, más o menos bien, hasta que escucho algo que me deja sin aire.

-¿Brando cuándo es que viajas? -pregunta mi padre. ¿Cómo es que dijo? ¿Viaje? ¿Se va? Estoy desconcertada y ahí sí lo miro, nuestros ojos chocan y ya es tiempo de que me traigan un tubo de oxigeno porque ya no puedo funcionar por mi sola.

-Así es, viajo mañana y no sé cuándo es que vuelvo. Las cosas de la empresa ya las dejé en orden. Igual voy a estar al tanto, así que cualquier cosa yo voy a estar en contacto con mi secretaria -la tenía que nombrar a la chiru. Lo miro totalmente desconcertada y asustada. ¿Cómo es que se va? ¿Por qué? ¿Y qué es eso de "no sé cuando vuelvo"?

Luego siguieron hablando de muchas cosas más pero yo pedí permiso y me fui, con la simple excusa de que me dolía la cabeza. Minga que me dolía, estaba totalmente enfadada con Brando, ¿cómo es que me va a dejar sola? Todo eso que me dijo anteriormente, ¿no sirvió de nada?, ¿era todo mentira?

Apenas mis pies tocan el piso de mi cuarto, todas las lágrimas acumuladas fueron liberadas, intenté ocultar mis sollozos pero no pude. Lloré y lloré, ya les expliqué que es mi forma de desahogarme, otros se lastiman, a otros no les pasa nada, yo lloro. Escucho como la puerta de mi cuarto se abre, pero no pienso girarme y ver quien es. Mi conciencia me dice que es él, pero nunca lo vamos a saber, porque la puerta se cerró y la oscuridad me atrapó nuevamente. Incontrolables sollozos siguieron apareciendo durante toda la noche.

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora