Capítulo 82

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 -Pero miren a quien tenemos aquí... -dice Juan. Que desagradable que es, lo miro y lo único que siento es rechazo, asco, pero a la vez temor. No quiero que nos pase nada, creo que ahora las cosas se complicaron. Juan parece disfrutar completamente esta situación, en cambio Brando se encuentra completamente tenso. Puedo sentir cómo los músculos de su espalda se tensan, cómo su respiración comienza a agitarse un poquito, en cualquier momento se le tira encima- que hermosa que estás Olivia, veo que estás embarazada -me dice mientras me observa de arriba abajo. Brando intenta ocultarme con su cuerpo- ¿él es el padre? -me está buscando este señor. Tengo unas ganas de pegarle que no se dan una idea, ¿cómo se le ocurre cuestionar semejante cosa?

Ahora mi cuerpo comienza a tensarse, me estoy alterando y creo que las cosas no están yendo muy bien. Le estoy destrozando la mano a Brando, él intenta darme caricias pero no me importa nada. Este señor me está cansando, y en cualquier momento le pego un tiro, viejo pervertido.

-Déjame salir Juan, y luego nosotros arreglamos nuestros asuntos personales solos, nada más tu y yo -le dice Brando. Juan comienza a reírse un poco y luego lo mira seriamente.

-No me interesa solucionar nada con vos, vas a pagar por todo lo que hiciste. Brando te lo prometí y pienso cumplir con mi promesa -le dice Juan, y en eso, mete su mano detrás del pantalón y saca un arma. Me tenso al instante. Ahora los hombres que están a su lado hacen lo mismo, pero Juan les hace una señal, para que bajen sus armas. Ahora el único que nos está apuntando es él. 

Brando saca su arma y hace lo mismo que hace Juan, lo está apuntando y por cómo está inclinada el arma, es justo en su cabeza. Estoy tensa y tengo unas ganas de llorar que no se dan una idea. Estoy un poco desesperada, encima en este estado. Todas mis emociones están a flor de piel, estoy sintiendo muchas cosas.

-Brando, Brando...¿tú crees que yo voy a tener piedad por tu mujer embarazada? ¿Piensas que me olvidé de todo? -dice con cierto tono entre molesto, pero a la vez con cierto toque de ironía- Ya ha pasado mucho tiempo, pero nunca dejé mi promesa atrás. Antes de irme de este mundo, pienso destruirte y me importa una mierda, tu familia, tu mujer, tu casa, tu perro. Me importa una jodida mierda, me sacaste todo en su momento, pienso hacerte pagar por todo lo que me hiciste cabrón -se nota que está molesto de verdad. Ahora me pregunto que habrá hecho Brando, para que una persona esté tan embrocada. 

-Juan tienes que entender que yo no hice nada, fue todo un jodido malentendido. Ahora te pido que bajes el arma y esto lo arreglemos en otro momento -Brando intenta sonar tranquilo, pero sé que es todo un acting, se está muriendo por tirarle un tiro ahora mismo, pero sé que no quiere correr el riesgo estando yo acá, por eso tiene esta actitud tan pacífica... 

-Ay Brando querido, pensaste que poniendo toda esa seguridad, poniendo a todos esos muchachos estúpidos, yo no iba a poder vengarme... -dice con cierto sarcasmo. Este señor me está alterando- lamento decirte que te salió todo mal. Míranos cómo estamos ahora eh, disfrutando de este hermoso momento. Le estoy haciendo un gran favor a tus hijos y a tu pobre mujer, la pobre piensa que te ama, solo te quiere por tu jodido dinero.

Y ese comentario desafortunado, fue la gota que rebalsó el vaso. Brando se abalanzó sobre él, yo quedé sola en el medio de la sala, observando como todos estaban pegándose. De la nada aparecieron Carlos y unos muchachos, son más los hombres de Brando, no sé dónde estarán los demás. 

De repente siento como alguien se acerca a mi, cuando me giro puedo ver al señor desagradable del diente de oro. Me quiere pegar, pero esta vez no le pienso dejar tocarme ni un pelo. Con unos movimientos que me enseñó Brando un día, le pego una patada en sus partes y luego le piso el torso. Prácticamente lo dejé inconsciente, estos movimientos son claves, si uno los sabe aplicar bien, los resultados son muy buenos.

