Capítulo 67

5.8K 233 6
                                    

Ya terminamos de cenar, mejor dicho, terminé; ya que Brando estuvo encerrado en su oficina y nunca salió. Desde que salimos del consultorio todo cambió, mejor dicho, durante el viaje a casa. Fue muy silencioso, no sabía que le pasaba. Quizás se arrepintió o no quiere formar una familia conmigo. En verdad estoy muy perdida, en el consultorio estaba emocionado, me besaba, me hablaba y daba cariño. Durante el regreso, todo cambió.  Ni hablar cuando llegamos a la casa, utilizó la excusa de "tengo que ver unos papeles". Se supone que está de vacaciones, pero bueno decidí darle su espacio. Sé que la noticia es bastante... chocante en cierto punto, ya que son dos pequeños. 

La actitud de Brando me sorprende, no pensé que se iba a cerrar así. Durante toda la mañana y tarde le di su espacio, no salió de su estudio, no comió, nada. En verdad me preocupa su actitud, me angustia bastante. Las horas siguen pasando y Brando no da señal de vida. Como no aguanto más su lejanía, me acerco a su despacho. Toco la puerta suavemente, espero unos minutos, pero nada. Vuelvo a tocar y nada. Segundos después abro la puerta. Me lo encuentro a Brando sentado en el sillón, con la cabeza entre  sus brazos. No alza la cabeza, nada, sigue en la misma posición. Poco a poco me voy acercando cautelosamente. Me estoy preocupando de verdad, algo me dice que las cosas son más complejas de lo que creía. 

-Cariño, ¿qué sucede? -le pregunto suavemente, mientras me agacho a su altura. Coloco mis manos en sus rodillas, para tener equilibrio.  

-Nada Oli, ve al cuarto. En un rato voy -apenas lo escucho. 

-Cariño, dime qué ocurre, por favor. Me estoy preocupando -le digo mientras intento que me mire. 

-Tranquila Bonita, no sucede nada -me estoy poniendo nerviosa. 

-¿Acaso no quieres ser padre? ¿Te arrepientes? -ahora mi voz se escucha muy baja. Las lágrimas que tenía acumuladas se escapan, intento secarlas, pero Brando levanta su cabeza y con un rápido movimiento toma mi rostro entre sus fuertes manos. 

-Olivia, jamás me arrepentiría de formar una familia contigo. Lo que más quiero en esta vida es poder tener una familia contigo. Desde que te conocí supe que lo nuestro iba a ser para siempre, ahí está incluido tener hijos contigo. Serás una madre tan dulce, que estoy muy feliz de que seas vos la madre de mis hijos. Así que Bonita, no digas nunca más eso, joder. Siempre te voy a amar, para toda la vida, en verdad no puedo ver mi futuro sin ti, al contrario, lo veo contigo y con estos pequeños -las lágrimas siguen cayendo sin parar. En verdad me emocionan sus palabras. Brando me coloca en su regazo, coloco mi cabeza entre su cuello y pecho. Es mi lugar favorito, deposito un pequeño beso.

-Entonces cariño, ¿qué te ocurre?, ¿por qué estás encerrado?, ¿por qué estás triste?, dime amor -le digo entre sollozos. Respira hondo y habla. 

-Olivia hay algo que nunca te conté y son pocas las personas que saben esto. La noticia de que estás embarazada de gemelos me sorprendió por completo y me recordó una parte de mi pasado - salgo de mi lugar favorito para poder estar frente a él y así mirar sus hermosos ojos- esto Oli, te lo pensaba contar en algún momento, no creí que fuera tan pronto. Pero pronto vas a ser mi esposa y no quiero que haya secretos entre nosotros, en verdad lamento no contarte esto antes. Pero bueno ahora Bonita, te voy a contar otra parte de mi pasado -por Dios, ¿más cosas? En verdad me preocupa qué es lo que me va a contar, me intriga demasiado- yo tenía un hermano gemelo -okay no me esperaba eso. Mis ojos se abren como platos, intento cambiar mi gesto. En verdad estoy más que sorprendida- él era mi fiel compañero, hacíamos de todo juntos. Nos encargábamos de nuestros hermanos, hasta que un día pasó lo peor de todo. Felipe y yo estábamos metidos en la misma. En realidad, él fue quien me metió en el mundo de las peleas clandestinas, el narcotrafico. Yo lo seguí, ya que necesitábamos dinero para mantener a la familia -respira hondo, comienzo a hacerle caricias en su brazo- Un día estábamos caminando por la calle tranquilos, veníamos de entrenar. De un momento a otro llegan dos camionetas blancas, cuando las observé desde mi lugar, supe que eran  problemas. Y así paso todo demasiado rápido. Sabían que era nuestra debilidad, junto a nuestros hermanos. Todo sucedió en minutos, Felipe recibió un disparo, fue justo en el corazón -¿cómo puede ser que todo esto les haya sucedido a ellos, desde tan pequeños? ¿Cómo pueden pasarle estas cosas? En verdad sufrieron mucho todos. Comienzo a llorar en silencio, en verdad no quiero que Brando me vea llorar, tengo que estar fuerte para él, pero joder, esto va más allá de mi. 

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora