BONITA

Capítulo 39

En este momento estamos en el auto de Brando, él maneja y yo me limito a observar la ciudad y a él. Me vino a buscar como prometió, queda un poco lejos de la empresa este restaurante. Pero bueno, allá vamos. 

Brando me dejo poner música, así que ni lo dudé y conecté mi celular. Estamos escuchando a Drake, me pongo a bailar en mis momentos favoritos del tema. Brando me observa de vez en cuando, en los semáforos me agarra y me besa. Luego sigue con su trabajo, yo sigo cantando como loca y bailando. Estamos en un semáforo y lo miro. Nuestros ojos chocan y siento como miles de mariposas comienzan a volar en mi estómago.

-Bonita, ¿te dije que me encanta verte feliz? -me dice mientras coloca su mano en mi rostro y me da pequeñas caricias en mi mejilla.

-Mmm no.

-Amo verte feliz princesa -me dice, y en eso una bocina nos arruina nuestro momento. Brando mira para atrás molesto, pero no hace nada. Simplemente acerca su rostro al mío y junta nuestros labios. Nos besamos un poco, pero el señor que esta atrás sigue tocando bocina. Brando acelera con todo y salimos disparados. Eso fue excitante, me dio un shock de adrenalina, me empiezo a reír un poco. Brando se ríe conmigo y coloca mi mano en su pierna, ahora maneja más tranquilo. Escuchamos música y disfrutamos de la compañía del otro. 

Llegamos al restaurante, muy lujoso para mi gusto. En verdad no quería venir a este almuerzo, pero mi padre me pidió por favor que venga. Sé que necesita de mi ayuda, ya que él no pudo venir. Así que aquí estoy, además no les conté,  pero este accionista, socio, ya ni sé qué es en la empresa. En un momento se sobrepasó conmigo, siempre que me ve me quiere invitar a tomar algo, es bastante persuasivo cuando lo quiere. Espero que la comida pase tranquila, ya sabemos cómo se pone Brando.
Me ayuda a bajarme del auto, coloca su mano en la parte baja de mi espalda y nos dirigimos a la entrada. Brando habla con la recepcionista y ella nos indica que el señor Baltazar ya se encuentra en la mesa. Tomo una respiración bastante profunda, Brando lo nota y me aprieta un poco más la cintura, demostrando que él está aquí. Le doy una pequeña sonrisa y nos dirigimos a la mesa. 

Apenas nos ve Baltazar, se levanta, y primero le estrecha la mano a Brando, luego se acerca a mí, toma mi mano y le da un beso. Contengo mi desagrado y le sonrío, sólo por cortesía. En verdad este señor me da cierto rechazo. Será atractivo para su edad, tendrá toda la plata del mundo, pero a mí no me cuadra. Cuando miro a Brando lo noto tenso, demasiado. Miro a Baltazar y él tiene una sonrisa gigante en toda su cara.

-Olivia, tanto tiempo sin verte -dice con esa voz grave, que me da cierto escalofrío.

-Lo mismo digo Baltazar -contesto un poco seca.

-Brando, no sabía que trabajabas para la empresa del padre de Olivia, qué pequeño es el mundo -dice Baltazar mientras mira a Brando de una manera extraña. Por otro lado, mi chico lo está fulminando con la mirada. Acá está ocurriendo algo y yo no me estoy enterando... 

-Bueno,  tomemos asiento así empezamos con la reunión. Tomé el atrevimiento de pedir ya la comida y el vino, espero que no se molesten -Brando se sienta a mi derecha y Baltazar esta sentado frente a nosotros. Apenas me siento coloco mi mano en el regazo de Brando, menos mal que él me da un fuerte apretón y mantiene nuestras manos unidas. Siempre que estoy cerca de él, tengo más confianza en mí, y más en una situación como ésta. Brando me da pequeñas caricias y lamentablemente ésta comida se me pasa muy lenta. 

Cuando ya no aguanto más, decido pedir permiso e ir al baño, necesito despejar mi mente. Me levanto y me dirijo al baño, puedo sentir las miradas de Brando y Baltazar en mi espalda. Voy casi corriendo. Una vez que estoy en el baño, puedo respirar. Me miro al espejo y estoy intacta, pero dentro mío me estoy muriendo. No sé porqué éste señor me pone tan incómoda. Creo que si hubiese estado sola, hubiera estado más incómoda de lo que estoy ahora. Me mojo un poco la cara, luego me la seco con unos papeles y me retoco un poco los labios. Me observo por último al espejo, respiro y salgo.