Pensar que con la panza y todo pude hacer esto. No sé de dónde saqué las fuerzas, hasta hace un instante las piernas me estaban temblando, ahora tengo una adrenalina que no se dan una idea. Me giro y localizo a Brando, que está pegándose con Juan, en verdad tiene buena resistencia el señor. Es un poco más grande que Brando, bastante, pero se sabe defender. Luego mis ojos se encuentran con los de Carlos, está ahorcando a un hombre que nunca lo había visto.  Una vez que tiene la situación controlada, me señala el pasillo. Entendí su indirecta al instante, pero no pienso dejar a Brando solo. Vuelo a mirar a Brando y ahora él tiene tirado en el piso a Juan, su rodilla está apoyada en su pecho, impidiendo que se mueva. Tiene sus manos agarradas en la cima de su cabeza, el señor está rojo. 

Brando me hace la misma seña que Carlos, pero yo niego con la cabeza, él me mira mal, bastante serio, nunca me dio esa mirada. Pero de repente siento que me toman de la cintura y comienzan a alejarme de ahí, intento zafarme, pero no sirve de nada. Lo miro a Brando con cara de súplica, pero él parece estar tranquilo. Osea me están llevando y él no dice o hace nada, observo a Carlos y lo mismo. Sigo pegando patadas por todos lados, pero al parecer no sirve de nada. Comienzo a agitarme y decido parar por el bien de mis niños.  Lo que más me molesta de todo, es que desconozco a la persona que me carga y peor aún, no sé a dónde me lleva. 

-Puedes bajarme de una vez -le grito molesta, pero no estucho ninguna respuesta por su parte. Luego de salir del pasillo, me encuentro en la entrada de la casa. Me están empujando a una camioneta, pero no me pienso ir sin el amor de mi vida, sin el padre de mis hijos. 

Así que cuando por fin deja mis pies en el suelo, vuelvo a correr hacia el lugar, en busca de Brando. Escucho gritos, sé que Juan está gritando, pero no puedo escuchar a Brando ni lo puedo ver. Comienzo a desesperarme y comienzo a acelerar mi paso, me cuesta un poco por la panza y todo. Pero cuando estoy a punto de aparecer, siento que me vuelven a tomar por las caderas. Esta vez tengo a la persona de frente y lo reconozco, es uno de los hombres de Brando. Me tranquilizo al instante, por un momento, hasta que recuerdo a Brando. El señor me niega con la cabeza, ya sabe qué pienso hacer, así que me agarra más fuerte. 

-Por favor John, necesito ir por él -casi llorando le digo esto, no le afecta en nada, hasta tiene el tupé de alejarme. Pero esta vez pienso salirme con la mía. 

-Señorita Olivia, tengo ordenes estrictas de sacarla del lugar, le pido por favor que  venga conmigo -me dice serio. Este hombre no comprende que del otro lado de la puerta, está mi Bonito con un hombre que lo quiere matar. 

-John, no me pienso ir sin Brando, así que deja de hacer fuerza que me estás lastimando -le digo molesta, las lágrimas no están más y ahora lo único que siento es ira, bronca, miedo.  No me agarra tan fuerte, pero me sigue sosteniendo. 

Cuando me estoy por girar, para poder caminar hacia donde está mi Bonito, escucho algo que jamás escuche en mi vida. Una sensación espantosa y extraña atraviesa mi cuerpo. Un escalofrío para nada familiar comienza a formarse. Puedo sentir cómo el mundo deja de girar, cómo mi mundo para. No escucho nada, intento moverme, pero mi cuerpo no responde. No siento ni los brazos de John. 

Escucho que algo me dice, pero no le contesto, sigo en este trance. Continúo luchando para salir de él, y una vez que lo logro corro hacia el pasillo. 

La imagen que encuentro me deja sin palabras, un fuerte sollozo se escapa de mi. 

Y mis ojos se encuentran con los de él, solamente lo miro y siento cómo las lágrimas comienzan a caer sin parar. Cuando mi mirada se centra en sus labios puedo leer "te amo".



FIN 










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