Capítulo 79

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En este momento me encuentro en la cocina. Estoy sola en la casa, los demás se fueron a comprar los insumos, e ofrecieron que los acompañara, pero en verdad no estoy de ánimos. 

Me agarro un fuerte antojo de comer chocolate, es por eso que me encuentro aquí, buscando chocolate por los muebles. Sigo buscan un poco más, ¡hasta que los encontré! Dos barras grandes de chocolate con maní, se me está haciendo agua la boca. 

Me siento en la silla y comienzo a comer, recordando a mi bonito. Siempre que tenía antojos él se encargaba de saciarlos, si era a la madrugada, a la noche, mañana, tarde, no importaba. Él iba a buscarlos y era un gesto tan tierno, que me enamoraba más. 

Cómo lo extraño.

Escucho unos ruidos extraños, una sensación no muy agradable se instala en mi cuerpo. Miedo, nervios, intriga, entre otros son los sentimientos que estoy sintiendo en este momento. 

Es extraño, ya que las chicas tienen llave. Ellas no son, además ingresan por la puerta principal; estos ruidos provienen de la parte trasera de la casa. Con cuidado me asomo a la ventana, pero no observo nada, además comenzó a oscurecer y las luces están apagadas. Sigo observando un poco más, pero en verdad no puedo ver nada. 

Intento calmarme un poco, tiro el papel del envoltorio a la basura y subo a mi dormitorio. Los ruidos no se escuchan más, el silencio volvió a reinar el inmenso lugar. Lo único que se puede escuchar es mi respiración, mis pasos. 

Una vez que llegué a mi destino, me acerco al baño y enciendo la ducha. Necesito un baño de inversión, necesito relajarme un poco. Mis dolores lumbares siguen estando y cada ver peor, pero no estoy haciendo nada al respecto, solo algunos ejercicios. 

Mientras que espero a que se llene la bañera, comienzo a quitarme la ropa. En este baño hay un espejo grande ubicado en la pared, de cuerpo entero. Una vez que estoy solamente en ropa interior me observo y noto que mis pechos cada vez están más grandes. Y mi panza igual, se ve más redondita. Gracias a Dios no tengo ninguna marca o cicatriz, por más que esté triste y destrozada, sigo cuidando mi piel. Me pongo crema todas las noches, tengo esa costumbre desde siempre, pero ahora que estoy embarazada, me cuido mucho más. 

Observo la bañera y noto que está perfecta el agua. Agrego unas sales de baño, un poco de jabón y el olor a jazmín inunda todo el ambiente. Poco a poco me voy metiendo. Automáticamente mi cuerpo se relaja, me apoyo contra una de las paredes, para que mis piernas queden estiradas. Mi vientre grande queda debajo del agua y le voy dando pequeñas caricias. Y así voy disfrutando del baño, la música me relaja bastante y como siempre mi cabeza vuelve a Brando. En este momento viene un recuerdo hermoso, estamos sentados en las reposeras tomando un poco de sol, hablando sobre cómo vamos a cuidar a los niños, quién los va a llevar al cole, las salidas, todas esas cosas. Quién los va a mimar más y eso. Algunas lágrimas se escapan de mis ojos. 

Pero de la nada siento como me hunden en la bañadera, comienzo a perder el oxigeno poco a poco. Mis ojos estaban cerrados por reflejos, pero cuando los abro, puedo observar a un hombre, vestido de negro, su cara da un miedo de morirse. Pero no puedo hacer nada, mis ojos se cierran poco a poco y no respondo a nada, ni a nadie. No siento nada, todo se vuelve negro. Lo último que recuerdo es que sujeté con mis manos mi vientre y le di pequeñas caricias.

Hola! 

Aquí otro capitulo, espero que les guste... Estaré actualizando pronto! 

#BRANDOPASION

Nos estamos leyendo, pronto... 

Besos Mi  





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