Capítulo 74

5.2K 243 17
                                        



Al fin mi bonito se despertó y está sonriendo como tanto me gusta. En este momento se encuentra Serena acariciando su cara, estaba muy triste la pequeña. Su madre no quería contarle lo que sucedió con su tío, pero bueno el tiempo pasaba y Sere preguntaba. Hasta que le contó y ella estaba muy angustiada porque su tío no se despertaba, le trajo dibujitos, cartitas, en verdad esa niña es preciosa.

Sere está muy contenta que su "tito" esté despierto. Brando la subió a la camilla, ella está sentada en su regazo, mientras que le toca toda la cara, los cachetes y lo despeina un poco. Brando se deja hacer todo eso y de vez en cuando me observa. Le doy pequeñas sonrisas y luego observo como entran Vera y su marido. Sere estuvo durante toda la tarde con Brando, el horario ya está por finalizar. Su hermana le da un pequeño beso en la frente, el cuñado de Brando le da una palmada en el hombro y Sere se le tira encima y le dice cuánto lo ama. Luego, antes de irse, me dan un beso y abrazo a mí, junto a unas caricias en mi vientre.

Cuando nos quedamos los dos solos, Brando da unos toquecitos en la cama y alza las cejas. Con las mejillas un poco ruborizas me voy acercando. Una vez que Brando me tiene a su alcance, me agarra de la muñeca y me tira un poco, así nuestros rostros están a solo centímetros de distancia.

-Bonita, no sabes cuánto te extrañé. ¡Joder! Podía escucharte todo el maldito tiempo y no sabía cómo hacer para poder consolarte, para poder besarte y decirte cuánto te amo. Perdón por ser tan repetitivo cariño, pero es que te amo tanto  -lo corto ahí con un beso. En verdad lo extrañé demasiado, fue un jodido infierno.

Pero nuestro momento es interrumpido por el doctor, comenzó a toser un poco y bueno nada. Brando gruñó por lo bajo y luego observo al doctor con el ceño más que fruncido. Su cara era de muy pocos amigos, pero les digo algo... a la vez me daba ternura. Extrañaba al Brando gruñón, al cariñoso, todo lo extrañaba y punto.

-Señor Harrit, ésta noche debe quedarse aquí. Si mañana las cosas están bien ya se puede ir a su casa, pero debe continuar con el reposo. Por dos semanas no podrá hacer cosas bruscas, nada de hacer esfuerzo, solamente estar acostado -una vez que dijo eso, se fue.

-Ay cariño, vas a regresar a casa -le digo mientas escondo mi rostro en mi lugar favorito, en su cuello. Deposito algún que otro beso.

-Si amor, al fin. No aguanto ni un minuto más aquí, joder me quiero ir -dice un poco molesto, pero intento distraerlo con mis besos.

-Bonita, por favor, no empieces algo que no puedas terminar cariño; estás jugando con fuego y te puedes quemar -está diciendo todo esto mientras que sigo repartiendo besos por su cuello, clavícula y rostro. Sé que le gusta que muerda el lóbulo de su oreja, así que le dedico un tiempo especial a ese sector; pero bueno, me separo, porque sé que lo que me está diciendo es de verdad y no puede hacer ningún esfuerzo.

-Cariño, lo siento, pero extrañaba tu piel. No volverá a pasar -le digo un poco apenada. Sé que es lo mas feo del mundo quedarse con el calentón, pero bueno no me pude contener...

-Tranquila Bonita, no te olvides que tu puedes ir arriba -me dice y es imposible no ponerme colorada. ¿Donde está mi Brando?, éste es mucho más atrevido; pero voy a confesar algo... esto queda entre nosotras... me encanta.

-Brando, por favor. Estamos en un hospital -le digo avergonzada y mirando el piso.

-Mi vida, me encanta cuando te ruborizas, y respecto a lo otro no te preocupes que lo podemos solucionar -me hace ojitos y me derrito en ese mismo instante.

-Basta Brando, no juegues sucio.

-Quien empezó fuiste tú cariño, tú solita te metiste en esto. Pero tranquila mi vida, lo vamos a solucionar en casa, no quiero que nadie veo lo que es mío -dice más serio, hasta diría que está un poco enojado.

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora