Capítulo 38

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Una oleada de calor me despierta. Estoy un poco transpirada y esto es porque Brando está literalmente encima mío. Su gran cuerpo cubre el mío, y por más que tenga calor, me encanta esta cercanía, levantarme así con él. Acerco mi mano a su cabello y comienzo a acariciarlo, puedo sentir como Brando comienza a moverse un poco, pero no se levanta. Desde aquí tengo una buena vista de su espalda, su gran espalda tatuada y si miro un poco más hacia el sur de su cuerpo, tengo la gran vista de sus glúteos, dios mío. 

Mi mano comienza a descender por su cuello y sigo acariciando cada parte de él. Me atrapa más contra su cuerpo y una pequeña risa se escapa de mis labios. Comienzo a mirar a mi alrededor y ahí es donde caí en la cuenta. Joder, estoy en mi casa, en cualquier momento puede entrar cualquier persona. 

-¿Qué ocurre Bonita? Hasta recién estabas toda relajada y ahora estás muy tensa -me encanta cómo me conoce, cómo conoce cada parte de mi, y además mis estados. 

-Brando cariño, estamos en casa.

-Lo sé mi vida -levanta su cabeza y ésta ahora se encuentra frente a la mía, inclina sus labios y me besa, un beso corto. No quiero que huela mi mal aliento, me gusta que Brando lo respeta. Si no fuera por el jodido mal aliento, juro que apenas despertaría lo besaría hasta más no poder. Olivia calma tus pensamientos. Brando los calla con un beso, cómo me gustaría estar toda la mañana así.

-Bueno bonita, me voy. Pero antes quiero un beso como se debe y no me importa tu mal aliento o alguna excusa -dice firme, mientras me penetra con sus ojos claros. Lo miro, acerco mi boca a sus labios y lo beso. Al principio es tranquilo, luego comienzan nuestras lenguas a jugar y como siempre se me escapa un gemido. Puedo sentir el miembro de Brando apuntar en mi centro. Y ahí es cuando recuerdo que estamos en casa y toda la excitación se va.

-Vamos Brando, no lo hagas complicado. Ya sabes como me pongo -le digo mientras escondo mi rostro en su cuello y tengo el privilegio de poder inhalar su aroma que tanto me gusta y tranquiliza. Me separo de él y me levanto de la cama, me dirijo al baño y dejo a Brando acostado. En el baño hago mis necesidades, me limpio la cara, lavo mis dientes, me veo al espejo y ahí es cuando me doy cuenta que soy un desastre. Mis pelos están por todos lados, muy desordenados. Decido hacerme un rodete bien alto, y bueno, algo es algo. Cuando salgo del baño me encuentro a un Brando abrochando su camisa, mientras me mira. Me acerco a él y continúo con su trabajo. Coloca sus manos en mi cintura y me acerca más a él. Es claro que mientras abrocho su camisa, tengo el honor de ver sus abdominales y ese tatuaje en su pecho que tanto me gusta. Le acaricio el tatuaje con mi dedo y noto como respira profundamente. Lo miro, él inclina su rostro y junta nuestros labios. Al carajo todo...

Comienzo a devorar cada parte de él, ahora que ya no tengo mal aliento, o eso creo... Coloco mis manos en su cuello y lo atraigo más a mí, eso quiere decir que lo inclino un poco hacia abajo, ya que él es más alto, y bueno yo estoy en puntitas de pie, pero necesito también de su colaboración. Sus manos viajan por mis espalda, dando pequeños apretones. 

-Bonita, si no me voy ahora, no me voy más -dice Brando mientras apoya su frente contra la mía.

-Bueno -digo medio triste. Quiero que se quede, pero bueno, estoy en casa.

-Bonita te veo en el almuerzo. ¿Querés que vayamos juntos o nos encontramos ahí? -pregunta mientras se coloca su reloj.

-Nos encontramos ahí -me inclino y beso sus labios, él me devuelve gustoso y nos separamos. Por último me regala una de esas sonrisas que tanto me gustan.

-Te amo nena.

-Te amo amor -veo como se acerca a la ventana y salta. 

Eso fue intenso, ya demos por sentado que mis bragas están mojadas. Decido tomar cartas sobre el asunto y me voy a bañar.
Lo primero que hago es ir a escoger el outfit del día de hoy. Tengo un almuerzo de negocios con uno de los accionistas más importantes de la empresa, gracias a mi padre. Brando me va a acompañar, estoy un poco nerviosa, pero saber que Brando va a estar ahí me tranquiliza.

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora