Capítulo 44

7.1K 280 10
                                    


Estoy almorzando con Melody, pero la verdad no estoy escuchando nada. Sólo pienso si Brando recibió mi carta y qué pensará de ella. Estoy más tranquila, por lo menos sé que está bien, y bueno, sólo voy a esperar a que la vida nos vuelva a cruzar, espero que no se demore mucho porque no puedo estar mucho más tiempo sin él.

Hoy en la empresa mi padre dijo que habrá una cena con todos los accionistas, socios y trabajadores de la empresa. Todos los años se hacen estas cenas, en su momento me gustaban, pero en verdad no tengo muchas ganas de ir. Por suerte voy a estar acompañada de Melody, Marcos, y por supuesto mi familia.

Una de las razones por las cuales no quiero ir es por Baltazar, no quiero volver a verlo. Desde que nos juntamos en la empresa aquel día no lo vi nunca más, y en verdad no quiero verlo.
Pero bueno, voy por mi padre, a él le gusta que estemos todos, es lo mínimo que puedo hacer por él. Todavía no sé qué ponerme, ya veré en mi casa. La cena es esta noche.

-¿Olivia me estás escuchando? -pregunta Melody.

-Lo siento Melow, pero en verdad tengo mi cabeza en otro lugar -siempre fui sincera con ella. Le conté qué me pasó con Brando.

-Vamos Oli,  ya ha pasado un mes desde que se fue, creo que lo tienes que dejar atrás. No me gusta verte triste, extraño a mi Oli -comenta Melody un poco preocupada, y no le puedo decir nada porque es la verdad, ya no soy como antes. Mi vida se volvió un poco, o mejor dicho, bastante rutinaria; me levanto voy a la empresa y luego voy al gym. Ya no quiero ni leer libros, porque me recuerdan a Brando.

-Melody, no sé cómo explicar lo que siento, pero en verdad quiero esperarlo. Ya no soy la misma, tú bien lo dijiste. Mi corazón le pertenece a él, por más que intentes que vaya a bailar y luego meterme con algún pibe de ahí, en verdad no puedo. No me puedo engañar así, ésta es la realidad, sigo enamorada de él y en verdad siento que va a volver. Sólo tengo que esperar.

-Oli, lo único que quiero es que estés bien, y en verdad no te veo bien. Te veo triste y no me gusta verte así. Además ya te lo puso en la carta, él te está protegiendo de algo que está ocurriendo y que vos ni enterada estás. Si lo hizo fue por algo.

-Melow, en verdad no tengo ganas de hablar de esto. Además ya me tengo que ir, hoy tenemos la cena y todavía no sé ni qué ponerme -comento mientras muevo mis sienes.

-Tranquila Oli, seguro encontrarás algo en tu ropero. Debo irme, ya se me hace tarde para la peluquería, ayer saqué turno -Melody siempre fue muy arreglada a estas cenas, si hay algo que le gusta en el año es esta cena. Nos paramos las dos y nos dirigimos a la puerta. Nos damos un gran abrazo y beso y cada una sigue por su lado. Estoy a la vuelta de la oficina, y puedo ver cómo Manuel se acerca a mi, en verdad no sé dónde es que se pone, siempre lo pierdo de vista, pero me siento muy segura con él. Los autos negros de siempre están por todos lados a donde yo voy, eso no me ayuda en nada porque me recuerdan a mi bonito, a mi Brando. Cómo lo extraño.

-Olivia, su padre me dijo que no es necesario que vaya a la empresa -comenta Manuel.

-Bueno Manuel, entonces voy directo a buscar el auto y me voy para casa -asiente y seguimos caminando.

Tiempo después, para ser exactos dos horas, llegué a casa. No saben el tránsito que había, ¡Dios, insoportable!, pero por suerte llegué sana y salva. En la entrada me despedí de Manuel y de Jorge, él es uno de los guardias que me dejó Brando, me hice bastante cercana a todos ellos. Cuando llego a mi casa puedo notar que no hay nadie, ni Marta se encuentra. Deben estar organizando lo de esta noche. Todos los años ayudo, pero no me siento muy bien que digamos, así que voy a ir a mi cuarto a descansar un poco.

***

Ya son las 19:00 hs., y yo todavía estoy tirada en mi cama mirando al techo. No quiero ir a la cena, en verdad prefiero quedarme acá en mi cuarto durmiendo o comiendo helado. No tengo ganas de ver a Baltazar y a sus amigos. Lo voy a volver a decir, esto lo hago por mi familia, si fuese por mi no iría.

BONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora