Capítulo 78

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Estar lejos de él, lejos del amor de mi vida, lejos del padre de mis niños, es una jodida mierda. Desde que me fui de su lado, lo único que hago es llorar, y comer por los niños, sino a esta altura estaría con unos cuantos kilos menos. 

Para ser exactos ya han pasado 5 días, uno es peor que el otro. Si no fuera por mi padre y Carlos, a esta altura ya estaría de regreso en España, junto a mi Bonito. Pero no, estoy aquí en Canadá, encerrada en esta casa, que es demasiado grande para mi sola. Menos mal que están Lucinda y Sandra, juntos a sus hijos y esposos. Ellos se encargan del mantenimiento de la casa, pero tengo poco trato con ellos. Solamente estoy en mi dormitorio, llorando, es lo único que hago, mientras que distintos recuerdos me invaden, recuerdos bonitos y otros no tanto. 

Tengo unas ganas inmensas de volver a su lado, ¡pero joder!, lo hice por él. Si vuelvo las cosas se arruinarán. 

Se estarán preguntando por qué me fui, así de la nada. Bueno, les voy a contar qué es lo que sucedió. Recuerdan que es su momento me llegó un mensaje a mi celular de un tal J.H., bueno, él es el culpable de esto. Él fue quien me amenazó con destruir la familia que formé con Brando, por su venganza. Nunca me lo contó, simplemente me dijo "si no te alejas de él, lo mataré y tus hijos vivirán un infierno" y con esas palabras, no lo dudé ni un segundo y me fui. Dejando al hombre que amo. 

Carlos me apoyó mucho, él lo conoce bien a éste desagradable señor y una de las cosas que sabe es que lo que dice lo cumple. No pensaba arriesgarme, así que no lo dudé y solo tarde un día en marcharme, con el corazón en mis manos, dejando al hombre de mi vida, al otro lado del mundo, solo, angustiado. 

Lo que más me molesta, es que las cosas venían estupendas. Estábamos más que felices, comprando todo para nuestros pequeños, y este ser despreciable arruinó todo.

-Señorita Olivia, aquí le traje un plato de comida, por favor debe alimentarse -me dice Lucinda, al otro lado de la puerta. 

-Pasa Lucinda -le digo con un poco de voz. Observo como la puerta se abre y por ella entra esta señora amorosa, que ama a sus hijos. Es de confianza, es por eso que ella se encarga de cuidar nuestra casa. 

-Gracias Lucinda -le digo mientras me siento bien en la cama, ella me regala una pequeña sonrisa y se retira. 

Como el delicioso plato de carne con unas papas y un poco de ensalada. En verdad estaba muy delicioso, pero creo que en otro momento lo hubiera disfrutado mucho más. 

Ésta mañana hablé con mi familia, están preocupados. Yo solo pensaba dejar las cosas entre Carlos, mi padre y Lili, pero mi padre quiso decirle a mi madre y hermano. No estoy de acuerdo, pero bueno ya abrió la boca, no hay vuelta atrás. Lo único que ruego es que a nadie se le escape nada, que todo quede en silencio. Si me junto con Brando, las cosas se complicarán y mucho.

Mi padre me exigió que venga con hombres, así que aquí estamos rodeados de autos y camionetas, con señores vestidos de negro, algunos dan un poco de miedo, pero como siempre digo, son buenas personas. 

¡No saben cuánto lo extraño, Dios! Cuánto extraño sus besos, sus caricias, sus celos, sus enojos, sus chistes, todo de él, malditamente todo.

Sé que estará más que molesto, pero él dio todo por mi y se que lo seguirá haciendo. Lo mínimo que puedo hacer es esto, además lo amo demasiado, no me imagino una vida sin él. Prefiero estar así, separados, pero saber que está vivo, a que esté muerto. 

En distintas ocasiones dio su vida por la mía y la de mis pequeños, hoy estoy haciendo lo mismo por él y por más que me duela, no pienso dar un paso atrás. Debo ser fuerte y pensar en el bien de mi familia. Tengo pensamientos esperanzadores, por decirlo de alguna forma, pero sé que nunca van a ser reales.

Y así son mis días, llorando y comiendo. Es lo único que hago, no bajo a hablar con nadie, solo me quedo aquí, acostada. Si necesito ir al baño voy, me baño y luego vuelvo a la cama. Me está costando mucho salir de este lugar, de ésta especie de depresión, pero sé que debo hacer algo, por el bien de mis pequeños. 

Poco a poco iré haciendo cosas y ocupando mi cabeza en otro lugar, así no estoy tan angustiada. Aunque les digo algo, dudo que este dolor que siento se vaya. La única forma que hay, sería estar a su lado, pero como no lo puedo estar, tendré que acostumbrarme a esto. 


Hola! 

Espero que este bien, les dejo aquí otro capitulo. Deseo que les guste, gracias por los votos y comentarios!

Nos estamos leyendo, pronto...

 Besos Mi 






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