Capítulo 56

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Mis ojos se abren y lo primero que veo es un techo desconocido, me cuesta abrir los ojos por la luz que se filtra por la ventana. Intento inclinarme, pero siento un dolor fuerte en mi espalda.

-Bonita, Dios mío, creí que me moría -se acerca a mí desesperado y me toma en sus brazos. Estoy un poco confundida, mi mente está en blanco- ¿te duele algo?

-La espalda -digo con la voz un poco ronca.

-Mi amor, te desmayaste apenas bajamos del avión. El médico dijo que fue por baja presión, que todo está bien, sólo tienes que comer un poco y te pondrás bien -me acuñó un poco más a él. Y ahí, cuando mi mente está tranquila, los recuerdos comienzan a llegar a mi. Pero bueno, me quedo tranquila de que el médico dijo que era baja de presión.

-Bonita quiero que descances -dice mientras besa mi frente.

-Mi amor, yo quiero disfrutar con vos, no quiero estar tirada. Ya me siento mejor -digo intentando tranquilizarlo.

-No, te vas a quedar acá acostada viendo películas -pongo puchero y Brando sonríe y me besa en los labios.  Como sé que va a terminar ganando él no digo nada y me vuelvo a acostar, dándole la espalda.

-Vamos mi amor, es por tu salud. Si quieres puedo traer mi laptop aquí y trabajo junto a ti, pero no quiero que hagas esfuerzos ni nada. Hoy tenés que descansar, así mañana disfrutamos del día -en este momento ya no le doy más la espalda, me giro y lo miro a los ojos. Intento inclinarme un poco hacia él, pero un fuerte dolor en mi cintura genera una mueca de molestia en mi cara. Brando frunce el ceño, pero no le doy mucho tiempo para pensar ya que estampo mis labios con los suyos. Por supuesto que él acepta gustoso y nuestras lenguas se juntan. Nos seguimos besando por un tiempo más, hasta que la respiración nos empieza a fallar un poco.

-Bonita iré a pedir que te hagan algo de comer. Mientras tanto ponte cómoda y prende la tele, escoge una peli. Ya regreso -antes de irse me da un beso en la frente, cierro mis ojos ante su toque.

Me inclino un poco y busco el control remoto para poder encender la tele. Pero resulta que no veo el control, asi que decido esperar a Brando. Me vuelvo a acostar y mis ojos se cierran.

En lo más profundo de mis sueños, escucho unas teclas sonar, pero no es un piano, sino que son más parecidas a las teclas de una computadora, como si alguien en mi sueño estuviera escribiendo no sé, un texto, un mail, algo. Mis ojos comienza a parpadear y me acostumbro a la luz, mi espalda ya no duele tanto gracias a los medicamentos que me dio el doctor. Cuando miro hacia mi izquierda, puedo ver unas piernas que conozco muy bien, un pecho que me fascina, y no hablemos de la cara del sujeto. En su regazo se encuentra la computadora, claro, estaba escuchando como él teclea. Cumplió lo que me dijo, vino a trabajar aquí. Estos detalles son los que me enamoran más cada día. Brando está tan concentrado en su laptop, que no se dio cuenta que me desperté. Mejor, ya que me da tiempo para observar su perfecto perfil. Me encanta su nariz, le queda perfecta a su cara y ni hablar de sus tatuajes que se asoman por su cuello y mangas de la camisa. Dios mío es muy sexy, soy afortunada. Ya sé que esto lo digo mucho, pero así es como me siento. 

-Bonita, ya sé que estás despierta -me asusta un poco, no se giró para mirarme, simplemente sigue mirando su pantalla. Lo único que hago es reírme un poco y acercarme a él, le doy unos pequeños mimos en su brazo, que está apoyado en la cama. Acerco su mano a mi boca y le doy un casto beso, luego él me toma del mentón y me gira. Ahora estamos frente a frente, cara a cara. No me había dado cuenta, pero Brando está usando esos lentes que le quedan muy bien, jodidamente bien, lo hacen ver un empresario sexy. Le sonrío y él me devuelve la sonrisa, se inclina un poco y me da un pequeño beso en mis labios. Cuando se aleja, comienza a inspeccionarme. 

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora